Cómo explicarte a ti, y cómo explicarme a mí misma esta idea de amarte tanto sin razón que le distinga de una verdadera locura…Y cómo no amarte sin la presencia de la falta de razón si es por eso que te amo tan locamente al tiempo que te amo como si no me importara nada más en este mundo. Se me hace necesario tenerte entre mis ojos, en mis oídos y con la ligera sensación de tus labios en mi boca…Ésa suavidad tan característica de tu lengua, rozando la mía mientras que solo puedo buscarme porque con tenerte cerca me pierdo en la infinidad de una nada rebosante de un todo dispuesto y predispuesto por ti misma y por los calabozos en los que me encierras, profundos para no escapar, y oscuros para no ver nada más que a ti.
Se me niega, o quizás me niego la idea de no amarte…y es incoherente, es utópico…Como las ideas políticas de la humanidad, buscando siempre un bien que no llega…Así se siente cuando establezco las leyes que me llevan al olvido aún cuando sin buscarlo me llevan a un recuerdo más. Con el tiempo las memorias pesan y con el peso se forman rastros de huellas en el piso que se encuentran entre sí porque se confunden entre círculos, entre “ires y venires”, entre laberintos hechos a mano, con sangre y desde el corazón…laberintos sin salida, hechos a propósito así para no caer en la tentación de escapar de lo lindo de amarte.
Si sigo buscando explicaciones racionales quizás no encuentre más que locura anudada a pasión, quizás estrelle mis vuelos contra la luz hasta que finalmente caiga…Y creo que en este final pensaré que no valdría amar sin dejar de pensar, que no valdría extrañar sin dejar de odiar, que no valdría seguir sin dejar esta soledad. Quizás no debería buscar coherencias, porque sé que no las hay, quizás no debería llamarme loca, simplemente enamorada y abarcaría ambos adjetivos en una simple palabra.
Qué más quisiera yo que dejar de lado las ironías que pesan en mis días, qué más quisiera yo que aprender a razonar partiendo de tu nombre, qué más quisiera yo que morir en una limpieza de mi propia memoria…Pero es que, si dejo de sentirme irracional, si dejo de sentirme viva, si te olvido…, dejaría también de abandonarme ante ti, y, qué tipo de amor sería ese?
Qué tipo de amor sería aquel que no se arrodilla ante el dolor sólo para buscar soportar las laceraciones del tiempo?
No sería un amor, sería otro amor diferente al mío, al que conoces…Diferente al amor que quiero darte a ti…No sería amor…al menos, no sería el mío.
Me gusta amarte con locura, me gusta amarte no debiendo, me gusta perderme en ti y en mi pasado contigo…Porque entre desvaríos e incoherencias nada mi felicidad, y aunque yace ahogada ahora…Es mi felicidad, y éste loco y moribundo amor, es mi amor…el que fuera y sigue siendo tuyo.
No hay palabras mi vida, nunca han existido y nunca las habrá…éste es un lenguaje mudo, hecho de suspiros y fragancias, hecho de caricias y recelos, hecho de entrega y desespero…Un lenguaje mudo de miradas, de frases escondidas entre revoluciones de rosas…Éste es mi amor…y como éste no hay ningún otro…
El instante no es más, que el triste punto entre el deseo y el recuerdo...
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