Un mundo

bola-luz
Nunca pensó mi corazón que era posible encontrar una persona como la posible respuesta a cada inquietud, pregunta o interrogante que apareciera con sólo existir; esas preguntas que causaban tanta curiosidad, y, que iban mucho más allá de los cuentos y fantasías de pensadores que se han dado a la pesada y trajinada tarea de definir y de explicar lo que el amor es, representa y constituye…
Digo, justo ahora, que no me veía en una poesía hasta que me convertí en metáfora, y no fui metáfora sino hasta que desaparecí por completo –incluso de mi propia vida- para renacer en una dimensión de la que se ha escrito, pero a la que difícilmente comprendes hasta que la vives, y quizás aún así, es estúpido intentar llegar a una razón de su qué y su porqué
Allí, no hay oxígeno, porque no es lo que respiras, no es lo que llena tus pulmones; allí no hay sangre, porque los caminos de tu cuerpo son dibujados por algo indefinible, oscuro y luminoso al tiempo, te pintas una geografía oculta, así que la sangre no es suficiente para “vivir”…Vives a modo de reseña, a modo de ilusión, a modo de pintura fresca…Para alcanzar tu plenitud te escondes tras el color de unos ojos, que cuando te miran, simplemente te desvanecen…En este mundo tú simplemente vuelas…
Y se empieza a formar una frase al interior, en lo más profundo; y, en medio de ella, un verbo, el más codiciado y negado para algunos –aún para mí-, un verbo hasta ahora desconocido que representa más que una palabra, se construye con acciones…una acción definida por “vida”.

Y esto es amar: Vivir!

Y para vivir forjamos un mundo que contemplamos segundo a segundo y tras el que emprendemos carreras contra el viento tratando de destinarnos un único momento que posiblemente no regrese nunca…Abrazamos aire, quizás…Pero respiramos vida a través de los espacios ocupados por ello.
Diré que me encontré corriendo tras de ti y aún no siento perder el ritmo; mis pies, aunque cansados y llenos de heridas siempre hallan en mi pasado el sustento, ése que parte del “mundo” definido tras los ojos de la mujer que amo –-, a través de los que me descubro desnuda no sólo en cuerpo sino también en alma.
Mundos…quizás muchos, tantos como dimensiones, tantos como ilusiones…tantos como personas, tantos como amores…Y pocos como el tuyo, como el mío…Como el que fuera una vez, nuestro.
De él recibo mis ganancias y pérdidas, de él mi lujuria y mi respeto, de él mi calor y mi frío…Contradicciones que pesan y que crean el inconformismo de amar un espacio vacío.
Un mundo abandonado, regido por una ausencia y la quizás patética fidelidad al sentimiento que no pasa a ser superficial ni en los estados más avanzados del deseo, que se cubre de la necesidad explícita y casi tácita de un abrazo, de un beso, de una caricia, de un cuerpo en armonioso movimiento…Sí, un cuerpo al que le hago el amor cada noche, un alma que ama conmigo cada día, un corazón al que amo más cada segundo…Lo dicho…Un mundo…
Un mundo descrito, a veces por éxtasis –uno prohibido- a veces por indiferentes llamitas de un regocijo casi egoísta, pero siempre por esa sensación de hallarme perdida sin la vigilia de mis ojos predilectos, aquellos que me ahogan, me inundan y me llenan.

Los ojos de mi mundo…Un mundo a través de esos ojos,…tus ojos!
Quiero besar ese mundo, quiero besar esos ojos, quiero besar esos labios…muero por besarte a ti

0 Silencios...: