Ante la bóveda nocturna, y bajo el cuidado de Morfeo, se extienden las posibilidades de hacer reales ciertas verdades que cobijo en las entrañas de mis necesidades, de lo que entiendo como deseo…no aquel que clama por carne, sino aquel que se encarna en la carencia de tu presencia, esa que sin importar la hora del día extraño hasta le punto de quemarme en los intentos desesperados por recordar de ti cada hermoso detalle, esos que te hacían perfecta, única, maravillosa, amada…
Aquí, bajo la influencia de las estrellas y el mecer de las brisas nocturnas, caigo dormida sólo pensando en la posibilidad de encontrarte de nuevo, en un paisaje renovado y distinto al que mis ojos aclaran diariamente, un paisaje del que se desprenden aromas llenos de especias dignas de respirar, colores que tientan al juego de pinceles imaginarios, texturas indefinidas pero ciertamente majestuosas al tacto…Y mi nariz, mis ojos, mis manos, sólo te buscan a ti…Y al encontrarte, es simplemente renovador.
Y es que las cosas sin ti son a blanco y negro, apenas se logra ver la luz como para extasiar la vista ante algo realmente hermoso; los olores se extienden como el vinagre del sentimiento de amargura presente en mi interior, algo tan putrefacto como puede estar mi corazón después de ser desollado; Y las manos…se queman de no tocarte, arden tanto como un fuego atizado por alcoholes que no dejan de caer. Y finalmente, la vida no se siente real.
Los sueños son ese lugar en el que todo es posible aún siendo una falsedad; el mundo al que llamamos real está lleno de ilusiones, así que me permito crearte de la nada sólo con la condición de estar contigo un único momento.
Un sueño es la representación de una vida, bien de temor, bien de deseos…Pues mi historia contigo no es más que la definición de ambas palabras. El temor de levantarme a ciegas en las mañanas y saber que es un día más de soledad, aquella a la que no me aferro porque quiero lo que ella me niega constantemente, eso que te pertenece, eso que te hace y que te convierte en mi misterio y en mi más grande realidad…Temor de existir bajo el nombre de “inexistente”, temor de saborear una felicidad pasada sin verla en el futuro, tratando de contestar preguntas que no hallan resolución en los vacíos de mi existencia. Y deseo, de respirarte, sentirte, verte, llenarme de tu sola presencia y sólo saber que en el abrazo constante de tu existir mi felicidad reside en paz; deseo de no escatimar esfuerzos al tocar tu mundo…Deseos de aferrarme a ti como mi única realidad y no dejarte ir, no perderte, no huir, no escapar.
Prefiero esa dimensión en la que mis manos aún siendo imágenes se pueden extender hacia ti, antes que mezclarme con la inconformidad con la que tu ausencia me ha dejado. Prefiero vivir de sueños, prefiero morir dormida en tu abrazo, antes que llenarme de frío en tu indiferencia haciendo caso a esta realidad que quiero desaparecer.
Me quedan los sueños, para revivir mi vida contigo en una realidad quizás transparente, quizás inexistente, para tocar las nubes con la punta de mis dedos sintiéndome al borde de una locura infinita sólo por el bienestar de tu boca, de tu cuerpo, de tu alma y tu corazón.
Me quedan los deseos, para evocarte tan profunda como tiernamente sea posible, para convertirte en realidad aún cuando utopía es tu definición…Yo me encierro en el sabor de ese mundo que solo tú llenas, y en la reducida oscuridad que forra su pertenencia a la mía, me entrego enteramente a ti, en las noches, cuando nada existe, cuando los negros y los blancos empalidecen tanto que desaparecen ante las necesidades de quien te ama, de quien te busca desesperadamente, de quien espera encontrarte tras el telón del terminar de esta obra a la que llaman día y que se entrega a mí en actos de tragedia por hallarme en soledad.
Deseos…para extrañarte y necesitarte tanto como a mi propia piel, como a mi propia alma; deseos para clamar por ti día y noche aún sin esperar respuestas…
Sueños…para dibujarte y tenerte, para amarrarme a ti, para amarte una vez más, para convertir las lágrimas de luto en lágrimas de alegría al encontrarte como mía, como propia, como vida y felicidad.
Deseos transformados en sueños, una realidad más allá de lo real y más allá de cualquier verdad…Pero no menos que mi más grande verdad…Eres mi sueño, y tenerte es mi único deseo.
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