Y duele…

20070331191231-450423-1- Es una ironía cómo puedo llegar a sentir el frío en mis manos y en todo mi ser mientras que por dentro me quemo, me hago cenizas que el viento se lleva hacia la nada y me regresa al mismo punto sin ningún tipo de ganancia.
Entro y salgo de lugares, lleno mi cabeza de las cosas que pasaron y las busco con mis manos como queriendo aferrarme a los días felices, veo luces, veo sombras y me veo en situaciones en las que todos mis latidos eran abastecidos por un amor profundo y hermoso, puro y real…y entonces veo que no estoy bien, veo que estoy siendo derrotada por fuerzas que no sabía que existían, fuerzas que retuercen de mí más de lo que puedo resistir. Estoy en un continuo revoloteo de cosas buenas y malas y sólo las malas llegan a mí, se derrumban mis edificios y los veo caer con mis manos atadas, y mi mundo es un caos que no tiene un orden ni lo tendrá porque pierdo con los segundos la seguridad que me permitía poner mi vida bajo control, entenderme a mi misma.

Me veo desde afuera, en una película interminable de pensamientos robados a una oscuridad que asusta y el amor no se acaba, y por más que lucho por olvidar, por perdonar, por perdonarme, quedan las astillas, y me molesta no poder encontrarlas, no poder sacarlas…
Qué tipo de sentencia es esta que ha sido lanzada ante un amor que no sabe morir y que no puede olvidar por más que lo intenta…Quién dictaminó mi juicio y quién exterminó las raíces de todo lo que me hacía valer por ti.
Me culpo al tiempo que me perdono, y no encuentro ramas aledañas para asir mis manos y decir que estoy segura. Mi garganta se llena de nudos que quieren salir y no dejar de hacerlo, y siento rabia sabes? Rabia de todo esto, un desespero que se traduce en la incapacidad y en la impotencia de quererte cerca y ni siquiera saber de ti… Rabia del mundo, rabia de las razones que te tienen alejada de mí, rabia de haberte perdido, rabia de esta maldita sensación de que el dolor no acaba y de que las lágrimas no bastan para enfrentarme al luto de hallarme sin ti.
Lanzo mis rodillas al suelo y pido poder perderme de lo que eres para mí, porque ya no lo soporto más…El silencio es insoportable y la soledad marchita mi vida de a poco, despacio, lento, y duele, duele demasiado.
Estoy llorando por dentro y por fuera, mis lágrimas se deslizan por mi rostro y no las detengo porque no hay orgullo que me haga más fuerte que ellas.

Mi preciosa niña, no sé olvidarte, y estas lágrimas no son más que la prueba de que al perderte perdí mi vida, y aún no la encuentro… Tu amor me llenaba, y sin él, estoy vacía…Te llevaste mi ser, te llevaste todo.
Me dueles en el alma y en el corazón…Me dueles demasiado…
Y por Dios, no puedo detener mis lágrimas, porque te necesito y te amo, tanto, que duele.

Aún adoro y añoro tu presencia…aún te amo, no lo puedo evitar…y duele

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