Y hoy sucedió…

hug

Y hoy sucedió, que después de tanto tiempo el corazón por fin reaccionó y terminó de caer para entregarse por completo a tu inesperado abrazo y allí simplemente…lloró.
Ése dolor acumulado, y al mismo tiempo, ése amor tan grande que en mí se guarda por cada una de tus sonrisas, hoy se desprendieron de mí a modo de lágrimas que aún ahora no dejan de brotar, mientras pienso que no puedo dejar de pensarte tan grande como mi mundo y de pensarme a mí misma tan pequeña como para no lograrte…
Un sueño que justo ahora se está mezclando con la incapacidad, la impotencia y esta sensación de vacío que se siente en el pecho…Y duele.
Y hoy sucedió, que mis buenas intenciones se redujeron al deseo de acariciar tu rostro y de robarte un beso al tiempo de regalarte en uno, mi alma, mi mundo y mi corazón entero, que aunque tienes en tus manos, se pasa el día rogando porque tus ojos se posen en él.
Y hoy sucedió, que no pude contener más la tristeza de no tenerte…Sucedió que tus palabras, ésas que se dibujan con la voz que tanto amo, tocaron mi más grande debilidad, la que conoces de memoria porque la ves a diario,…porque la eres a diario.
Tu mundo, tu ser, tu –no- amor, fueron explícitos para mí, y con ello, la posibilidad falsa de aspirar a llegar a ti de nuevo…
A veces, como hoy, me parece estúpido el rumbo que tomaron las cosas y lo difícil que es vivir sin el impulso de tus besos, tus ojos, tu vida. Escucho ahora tu voz y llevo mis pensamientos a encontrarse con la razón que me mantiene esperando por una sola oportunidad más a tu lado…Alcanzo a cuestionarme a mí misma por ése idealismo de mantenerme de rodillas día tras día implorando al destino un guiño de su sabiduría que me sepa llevar hasta ti y no alejarme de ese cálido lugar nunca más.
No entiendo cómo las promesas se desvanecen en el viento con tanta facilidad, dejando atrás una cicatriz que no cura y que no sana con el tiempo o la distancia, sino que se acrecienta con los momentos de tristeza adornados con rasgos de esa ternura que en mí habita por tu existencia.
Y hoy sucedió, como siempre, que las confirmaciones más simples se logran con experimentaciones que no ameritan prueba alguna…Hoy sucedió que todo lo que soy te quiso tener por completo y te perdió tan rápidamente como si jamás te hubiese tenido…
Hoy sucedió que mis brazos te alcanzaron y te tuvieron en tu sitio, y allí me dejé llover en debilidad por ti, ésa debilidad que se marca y que lleva en su cuello un collar de espinas, una tras otra, representando el dolor que nace de un momento vivido y perdido en el tiempo…Y sucede ahora que quisiera estar entre tus brazos de nuevo, porque el llanto no cesa…porque el dolor sólo se va contigo, contigo y tu abrazo.

Hoy sucedió que mis lágrimas lavaron nuevamente la posibilidad…
Hoy sucedió…Y hoy sucede…que, como siempre, yo te amo; y, que mientras hago todo sólo por ti, lo único que puede surgir por demostrarlo no es más que un llanto, el primero ante la escritora de mis palabras, el primero ante la hacedora de mis latidos, el primero ante quien sucedió una vez, mas hoy,…hoy simplemente no sucedió.

Y hoy sucedió…que exististe para el Sol, mientras que para mí, sólo estuviste…
Y hoy sucedió, como siempre, que yo, te vi partir…

1 Silencios...:

La respuesta a mi pregunta