Lucho contra los pensamientos que me han de guiar a un hecho de abandonarme a ti; lucho contra los recuerdos que le ceden melancolía a mis ojos y hacen que rieguen sus senderos hacia una faz que puede pretender más que el corazón, pero que no miente al alma; lucho contra la posibilidad de imaginar qué tan feliz eres, qué tanto amas ahora, qué tanto entregas...qué tanto traes a tu mente imágenes que no son ajenas, porque te pertenecen, imágenes que acompaño, que lleno y que creo con lo que una vez fui para ti.
Lucho con la realidad, ésta que no parece agradarle al mítico deseo de estar contigo, de acompañarte y de cobijarte; lucho con la idea vaga pero al mismo tiempo precisa de recuperarte algún día y llenarte de este mar de burbujas insaciables de ti...Te llevaste mi alma, mi vida, mi corazón, y ahora siento un vacío que no se llena en compañías desconocidas o aún en intentos inútiles de favorecer vientos de amnesia permanente capaces de arrancar de raíz tu nombre, tu olor, tu sabor, tu piel, tus besos, tus caricias...Vientos que me regalen la tranquilidad de no pensarte en brazos de alguien más y que me enseñen bien sea, un camino nuevo para llegar a ti o bien, uno que borre las cenizas de ese fuego que perdura aún en la soledad y en la agonía de tu partida.
Lucho, con mano firme y con espadas que no logran blandirse bien en sus objetivos, no cortan, no asesinan, no amenazan y no desechan...Mis escudos son débiles ante tus ataques, ataques involuntarios que no requieren de tu participación. Sí, ataques tuyos que son llevados a cabo con estrategia, estrategias que no provienen de ti, pero que duelen...ver tu nombre, ver tu cuerpo o aún sentir el aroma que desprendías...No puedo pelear así; no puedo ganarte, no puedo ganarme a mí misma o a tu recuerdo...Ay como dueles aquí en el corazón, como te extraña cada fibra de mi ser, como quisiera vivir de nuevo por ti y solo para ti...
Lucho con la realidad, ésta que no parece agradarle al mítico deseo de estar contigo, de acompañarte y de cobijarte; lucho con la idea vaga pero al mismo tiempo precisa de recuperarte algún día y llenarte de este mar de burbujas insaciables de ti...Te llevaste mi alma, mi vida, mi corazón, y ahora siento un vacío que no se llena en compañías desconocidas o aún en intentos inútiles de favorecer vientos de amnesia permanente capaces de arrancar de raíz tu nombre, tu olor, tu sabor, tu piel, tus besos, tus caricias...Vientos que me regalen la tranquilidad de no pensarte en brazos de alguien más y que me enseñen bien sea, un camino nuevo para llegar a ti o bien, uno que borre las cenizas de ese fuego que perdura aún en la soledad y en la agonía de tu partida.
Lucho, con mano firme y con espadas que no logran blandirse bien en sus objetivos, no cortan, no asesinan, no amenazan y no desechan...Mis escudos son débiles ante tus ataques, ataques involuntarios que no requieren de tu participación. Sí, ataques tuyos que son llevados a cabo con estrategia, estrategias que no provienen de ti, pero que duelen...ver tu nombre, ver tu cuerpo o aún sentir el aroma que desprendías...No puedo pelear así; no puedo ganarte, no puedo ganarme a mí misma o a tu recuerdo...Ay como dueles aquí en el corazón, como te extraña cada fibra de mi ser, como quisiera vivir de nuevo por ti y solo para ti...
Lucho contra ti, lucho, lo intento...Pero victorias solo se obtendrían sin en esas luchas contra lo imposible tus ojos regresaran su luz ante mí y me regalaran solo una cosa: A ti!
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