Sólo quédate

mujer acostada con rosa
Como de la nada proviniendo, aparece tu silueta dibujada en mi ventana, parece un trazo suave de un pincel de aquellos de manos maestras, deslizándose con suavidad ante la poca luz de luna que rasga la penumbra…y a modo de retrato, te acercas. Quizás prefiriendo la quietud, quizás perforando los deseos, quizás sin buscar algún hecho, palabra o mirada que pueda tocar tu humanidad…Tú simplemente, llegas.
Y te quedas, y permaneces, y yaces recostada en medio de la nada mientras te dedicas a sólo existir, justamente lo que más amo de ti; y comienzo a escudriñar en mi interior las razones por las cuales no me tentaría yo a mirarte, a distraerme con tu presencia, a sentirla de cierto modo, a malgastarme en el lenguaje de una simple e inocente contemplación.
Me tienta la palabra interna para preguntar de tu llegada…Ése es el principio de mi vigilia - por qué ahora, por qué a mí? – Pero atando mi lengua al paladar presionando para carcomer indirectamente las ganas de besarte, continúo en el misterio. Y qué espera tu calma que te insinúen mis nervios, qué espera tu seguridad al florecer el deseo, qué espera tu vida que haga la mía cuando las tinieblas recubren más de lo que podría verse con los ojos cerrados?
Lo que pueda esperar tu ingenio de mi voluntad, se reduce a lo mucho que podría traducir para ti…Gestos, no palabras, hechos, no poesías…Y qué hago? Qué hago yo más que sentir que el alma se reduce para no desdoblarse hacia la tuya, y aprieto contra mis entrañas esa sensación de hormigueo que se centra cerca a mi vientre…La luna me ve a lo lejos y la siento reírse de mi debilidad frente a tu locura. No conozco el motivo de tu llegada, pero no lo busco, quizás es mejor no saberlo, quizás a veces es mejor callar para no fallar…Quizás a veces sólo necesitas amar con los ojos cerrados para que tu curiosidad no arme delirios innecesarios.
Me he privado de mí misma, y alucinando están mis ojos percibiéndote llegar más y más cerca…Estoy aquí, y sigo aquí por un masoquismo idealista de lo que sé será un fracaso más de la posibilidad, un trabajo más para la esperanza que tarde o temprano recogerá los escombro de mí…Ésa esperanza ¡droga maldita!…Ésa que aparece como si casual o causalmente pudieras ser vista también en la luz del día.

Yo te veo a ti, qué más podría ver?…Qué más querría ver? Mas que la eternidad de tu ser, tan delicado y suave posando ante mí, ante esta incapacidad que encierran mis puños que se cierran conteniendo la libertad que he atado por tanto tiempo…Esa implacable corazonada de que algo debe suceder es la que me mueve al tiempo que me inmoviliza, y me mudo de universo, a uno en el que lo probable es creado, lo improbable probable, y lo eterno un poco más infinito. Aquí adentro, hay ganas de llorar, hay ganas de correr, hay ganas de sentir; hay ganas de provocar y de vivir de nuevo dentro de la geografía que aún conociendo me encierra en un laberinto del que quisiera no salir.
Déjame llorar esta inocencia en tu pecho, y permíteme ahogar este vacío en tu vientre humedecido, déjame creer que es posible pensarte más allá de la pasión que encierran tus latidos…Déjame dibujarte eternamente a mi lado, como si pertenecieras, como si estuvieras.

Quédate, te lo pido, acompaña la soledad que de tu vacío despertó tiempo atrás, ríete de ella mientras estás aquí; acaricia el tiempo para que este momento perdure más que los astros perdidos del universo al que rechazamos; cántale a mis memorias para que de ellas se alimente esta imaginación de la que es fácil recrearte aún estando ausente. Besa mi presente si no has de besarme a mí…Y regálale a mi futuro un poco de ti, que nacerá la alegría de contemplar en tus ojos la belleza absoluta de un momento en paz.

No necesito luz, no necesito un mundo…Necesito tus ojos, y te necesito a ti…

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