Espacios…

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A veces caigo en una estúpida actitud de observarte en una de las pocas fotografías que guardo de tu rostro, fotografías que no corresponden al tiempo en el que fuiste mía sino al momento en el que de mis brazos te fuiste; no entiendo porqué debe ser tan necesario el llanto que me acompaña y las insaciables ganas de acariciar tu rostro, es casi como si pudiera dibujarte en frente mío y quedar paralizada ante tu presencia, y, con el paso de los minutos comienza a ahogarme una fuerza aún más poderosa que me lleva a momentos de desesperación imaginándote en tu nueva vida, sonriente, danzante y delirantemente hermosa…Y yo, deshaciéndome aquí por ti, cayendo como agua, sintiéndome totalmente perdida sin ti. Encontrarle sentido a mi vida ha sido una odisea constante desde que decidiste abandonar el camino que nos habíamos forjado; me gusta cerrar los ojos e imaginar un beso de tu boca, deberías saber lo mucho que extraño tu figura cerca de la mía, tu cintura, la forma en la que mis manos la rodeaban y suavemente acariciaban tu espalda. Por más que imagine y sueñe, siempre al despertar de mis fantasías descubro sólo mi soledad aferrada a lo poco que queda de tu rostro, una presencia que no alcanza a llenar pero que es suficiente para enloquecer.

Dónde estás? Me recuerdas? Me piensas un poquito? Haz llegado a necesitarme? En qué momento te volviste mi enemiga? Te duele? Qué tanto haces?

Suelo estacionarme en la puerta de mi habitación, con la vista fija en la cama viéndote en uno de los tantos momentos que logran pasar por mi cabeza, tratando de multiplicarlos por millones más para que no se vayan más lejos de lo que ahora están, para que me sigan acompañando y perduren en el tiempo lo suficiente como para no olvidar la forma de tu rostro, el sabor de tus labios, el sonido de tu voz, el roce de tus manos en las mías, la manera en la que jugaba con tus dedos entre los míos, mis caricias en tu vientre, tus sonrisas y la seriedad que las aplacaba cuando destinaba para tus ojos el deseo de besarte, tu forma de caminar y correr, la forma en que correteabas y jugueteabas conmigo, como tocabas mis labios con tus dedos, tus besos en mi cuello, el momento en el que organizabas tu cabello en mi baño mientras me sonreías a través del espejo, la facilidad para quitar tu camisa y la dificultad para tu pantalón, la forma tan escurridiza en que me tomabas de la mano con el temor de que alguien te viera, los besos robados, las lágrimas derramadas y las que fueron secadas antes de caer, la luna llena y mis llamadas ante ella, las tardes a tu lado, los días esperando por tu llegada…
Hay tantas cosas que viven en mi hoy aún haciendo parte de mi ayer, y todas y cada una de ellas quisiera que hicieran parte de mi futuro pero ya no te veo en él; no sé cómo tu mente se volvió en mi contra tanto que no me permites un momento de tranquilidad a tu lado, de respirar tu ambiente, de sentirte cerca.

Discuto con mi vida a diario, planeo encontrarle un desvío directo a la felicidad pero no sé como encontrarla, me quitaste las alas y me siento estancada en la nada, inmovilizada desde adentro hasta afuera, desde la voluntad hasta mis pies, recorriendo cada rincón de lo que soy ahora. Una mujer, vacía, pobre de ese espíritu que una vez le llenó, buscando un faro que me guíe de regreso a un lugar conocido como hogar…Tus brazos, tu amor, tu pasión y tu sonrisa.
Muerdo mis labios para no llorar, restrinjo mis brazos para no temblar, pero no puedo acallar mis pensamientos de ti porque me siguen a donde quiera que vaya; no puedo evitar querer tenerte de regreso porque eres todo lo que he deseado en mi vida. Mi alma tiene frío de ti y la cordura ya no es suficiente razón para seguir negando lo que eres en mí…Inevitablemente encarcelada en un lugar al que nadie quiere o sabe llegar…”Perdida y delirante”!

Quisiera que me recordaras un poco, quisiera ser para ti, la respuesta a alguna pregunta importante acerca de tu vida, quisiera ser recordada como parte de algo puro y real. Sólo regálame eso, regálame tu presencia alguna vez y te prometo fingir que el pasado hace parte del ayer, aunque decirlo signifique ahogar mi corazón con un nudo de muerte, un nudo de orgullo.

Sólo quisiera que por un momento fueras real…

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