Diálogo??

escribir-large Suelo entrometerme y ganar compromisos con la literatura cada vez que escribo…De rodeo en rodeo, de vacilo en vacilo, caigo en la manía de darle unas cuantas vueltas a la realidad que me acontece precisamente en la realidad. Le trato de dar bocaditos de dulzura a mis manos, escribo sin pensarlo dos veces simplemente porque una frase se acerca a mi cabeza…Y así, creo que tengo la inspiración completa, creo que es suficiente como para dejarme llevar…En este preciso instante, pienso, ¿qué hago? Debería suponer que escribo para que me leas, específicamente tú, pero me contradigo y te planteo que escribo por lo que siento. Por tanto, no te escribo sino que escribo por ti…Después de todo el barquito aunque hundido, aún suelta burbujas, y esas burbujas hablan no más que de la presencia tuya en mi vida; ahora es ausencia, y de ella también siendo testigo fiel, escribo.
Cuál es la condición de escribir? Tenerte en mi mente diría yo, o más bien, tener la mente vacía, en blanco, sin pensar, y de la nada que brote lo que siento que debo decir…Pero caigo en el error de darle importancia a las palabras fieles a la literatura aún cuando no asemejo mucho ni por poco a los grandes…Ya lo dije antes, soy corta, soy “chiquitica”, no sólo por estar sin ti, sino porque no abarco en palabras lo indescriptible, y creo que ahondo en el problema primordial de la poesía: Su imposibilidad de rescatar de las aguas los pesares o las dichas.
Creo que inventamos el lenguaje para olvidarnos del lenguaje…Antes de las letras y el idioma no podemos decir que no existiera el diálogo, quizás uno propiamente dicho no, pero y el diálogo intrínseco al ser que? Estoy lidiando con la problemática de no ser concisa, quizás coherente dentro de lo que implica ser unitemática – y aún fallando – Pero no concisa. Caigo de nuevo en la sensación de darle rebotes a esta pelotica…Escribo, pienso, siento…y llego a lo mismo: Tú.
Hablaba del diálogo, no? Bueno, déjame decirte algo de él…Es basura!!
El sentimiento si es encarnado en el corazón ha de hablarse desde el corazón…Hablarse? Sí, entonarse de emociones y hablar con ellas, no con palabras. Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios, y al corazón, por Dios, lo que es del corazón! De otro modo, no, es que no habría otro modo. Es que decir “beso” no implica sentirlo…Lo dije, lo repito y lo recalco: “Las palabras no hacen el amor”

Pero caigamos en la tentación de escribir…es simple, es sencillo y siempre que encuentres el qué y el por qué te evolucionas y te sobrepasas como persona, te realizas sintiéndote escritor…Ok, bien. Dejemos los rodeos…hablemos con el rústico idioma, aquel que debió ser antes que el primitivo…Hablemos con palabras:

Te amo, y sintetizo mis alientos en esa pequeña frase, aunque no en ella estén mis verdaderos sentires…Son dos palabritas:
Te: Relacionada con Tú, ti, contigo, ése pronombre que te apunta y que te define como un ego exterior a mí. Es la parte que recoge lo que eres, la razón por la que vendría el complemento…Definiría tu sonrisa, tus labios, tu nariz, tus oídos, tu cabello, tu rostro, tu cuello, tus hombros, tu espalda, tu cintura [y su indiscutible atracción], tus brazos, tus manos, tus dedos, tu cadera y tus piernas, tus rodillas, pies y sus dedos…Toda tú. Y con miras a pensarte un poco más, pues es una palabra que te extiende internamente y te sintetiza…Ves mi punto? Las palabras sintetizan lo importante…y por tanto, la segunda palabra, no es en esencia el todo que representa.
Amo: A de adentro…a modo de acróstico…M de memoria…O de orgullo, pero orgullo olvidado!
Un sentimiento de adentro que ha creado una memoria incapaz de desaparecer y que me ha dejado sin piel ni dignidad, he olvidado mi orgullo para convertirlo en tu incondicionalidad…Ése es mi amor.

Y me quedo corta mi vida, corta en palabras…Este amor no se sintetiza, se vive fielmente…se siente, crece, no se habla!

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