De locos

0603 Me dijeron depresión y lo acepté porque dentro de lo mucho que podría llegar a sufrir, definirlo en una sola palabra es más fácil para explicar.
Me dijeron con los días que de moderada sería ahora severa, aún lo asimilo, aunque no me comprometo por completo a dejarme llevar por definiciones que aunque me estacionan en una realidad, me hacen envolverme en ese “dromo” absurdo de hallarme entre perdida e inexistente.
Pero anoche, así como cada vez que se recogen las luces para dormir, así como siempre que estaciono mi realidad en la cama, así como cada miserable noche, me volví a escurrir dentro de la locura.
Es un maldito pensamiento constante de la última vez que la vi, de la última vez que le hablé, de la última vez que la toqué, de la última vez que la sentí. Un recordatorio casi como un cementerio de zombies que buscan acercarse sin tocarme, pero aún así se alimentan de mí y no me dejan tranquila. Me retuerzo en la cama, cambio de posición, cierro y abro los ojos, me levanto y camino, me estaciono y sigo; pero no importa el lugar en el que esté, ella estuvo ahí, y ahí hay un recuerdo. Me quedo de pie intacta, inmóvil, insoluta tratando de localizar espacios en los que no está, pero en todos ha estado y sino es así, es bastante fácil imaginar. Me apoyo en las paredes en las que estuvo recostada y empuño mis manos intentando aferrarme a algo más que un recuerdo, pero termino golpeando el cemento con rabia, con tristeza, con desdicha profunda. Caigo de rodillas y sólo puedo llorar, sostener mis lágrimas con las manos que podrían sostenerla a ella…Y lloro en silencio.

Me tiro en la cama intentando dormir, pero termino golpeando mi cabeza contra la almohada, tapando mis oídos como si por ello lograra dejar de escucharle, mordiendo mis ganas como si por ello lograra dejar de desearle, cerrando mis ojos como si por ello lograra dejar de verle, dejando de respirar como si por ello lograra dejar de olerle, o mejor, dejar de vivir.
Si le ponen nombres a todo, si en realidad estoy deprimida severamente, porqué no me dicen mejor que estoy loca, y que soy una excelente opción para dejar de recordar…Cualquier intento sería el ideal…Porque dentro de este sinfín de numeritos de estupidez hay uno bastante cuerdo que quiere borrarla para siempre. Es sólo que no quiero del todo olvidarla…Y entre quererlo y no quererlo está mi cordura, o quizás lo poco o nada que queda de ella.

Cada noche me descubro en mí misma adormecida, enloqueciéndome y carcomiendo mis sentidos entre esos “deja vu” del pasado. Haciéndome débil, triste, haciéndome añicos. Entre lágrimas vivo de día y entre rabias de noche.
Rabia de no tenerla…Y rabia, rabia por no tenerme a mí misma.

No me falta el deseo de marcharme
Pero, tan cobarde soy!!

Te amo tanto, que a veces te mataría…
Pero antes me mataría yo…

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