Lo que siento…

Has decidido irte lejos, marcharte de mis ojos y de mi vida, tus palabras tan cortantes son igual de reales que la agonía que respiro y que no me inunda de vida sino de una amargura intensa que penetra en lo más profundo de mis sentimientos. No sería la primera vez que te cierras, pero es la primera vez que el candado logra clausurar cada mínimo espacio por el que mis ojos podían penetrar en tu vida…Ni por el ojo de la cerradura, ni por esa distancia entre el suelo y la luz, ni por ese vacío interno en el que es posible comunicarme contigo…
Más allá de haberte perdido, he perdido lo que me dabas y lo que podía darte yo a ti, aquellos juegos absurdos de palabras desencontradas, las peleas tontas por el qué o el porqué que después se convertían en excusas de reconciliación entre el movimiento profundo y suave de tus labios entre los míos. Mi alma gemela y mi mejor amiga, aquellas palabras que me correspondían por derecho y por confianza, aquellos llantos que me amarraban a las posibilidades remotas de mantenerte atada a mí por un abrazo eterno de ternura incomparada con tu calidez y la forma en que explotaba al mirarte, al sostener tu mano, al acariciarte…al verte existir.

Es patética la forma en que puedo llegar a extrañarte, como si hicieras parte de mi sangre, como si fueras mi cordura hecha añicos, como si fueras mi corazón, y quizás porque lo eres es que siento que no lo tengo conmigo…Y porque lo tienes es que siento que no vivo…Y porque no vivo es que siento que te necesito.
Te vas, y aunque llevas mucho tiempo despidiéndote, no dejo de sentir tu respiración en mi escalofrío…Te vas buscando la felicidad, que quizás se ha escondido de ti, que quizás te fue dada a sorbos cuando merecías el trago completo…Sinsabores han pasado por tu garganta y lamento ser uno de ellos…Como un amargo tirón de aguasal, como la nada y el todo en un simple segundo, la tristeza conjugada con la dicha como si en común existiera siquiera un mísero intento.

He llorado por ti, mientras estuve contigo, y mientras he luchado por ti, pero me ha castigado la fortuna convirtiéndome en un negativo de grises que imprime fotografías de dolor y de llanto en tu pasado. Quizás me faltaron fuerzas para darle más colores a tu existencia, quizás el arcoiris fue lo único que no te ofrecí…Pero mis palabras siempre han sido sinceras y mi más preciado detalle para ti, un signo de mi incondicionalidad y de mi más profundo respeto, admiración y del mayor de todos los sentimientos que se recrean en mí por ti. Cada letra, cada palabra, cada frase, metáfora, mentira o verdad, con rabia o desprecio, con delicadeza o ternura, con cualquiera de mis contradicciones…Todo en mí, lo escrito, lo dicho, lo hecho y lo oculto, es el resultado de lo que eres tú…Y de lo que eres tú, es lo que hoy puedo ser yo…Lo que puedo sentir.

(…)

0 Silencios...: