Hoy sonreiré

Amaneció, y a través del brillo del sol que se extendió sobre mi cama y tu ausencia, alcancé a sonreírme por un intento de recordar que anoche estuviste conmigo, en mis sueños, en mis fantasías, en mis juegos irracionales,…pero estuviste.
El contacto con tus besos, tus manos, tus ojos, tu piel y tu sola presencia me regaló la posibilidad de encontrar una marea baja para mis ánimos y logré, gracias a ti, rescatar mi corazón de la tan inanimada rutina. Así es siempre que te posas en mi subconsciente, me halas con una fuerza extraordinaria y me arrancas de los espacios adormecidos provenientes del infierno que en vida percibo y que enciende, quema y arde sobre mi piel y mis ganas. Vuelas hacia mí y me pides acompañarte, remontas mi vida hacia un edén que reconozco en mi pasado y en mis fantasías más profundas; fantasías que rebuscan en mí motivos de alegría que tienen raíces en tus labios y que extienden sus ramas hasta mis huesos y mi alma que aún en pedazos se recogen por ti, por tu amor, que aunque irreal se presenta, me cubre, me da felicidad y me llena. Te amo, y por hoy lo puedo decir sin dolor.
Anoche te respiré, te viví…y disfruté de las tantas fuentes que de ti emanaron…Anoche fuiste mía, anoche.

Hoy sonreiré gracias a ti. Hoy desperté después de haberte tenido conmigo, y eso, aunque falso, es maravilloso!