Entre sentir y escribir reside un campo inmenso de curiosidades formadas a partir de la posibilidad de homologar aunque sea un poco la efervescencia de un sentimiento con la simplicidad de las palabras…Hoy por hoy, es difícil encontrar la modalidad perfecta para enriquecer el aire con las frases amables que retoñaban en los buenos tiempos y que traían consigo las flores más hermosas representadas en la perfección de un alma, la tuya, acompañando paso a paso la mía, la que te llevaste, la que te pertenece. Creo que la facilidad a este punto no existe para describirte en un promedio de realidades lo que es mi mundo sin tu presencia…O mejor, lo que es tu mundo sin ti.
Trato de recordar lo fácil que era desplegarte mi sentir en una hoja de papel, tan sencillo como respirar y tan pura cada palabra como mis pensamientos que regocijantes se abalanzaban en las memorias turbias o ligeras de ti. Cómo podría dejar de amarte si en ti descubro un mundo olvidado por los demás y desconocido para quienes no lo saben ver…Pero al tiempo, Cómo podría decirte las cosas para que en unos cuantos golpes de voz, sepas, entiendas, comprendas y aceptes que no puedo dejar de amarte aún cuando la integridad lo requiere, aún cuando yo lo necesito, y aún cuando tú me lo pides. Sueño con un mundo, uno que conoces de principio a fin porque fuiste quien creó los planos de construcción, fuiste quien lo erigió, fuiste quien me eligió a mí para ser gobernante a la par de tu corazón…Y soñando con él, me descubro desnuda ante el frío que me ha dejado el quedarme de pie viéndote partir en dirección contraria a mis pasos, a mis pies.
Me encuentro en el dilema eterno de tu presencia, lo que ella me da y lo que me quita sin darme…Pero la encuentro simplemente llamativa y como burbujitas bajo el mar, estremece mi vientre convirtiéndolo en el blanco de lluvias de estrellas que son meritorias de la claridad de ese espejismo que representas, aquel del que me abastezco un poquito, aquel en el que me gusta encerrarme, perderme y vivir por momentos…Aquel con el que mi conformismo desarrolla su máxima crueldad porque a pesar de que no se aferra, no lo pierde de vista, lo añora, pero no lo toma, y así me encuentro de nuevo con mi masoquismo enfermizo, de verte, pero no tenerte.
Palabras, podría decirte muchas, pero todas nacen…bueno, sabes de dónde, de aquel lugarcito oculto en el que todo es real aunque no le percibamos, donde yo te sigo viendo como propia, donde me hallo feliz a tu lado. Sé que no es real, pero opto por darle el chance de existir mientras que lucho con la hipótesis de un “tal vez”, de un “quizás” …Mientras aún te ame…mis palabras seguirán surgiendo, porque es lo único que queda para decirte sin rodeos, precisamente eso, que te amo.
Yo tengo un sueño...y se resume en una palabra de dos letras...un sueño tan grande como el mundo, y tan simple...como tú
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