Rompiendo récords…

107189 Me alientan las ganas de escribirte mi querida niña, pero no encuentro en mis ganas de hacerlo una razón lógica para continuar ciñéndome a las letras que se derivan de tu adorada existencia. Veo cómo avanzan los números de las cartas que he escrito en tu nombre, y aún ahora no entiendo dónde pueden formarse tantas estupideces. Pierdo mi tiempo, pierdo un tiempo que no es valioso y que está lejos de ser oro, porque al menos el oro es codiciado…Sin embargo, escribirte es como quitarme de encima las palabras que tendría por decirte si pudiera mirarte a los ojos y arrancarte una mirada de esas que hechizan mis sentidos y los envuelven entre sábanas blancas y tibias. Estas son simples palabras que rebotan en mi pecho para chocar entre sí y organizarse de modo que parezca que son lógicas o quizás un poco coherentes…Pero el sentimiento que las inunda es falto de raciocinio, y es ahí donde quedo yo con la imagen de patéticamente enamorada de ti, sin remedio…Tristemente sin esperanzas que abriguen mi regreso a tu puerta, puerta a la que quiero llegar justo ahora para verte, para sentirte cerca, para al menos llenarme de la codicia absurda de tu cuerpo. Para espiar tu dormir y cuidar tu soñar, para acariciar tu vivir y vivir tu respirar.

No imaginas la necesidad de ti que me hace impotente cada minuto del día, un día que es falso porque el verdadero lo tengo en mi pecho, llenándose de melancolía y de un sufrimiento que no nace de ti, nunca nacería de tus palabras o de tus silencios, nace de mí misma, de mis sinsabores humanos que se recrean en el patio ardiente de mi fracaso. Debía guardarte cerca de mí por siempre y fallé, eso es lo que lastima mi ser, eso es lo que parte mi alma y dibuja en piel los blancos para la ausencia de ti. Me dejaste desnuda en un campo de hiel y de tunas, y estando aquí de rodillas, llevo implorando un regreso negado a quien por convicción y derecho me mereció y me hizo merecerle aún cuando mis manos residían en imposibles ufanos.

Yo te escribo mi niña, segura de que en algún momento cada una de estas palabras llegarán a ti, al menos para que tus ojos sean testigos de ellas, al menos para que no se pierdan en la banalidad de no tener un destino final. Te escribo para sacar de mi corazón estos pequeños retacitos de vida que quedan, con los que intento armar un abrigo para tus soledades, para tus tristezas o quizás para tus pasiones ajenas a mi piel.
Te escribo rompiendo récords…rompiendo expectativas…Rompiéndome por dentro, pero armando con pedazos un letrero infinito que te hable a ti sólo de amor, un amor eterno, plácidamente entregado a tu sueño, voluntariamente creado del mío.

Letras de ti y para ti, letras vacías…simples letras…Cuando lo que quiero es hablar de complejidad…De entrega, de amor.
Te amo mi niña, siempre lo he hecho…Aspiro poder dejar de hacerlo…Aspiro no escribirte por siempre…Aspiro a simplemente –Desaparecer-

0 Silencios...: