Tengo palabras

Cada día soy testigo del crecimiento de miles de palabras que se quedan en mi legua simulando que el viento las toma y se las lleva hacia tus oídos…Me siento inútil y con un sentimiento de bajeza al saber que no puedo dejar que mi preocupación por tu vivir y tu despertar sean obvios para tu conocimiento. No te importa, pero me importan a mí tus latidos y tu existencia, me preocupa tu preocupar, y desvivo por tu respirar. No me quiero seguir ahogando entre los sentimientos hacia ti, porque hay impotencia recreándose en mi interior desde tiempo atrás…Tiempo en el que no me ha sido dada la oportunidad ni de regresar a ti ni de olvidarte. Y, entonces, qué se supone que debo hacer, si de amarte a demostrarlo he de quedarme eternamente en la primera estación porque el invierno azota cruelmente la segunda…
Hacia ti quisiera llegar, no sólo por palabras sino por la sencillez de las miradas que tanto conoces y reconoces de mí; a ti quisiera llegar, abrazando con alegría la posibilidad de abrazar tu cuerpo al momento de descargar mi vida en aquel lugar al que refiero cada plegaria que mi corazón inventa.
Pareciera que veo tu rostro siempre…así como fuese la primera vez, con la sonrisa tan iluminada como siempre, y me aferro a ella cerrando mis ojos sólo para definirla por un momento de sumisa realidad. Y alcanzo a imaginarte cerca, yo llegando o tú acercándote, con esa emoción y dicha tan cálidas que me llenaban cuando percibía tus latidos encontrándose con los míos bajo una armonía sin igual…Y no puedo evitar regocijarme bajo esa expectativa de un regreso, de una probabilidad…De una forma, una simple, una, sólo una, de estar de nuevo así, contigo…
Y tengo palabras, muchas de ellas, estancadas en mi garganta a modo de revoloteo, palmoteo e inseguridad…muero por escucharte, muero por hablarte…Y, ante todo, por no hablarte, porque es mi idioma favorito aquel que nace por ti cuando presente estás…Ése, en el que las palabras mueren al momento de nacer, en el que basta con lograr un roce de tus ojos con los míos, un gesto, y el suceso de una respiración para hacer que este corazón salte de la alegría y dance, con esa música que capta sólo el alma, con los brazos extendidos para sentir el aire que te ha acariciado…Y finalmente, para acariciarte a ti, mi hermosa niña…

Poseedora de mis palabras, cuna de mi arroyo, canción de mi llanto, brillo de mi cielo…A ti, y para ti…tengo palabras…las que no nacen, las que mueren, las que fallecen, las que no llegan, las que no se crean…Las que están aquí queriendo y no queriendo ser dichas…Las que están y no se van…Las que son mías y tuyas. Tengo palabras para ti…y de palabras en palabras…Tengo para ti, simplemente, amor.