Un intento de despedida

ESPECIALMENTE ESCRITO PARA LA MUJER DE MI VIDA, DE MIS SUEÑOS Y POR DEMÁS, DE MIS PALABRAS. NO PUEDO DECIR SIMPLEMENTE ADIÓS.
…SI ALGÚN DÍA VIENES, LÉELO…

Me prohibieron hablar de ti, pensarte o hacerte parte de lo que soy; es irónico tratar de obedecer eso, pues no importa si lo prohíben, la existencia de un tabú no hace que el subyugado deje de existir.
Quizás sea lo último que escriba, no lo sé, a veces no puedo evitar sentarme y simplemente decirme a mí misma miles de cosas que provienen de ti para plasmarlas, no importándome mucho si algún día llegaras a leerlas o no.

Sabes? Todo el mundo me ha dicho recientemente que no debo hablar de ti, es incluso una orden directa de mi psicóloga; al parecer hay una extraña fijación entre dejar de hablar de ti y mejorar mi estado mental, y es mucho más extraño pensar que es por eso que estoy perdiendo el poquito de cordura que me quedaba. Pero por hoy, debía escribir algo, porque si te voy a olvidar no quiero dejar que el último rasgo de mis escritos esté lleno de un vacío que no coincide con lo que en realidad siento. Algo ha quedado más que claro últimamente y es una afirmación que provino de ti el 3 de agosto del 2007, no soy capaz de odiar, dijiste que es porque tengo un corazón muy grande…Pero entonces no entiendo porqué me odias…O mejor, si lo entiendo, me tenías que odiar para olvidarte de mí. Esto es lo que puedo escribir ahora; pero recuerda que mis palabras no son ni serán nunca próximas a lo que no digo, pues es lo que no digo lo que en el corazón se guarda, y si allí permanece es porque no es justo convertirlo en palabras.

---------------------------------------------------------

Este es mi último suspiro, y lo encierro en el baúl de lo último para que sea tan infinito como cuando me dijiste “Te amo”. No es, sin embargo, el último que existirá pues de mi boca saldrán uno tras otro segundo a segundo intentando arrancarte del pecho al salir. Sin saber que al tratar de arrancarte es que te quedas, pues olvidándote es que te recuerdo porque de mí eres lo mejor y lo mejor me dejaste de ti.
Quizás me odias, no lo sé, tus últimas palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza dejándome mucho que odiar de mí misma, tanto así que no puedo odiarte. Las preguntas, esas de siempre sembradas en mi cabeza recibiendo luz del Sol y agua salada de mis ojos, siguen creciendo y se estacionan aquí, golpearlas no las saca y tampoco me asesina…Y qué tanto sería morir ahora…

Quería escribir de ti, de las ganas de verte y de encontrar en ti una sonrisa, una mirada amable, un corazón abierto, unos brazos extendidos, unas palabras de aliento, unos ojos al descubierto y un alma bondadosa…
Quería escribir del pasado, de cuando hacíamos el amor de forma casi estúpida porque no sabíamos ni donde apuntar con los dedos o la lengua, pero teníamos bastante claro que nos deseábamos desde la pasión hasta el placer…Nos faltó descubrir más de lo que ocultábamos entre ropas, pero extrañaré cada tarde, cada gesto, cada caricia, cada mirada, cada gemido, cada silencio, todo lo que justo ahora me recorre el cuerpo en escalofrío y me hace temerle a no tenerte más, porque te deseo…
Quería escribir de las tardes compartidas, de tenerte tendida en mi cama abrazada a tu cintura, con los ojos al descubierto mientras miraba los tuyos; o totalmente perdidos cuando los cerraba para abrir los telones de un beso suave de tus labios húmedos y dulces, el sabor característico de tu saliva y tu aliento en mi boca; la ternura que dedo por dedo me gustaba compartirle a tu rostro sencillo de mirada tranquila y abrasadora. Como me gustaba mirarte…Como me gustaba besarte…Como me gustaba amarte…
Quería escribir de las risas, aquellas que sin querer me compartías aún teniendo rabia o tristeza metida entre los ojos…Porque me alegrabas el día desde que te veía a lo lejos, hasta que de cerca escuchaba tu corazón. Recuerdo los encuentros furtivos, tu sonrisa que a lo lejos se encendía y me ponía los nervios de punta; no podía creer que me amaras, no podía creer que eras mía, no podía creer que te estuvieras acercando precisamente hacia mí aún cuando habían miles de personas más alrededor…Pero ibas por mí, esa sonrisa era por mí y para mí, ese beso robado era para mí, ese abrazo era para mí…Ese amor, ese amor era todo mío…
Quería escribir de las lágrimas que provoqué, o las que enjugué…O las que provoqué para enjugar después…Te ves maravillosa cuando lloras, no porque me guste verte llorar, sino por tus ojos que encierran la ternura más grande del mundo, tus manos que se vuelven débiles y tus besos que se van volviendo frágiles pero irrompibles…
Quería escribir de tus enojos, porque hacen de ti una escultura maravillosa; porque dejan salir todo lo que es tuyo, hacen sentir la mujer que eres, hacen sentir ganas de amarte aún más, hacen ganas de pegar en tus labios un beso forzado que derrita el hielo del momento, hacen sentir un placer nacido sin tocarte una sola vez…Era inevitable desearte…Era inevitable concebirte así queriendo tenerte entregada a un éxtasis apasionado al que le temía, pero que terminaba por dominarme al son de tu mano, al son de tus dedos…
Quería escribir de ese par de noches que pude dormir a tu lado, abrazando tu espalda, acariciando tus brazos, hablando a tu oído, escuchando tu respiración profunda, ahogándome en ese mundo eterno que cubrías con tu cuerpo, enredándome en tu calor y en ese amor tan hermoso que sentía que de ti emanaba con sólo dormir, con sólo llamarme, con sólo abrazarme, con sólo estar allí, conmigo…

Quería escribir de ese AMOR, uno no egoísta sino incondicional, uno no sucio sino puro, uno no suspicaz sino inocente…Ódiame lo que quieras, odia nuestro pasado, odia ese amor que me tuviste, pero yo jamás lo haré.
Quería escribir de ti…y lo hice; porque a ti hermosa niña, sólo a ti es que le pertenecen estas palabras y las que no he escrito porque no hay cómo encontrarles una gramática especial…Pues el amor ciertamente no se entiende y nunca será necesario entenderlo.

No sé si aún te amo, y mis aspiraciones de responderme esa pregunta van más allá de mi capacidad de responderla. Hoy sé que la última vez que te vi mi mundo se vino abajo; que la última vez que te besé, me temblaron los labios y cada pequeña fibra de mi ser; que la última vez que hicimos el amor te deseé como nunca; que la última vez que te abracé me rompí por dentro; que la última vez que te acaricié me sonreíste;
Que la última vez que me amaste fui feliz…Eso lo pude escribir, pero las lágrimas que surgen al hacerlo son el grito interno de lo que he sido sin ti.

Perdona mis errores, por favor perdónalos y perdóname a mí, por ser esto, hacer esto…Y por no poder vivir sin ti.

Te extrañaré cada triste o feliz momento de esta vida que me resta, quizás te piense, quizás me ahogue de hacerlo…Quizás te olvide o muera intentándolo que es lo que tanto quisiera.

Dicen que de amor nadie muere,
¿Entonces por qué he muerto?

Era un amor para siempre,
Y quizás para siempre lo sea…

Yo puedo escribir muchas cosas mi niña, pero las palabras no son lo que siento.
Me han pedido que te olvide…Un intento más…Sólo uno más.
Cómo es que no encuentro más palabras para una despedida, cómo es que todo siempre se resume en lo mismo, cómo es que siempre son las mismas dos palabras en lugar de un adiós?

Te amo.

Como cambian…

 s5e06c4_00002195 Como cambian las cosas de fácil, y con qué facilidad aún más se tornan en contra de lo que más deseo…Las historias felices se reducen a recuerdos que apenas se pueden recuperar de esos espaciecitos de vacío que hay por dentro. Y hoy, en uno de esos días poco especiales estoy de nuevo en derrota, de nuevo perdida, de nuevo en medio de la nada, tan perdida como si nunca hubiese visitado el suelo; llorando hechos de historia y hechos de presente, llorando sucesos imposibles, tan utópicos como aquellos que responden a ti.
En medio de todas aquellas palabras que salían de quienes me conocían, en medio de las palabras que salían de tu boca, porque eras la razón de mis razones, de mis vuelos, de mis ganas y de mis sueños. Ahora estoy pisando precisamente el baldosín de la derrota, y no me muevo, y nada me mueve, y simplemente pertenezco a él. Por alguna razón, aún desconocida para mí,no respondo a nada que no sea tu voz, no respondo a nada que no provenga de ti, y me encierro en una profundidad de la que no me extrae nada, ni nadie.

Estar bien es ahora un contrato inválido con mi propia existencia, porque no soy yo, porque estoy saturada, porque estoy hecha humo y cenizas, porque sigo aquí rogando porque desaparezca un pasado que me persigue en cada ruta que piso; cargando culpas que yo misma he puesto en mis hombros, cargando deseos absurdos de retroceder el tiempo y ser yo de nuevo…Pierdo de mí todo cuanto me cedía orgullo, todo cuanto a ti te gustaba, todo cuanto era permanente para que fueras tú la testigo…Todo cuanto me hacía persona, todo cuanto me hacía valiosa, todo cuanto me hacía existir.
Fuiste mi amiga, la mejor que he podido tener y la más grande que he podido pedir; jamás soñé con esa presencia en mi vida, y es esa presencia la que ahora pido a gritos. Quizás no te llamo por saber cómo estás, sino por lo mucho que logras con sólo hablar. A veces pienso en la facilidad de las cosas, y en la dificultad de las mismas. Tan difícil que es alcanzar un pico máximo de felicidad, tan fácil es si hay alguien ahí para ti…Tan difícil es llenar tu vida y tan fácil es verla vacía por solo un momento multiplicado por días, meses, años.

Tan fácil hacías que fuera mi vida, y ahora…esto…

Ahora no puedo recurrir a ti por más que lo necesite, por más que sepa que entre lo que eres encontraría un poco de lo que solía ser; ya no encontraría consuelo, y de seguro jamás lo encontraré porque de esta transición quizás sea imposible ya salir. Me tropiezo, me caigo, y por más que caiga, nunca me levanto…
Recuerdo el momento exacto en el que te conocí, me hiciste ver más allá de Dios, me permitiste conocerle de cerca…No puedo dejar de comparar, no puedo dejar de llorar, y por más que lo intente, por más que quiero, por más que lucho, no puedo dejar de perder. Porque desde que te perdí a ti, por alguna razón lo perdí todo.

Siempre he querido que sepas tantas cosas, que las guardes, que las quieras tener en ti. Que sepas lo que eres para mí, el orgullo que representas, la admiración que en mí crece día a día por tu fascinante historia de vida…Quiero que sepas que te quiero, que por encima de todas las cosas te amo y aquí en mi corazón te guardas como lo más maravilloso que he ganado aún sin merecerlo. Sólo en eso puedo pensar cuando me siento perdida, sabes?
No porque sea bueno recordarlo, sino porque de cierta forma sé que hice algo bien, porque si te tuve es porque algo bueno debo significar para alguien tan grande como tú que lo llenas todo solo respirando.
Mis palabras, estas palabras, y esas palabras de siempre, no son en vano, son por lo que eres; y, eres hermosa, así como espero que sean hermosos los sueños que rodeen tu futuro para hacerlo tal cual lo imaginas, tal cual lo esperas, tal cual lo mereces.

Pienso en ti cuando estoy derrotada, no entiendo porqué…Pero sé que contigo me sentía invencible, y eso aún hoy me hace sentir –Al menos por un momento- Feliz.

Como cambian las cosas, como cambias tú, como cambio yo, y en el fondo…Es curioso ver como ciertas cosas, nunca cambian…

Tan fácil que era todo en tu abrazo
Prometiste que todo estaría bien…Lo prometiste

De petición a ruego

 alice-dana3 ¿Recuerdas cuando no se trataba de rogar sino de pedir? Cuando, no importando los días que transcurrieran, siempre había una razón para llamar, aparecer, escribir, o simplemente, seguir amando?
A veces no me basta con escribir, una parte de mí se rehúsa a conformarse son el sustituto más inadecuado de tu voz; porque, después de todo, no sé nada de ti, no sé cómo estás, dónde estás…Y de día en día, paso del pedir al rogar.
Amarte tanto esparce venenos en el aire, inyecta alcohol en mis venas y llena de espinas los pasillos. Amarte tanto es, no por poco, un infierno; y debería ser el paraíso en el que me estacioné cuando te conocí. Las noches no traen consigo las respuestas a mis preguntas, pero tampoco quisiera que me las diera a conocer; me vale más la cobardía, pues soy tan pusilánime como lo sería nuestro amor años atrás, cuando de la nada sacó las razones para dejar de existir; cuando de la nada simplemente se perdió en un vacío tan inmenso como el frío de infierno.
Y, ¿Quién dijo que el infierno quema?
Yo, en mi desdicha, en mi desgracia, en mi pobreza de espíritu y libertad he estado allí. Entro y salgo constantemente, pero una vez adentro, te acompaña ese frío que nace de tus llagas y se extiende a tu alma. Un frío que te hace implorar, rogar, sufrir, penar…Y volverte el protagonista de la tragedia de amor más simple de todas: Morir por no tenerlo.

Las palabras ahogan tanto que no sé qué escribir, probablemente ya todo está dicho, probablemente no existan palabras para ti, probablemente jamás seas testigo de todo esto; pero, no importa. Importa lo que pienso mientras lo escribo, lo que siento mientras miro al cielo, lo que me llena mientras dure un cigarro, lo que medito mientras camino, lo que enloquece mientras no duermo; importa lo que me grita el alma y el cuerpo, lo que sin decir escucho como si lo pintara en el aire que suspiro a suspiro me roba pensarte.
Importa lo que llevo adentro. Hoy no hay motivos para rogarte, no hay motivos para llamarte, han desaparecido por completo en esa niebla que desde tus ojos hasta los míos se dibuja. Tan espesa como tu indiferencia, pero aún tan blanca como mi esperanza. Así que hablemos de esperanza, hablemos de fortaleza, hablemos de ti y de mí, hablemos de una súplica…Una que existiría si tú existieras para mí:

Ambas hemos estado solas, tal vez sintiendo frío aún en la ausencia del viento contra nuestras ventanas. Ahora me está llenando el miedo, un miedo único e insuperable. Un miedo que sé que te llenó a ti una vez, cuando yo lo ignoraba para no caer en ser débil…Pero es que débil soy desde que te vi, y aún más, soy inútil sin ti.
He sido una tonta de muchas maneras, y todo comenzó con una separación tan absurda que sólo sería más absurdo el dejarte de amar precisamente ahora que más necesito de tu aliento, justo ahora que más quiero ser testigo de tu sueño y tu más hermosa realidad, justo ahora que le pertenezco por completo al deseo condescendiente de tu ser.
Pero, cambiaría mi vida, lo dejaría todo…Si tú, sólo si tú quisieras intentar amarme de nuevo.
Así que por favor, dame una oportunidad, una de escribirte de nuevo canciones, poesías, prosas o versos, una para hacerte posible de nuevo. Una para redimir todas aquellas cosas que hice, para levantar esa línea del tiempo y hacerla añicos, no con dolor sino con este amor recogido en rinconcitos, en espacios rotos, en lagunas profundas y pantanos ponzoñosos. Pues a ti te di mi corazón, te pertenece y te pertenecerá si tan solo me dejaras empezar desde ese siempre enclaustrado en el jamás de tu partida.
Si nos dejaras empezar…Si me dejaras amar…
No soy santa, sólo soy yo, aquí, escribiendo, un alguien más, un simple “ego”…Soy sólo una mujer que ha amado tanto como para morir por ello, tanto como para vivir de ello. Una mujer que logró tener la divinidad completa del cielo y la Tierra en sus manos. Yo te viví, en sueño y en realidad, en plenitud y en desdicha, en lo que amo y en lo que odio…Y porque te viví es que te pido de regreso.

Ahora, como siempre, estoy en mi día pidiendo constantemente ese perdón que jamás me ha llegado por la culpa que sostengo. Una pregunta continuamente denegada, una palabra jamás ofrecida, un perdón hecho trizas día tras día. Por favor, olvídalo, por favor regresa, por favor perdona, por favor…por favor, quédate conmigo.
Si sólo pudieras, por favor, dame otra oportunidad de escribirte, de tenerte, de darte mi amor, de estar contigo…
Si sólo pudieras, por favor…Déjame empezar de nuevo…
Mi niña, eres todo lo que tengo. No me dejes aquí así de nuevo… Te daría todo mi corazón, mi alma, mi vida y mi muerte (Sí, mi muerte), si sólo pudieras, si tan sólo quisieras…
Si le permitieras a mi corazón amarte de nuevo…

Por favor dame otra oportunidad de hacer de tu vida una canción…
De darte todo cuanto soy.
Y te daré mi corazón…
Si sólo quisieras empezar de nuevo…

Tres preguntas

Aún tienes cautiva mi atención y mis ganas en ti, a pesar de que ha pasado tanto tiempo.
¡Solías amarme tanto! Entonces dime qué fue lo qué pasó, quién se equivocó, o lo hicimos todo tan bien que huiste de mi lado, de mis huesos, de mi carne y de mi corazón?
Ahora resulta que estás en el sonido de una nueva voz, en el tono de una nueva canción, en el verso de una nueva poesía, y en el latido de un nuevo corazón.
Creí que la solución era el espacio, el silencio y la distancia, creí que el tiempo poseía un tridente más legendario que el de las minúsculas valías de un corazón, este mío que era tuyo…Pero no importa donde se posen mis ojos o donde mis pupilas se fijen, no importa si parpadeo, si guiño o si estimo por poco mi cabeza, en donde estoy, tú estás, has estado y seguirás. No importa el lugar, veo tu rostro, veo tu figura y tu sombra.
Aún espero a que regreses al hogar que construiste; es una paciencia inagotable ahora que lo pienso…Pero es que no quiero estar sola, y de no estarlo, quisiera compartir mi soledad contigo…No quiero estar sola. O mejor, no quiero estar sin ti.

Aún te amo…

 

¿Por qué te llevaste tu amor? Si sabías que el mío aún te pertenecía y que era posible lo imposible cuando juntos estaban. Si nos merecíamos la oportunidad de tenernos si sólo intentábamos llegar más allá de lo que nuestros ojos permitían. Si era imposible encontrar en manos ajenas lo que era nuestro y marcado estaba con nuestros nombres combinados, con el signo del adverbio siempre y un certificado de derrota de “jamás”.

¿Cuándo decidiste darte por vencida? Si de lucha en lucha, sólo había una por ganar, la nuestra; aquella en la que coincidíamos en un sueño, en uno sólo, en uno tuyo y mío, en uno de las dos. Un sueño de aquellos pocos que se conceden de día para vivirlos, y de noche no duermen, para soñarlos, respirarlos, sentirlos y explorarlos.

¿Cómo se supone que siga adelante sin ti? Ahora se me remueve el corazón queriendo salir huyendo…O mejor, queriendo salir volando a tu lado, en busca de aquella aventura que nos movía, que nos impulsaba. Qué hermosa figura es esta que guardo de ti, volando a mi lado, extendiendo tus alas, dejándote deslumbrar por ese brillo cautivante, tu ojos siempre hacia el frente o reflejados en los míos…Yo que te amaba, tú que me amabas…Yo que aún te amo.
Teniendo esa imagen, cómo es posible que me pidas olvidarla, olvidarte, olvidarnos. Teniendo esa imagen, no es posible dejar de amarla, amarte, amarnos.

¿Cómo se supone que siga adelante sin ti?…Si eres mi luz

couple,kissing,lesbian,sexy,b,w,kiss-fab05eb66d79a6d41c364b2a00d1fd4f_h

He cambiado mucho desde la última vez que te vi; cuando te fuiste no tienes idea de todo lo que me hiciste pasar, y los caminos se tornan más difíciles, más largos, más infinitos, más oscuros…Pero mi corazón todavía camina, corre, vuela y se estaciona justo a tu lado, ahí, donde lo ves o no lo ves, donde e visible o invisible según tú lo quieras.
No puedo escapar de la magia que reside en tus ojos, de esa energía que me embarga y me embriaga cuando me miras…De el deseo intenso de permanecer en ellos eternamente por cuanto tiempo el tiempo pueda ser tiempo…Acaso hay alguna forma de hacerte entender que no hay nadie, persona o ilusión que sea más especial para mi corazón; porque eres mi persona predilecta y mi más hermosa ilusión.

No puedo escapar de ti, pero nos quieres separadas, me quieres lejos…Aún te amo…
Lo eres todo para mí,
Eres el aire que respiro
La canción que canto
Eres mi reina, mi princesa, mi vida, mi aliento, mi niña.

Si pudiera suplicarte algo, por favor, vuelve conmigo, te quiero aquí, te necesito…Aléjame de aquí, quiero estar lejos de esta soledad, de este vacío…De este “sin ti”.

Yo pregunto: ¿Por qué, cuándo, cómo?…Si aún te amo.

Necesitándote

teeneceziitoo.header.02BCsnDq4M1U Quisiera dejar de necesitarte para acabar con esta rutina comprendida entre extrañarte y llamarte a gritos de silencio y de conmovedora derrota. Ya bastante se ha desvanecido mi verdadera vanidad para cederle importancia al sentimiento que aún no siendo innato, pareciera ser fundido en mi genética pues se revela con gran dominancia sobre cada una de mis células sin preguntar, cuestionar o combinar posibles apariciones con la competencia reducida que implica querer odiarte desde la simpleza de una nimiedad: El deseo.
Así que si mi ser completo requiere de tu presencia, pero como ser pensante la entorpezco, no son tan astutos esos intentos de alcanzar una estancia de pacífica contemplación de mi sola existencia para no verme a espaldas siempre de la tuya.

Te necesito, y aunque no me gusta pensar que me pierdo en esa profunda prioridad, lo hago, lo repito, caigo, recaigo y repito postre una y otra vez. Como sedienta de pasión o de sentimiento me estoy remitiendo constantemente al frío que nace de adentro y que quema mis sentidos para enmudecerlos o entumecerlos frente al hecho de que habiéndote perdido me he perdido sin remedio alguno.
Soy una veleta del destino, y por los aconteceres del azar se mueve mi vida desde el día en el que pasé de necesitarte por amarte y añorarte, a necesitarte por el vacío, la inmundicia, la falta de dicha y la desolación.

Si el color se fundía en el sol a través de tus ojos, si su finura y la suavidad de los tonos era inmarcesible, si la forma en la que brillaban las estrellas se confundía con el reflejo de la luz en tus pupilas…Si esto ocurría, entonces reconozco que me faltas, porque mi vida es un tizón monocromático, un simple escalón y por tanto sin degradación. Un arco negro sin ser iris…Una infinita ronda de pastizales oscuros y negros que me queman los talones y que no me permiten dejar huella en ningún terreno descubierto. Me describo a mí misma inscrita en una película que dejó de ser mía para ser vista por mí…

He perdido el guión, porque mi tema central nacía de lo que me dabas sin orgullo y sin medida…No tengo trama, no hay protagonista, no hay cinta…No hay vida.

Alguien en tu vida

gse_multipart7481 ¿Por qué encuentro en mi memoria mi peor enemigo? Una pregunta con la que apenas logro encontrar tregua unos cuantos minutos al día porque me canso de explorar en mí un argumento, o al menos uno bastante minúsculo y quizás minusválido, que implique dejar de recordarte.
Me rondan miles de palabras que dijiste, frases dichas que suponían un hecho en el futuro o, al menos, un poco de consideración en tu presente. Resulta que merezco ceremonias si miras a tu pasado, resulta que soy más de lo que creo ser, pero no debo tener expectativas favorables que me hagan ser reconocida dentro de lo que guardas como ser en tu memoria –Al menos en la que no involucra razones-

Los reproches y las cuantificadas repercusiones que se relacionan con el pasado pesan siempre que encontramos palabras. Y por alguna razón, una desconocida para mí, no superamos las diferencias. Entonces hablo no sólo de memoria como enemigo sino de ritual recordatorio como jefe de toda conversación.
Si en tu vida pasada el adjetivo “mejor” me ha calificado a mí, ¿Por qué no puedo ser recordada como tal?

Cuando pienso en que soy la única persona que no incluyes en tu vida, cuando me veo estudiando tu existencia de lejos, por lo que podría escuchar…Me siento asaltada. Unas palabras por otras, y como siempre más abundantes las que no dejan mucho que pensar…O dejan en abundancia preguntas que sin resolver permanecen creando intranquilidad constante e incoherente con la vida propia.
Es una noria de turno infinito, un eterno zig-zag de palabras y de sentimientos, un consenso nunca alcanzado por un par de idiotas que se amaron más de lo que podrían amar a alguien más. A veces me cuestiono a mí misma acerca de esa extraña posibilidad de ser contigo pero no poder estar para ti.

La hipótesis de que sin ser, no podemos estar.

Y me duele.

Me duele no ser parte de tu vida y no tenerte como parte de la mía, aún cuando hay momentos en los que siento que sólo contigo sería posible hablar…Porque hay instantes de vacío absoluto en los que sólo escucharte o verte me posibilitan el oxígeno y me descargan los pesos del pecho; esos que me retraen y me hacen inútil, pero que desaparecen en un saludo, en una frase. Me duele aún más que me odies, porque no cabría duda alguna de que hasta la más ínfima acción, pensamiento y omisión, son totalmente inservibles…Pues no pasa un solo minuto del día en el que, a pesar de que odio recordarte, te favorezco en deseos, admiración, y la más grande recompensa que puede ceder un corazón por completo entregado y aún enamorado: La gratificación y el más grande amor que aún en mí se reproduce.

Yo quisiera ser un “alguien” como son los demás, uno más allá de rencores y de extremas revoluciones. Quisiera tener una consideración hacia tu presencia una vez de cuando en mes. Quisiera ser y estar para ti…Quisiera ser alguien en tu vida.

¿Si fui tanto, si soy tanto…Porqué no puedo ser nada?
¿Por qué es la batalla actual y porqué no hay luchas si estamos en guerra?
Y, ¿Si no estamos en guerra, porqué entonces el silencio degollador y torturante?
Si esto no es una guerra, déjame bajar las manos, y si lo es, déjame al menos luchar.

Cansada de fingir, cansada de pelear, cansada de callar, cansada de gritar, cansada de extrañar, cansada de preguntar, cansada de estar cansada. Cansada de decir “estoy bien”, si mi bandera victoriosa más hermosa ondea al son de tu presencia mas no de tu ausencia…

Extraño ser alguien…Quizás porque merezco serlo. Y aún no mereciéndolo…
¿Acaso las oportunidades más numerosas no se lanzan a los menos afortunados?

Supongo

lawfully-dana-lara Supongo que no te he olvidado, si de suposición en suposición, aún me encuentro suponiendo futuros inconcebibles a tu lado…Como si de una absurda suposición nacieran las realidades menos definidas pero más codiciadas.
Supongo que estás mezclada con mi sangre, porque si de mi sangre dependo, es de mi sangre de la que vivo…Y ya que sin ti no he logrado sobrevivir, supongo que mi sangre te acompaña, te gira y te pertenece.
Supongo que he de amarte por cuánto tiempo fluya el universo y en él aquella extraña energía cósmica que sostiene a las estrellas para mirarlas en mis noches de soledad y pensarte como dueña de mis más favoritos sueños e ilusiones; la chispa inmensa de mi dicha más profunda, la razón por la que mis ojos extienden su presencia hacia la luz…El vivo y más gentil argumento de estas manos y de este pensamiento arrancado desde el fondo de mi corazón desnudo y en vilo por tu existencia que, más que presencia, brinda resurrección y delicadeza.

Supongo que estás entrelazada al hecho y al deseo. Al pasado y a aquella luz efervescente que en el horizonte se levanta semejando un intento de futuro. Supongo que aún negándome a mí misma esta posibilidad, estás dibujada en los trazos suaves de esas nubes que diviso a lo lejos…Y te abres paso como un Sol, dándole vida a lo que quiero, quisiera, y he querido desde que, supongo, me topé con tu sonrisa.
Supongo que aún te amo. Y si supongo esa, mi mayor meditación, supongo que caería de rodillas suplicando el regreso de ese tan ferviente amor que le regalabas a esta alma desnuda que tiritando ante tu puerta mantiene las roídas esperanzas de despertar ante la hermosa y tan utópica emoción de estremecerse por tu respiración tranquila, suave y a la vez inquietante…Profunda como ése cariño de poder único, convocado por nuestras manos unidas en la razón de ser de nuestro momento y de nuestro tiempo.
Supongo que todo mi pasado, que este presente sudoroso y acongojado, y que mi futuro han reservado sus alas y sus piedras para aparecer relucientes ante tus ojos…Ojos que supongo que extraño porque son mi verdad, y porque a través de ellos podría encontrarme al tiempo de perderme en ese inmerso mar de posibilidades dadas por tu ilusión de estar conmigo…

Supongo que extraño que me extrañes, supongo que añoro la idea de estar para ti y solo por ti por el resto de mis días, auroras y penumbras…Supongo que las ideas de ti se incluyen en recetas de postres de infinita satisfacción. Supongo que aún me pierdo en la melancolía de tu abrazo protector que prometía dicha y ante todo, líos. Me envuelve una sonrisa sincera cuando te pienso en tus enojos, en los míos, en los compartidos, aquellos de los que nacían dedicatorias, reconciliaciones, gritos, declaraciones injustas de sentimientos inexistentes y quizás cobardes…Supongo que pelearía contigo por siempre si por siempre estuvieras conmigo, porque a eso nos dedicábamos, a ser y a hacer lo incorrecto, mientras que el peso mayor de nuestras razones y de nuestro corazón, coincidía con ese sentimiento mil veces descrito como puro e inocente. Un amor imposible de comparar o de renovar, imposible de reproducir en manos ajenas, imposible de evidenciar en corazones impropios…Un amor que aún siendo tomado a la ligera era más representativo que cualquier otro tomado en serio; entonces supongo que en siendo en serio tomado, significaría una revolución completa para estos dedos y para estas sensaciones que me aguardan y me hacen ser por ti.

Supongo que podría amarte eternamente en un matrimonio con tus besos y tus desprecios, supongo que de tu indiferencia nacen las mejores expectativas de lo que eres…Supongo que podrías ser mucho más de lo que imagino y jamás llegué a imaginar. Supongo que podrías ser todo excepto lo que necesito, pero no necesito necesitar un prospecto si amo y necesito una realidad. Y no supongo, sino que me llena de certeza llenarte a ti de un amor que multiplicado por mil veces más, sería un derroche, pues no necesito multiplicar algo que por sí mismo es apoderado de todo cuanto soy, anhelo y sé.
Supongo que son infinitas las palabras de amor que podría darte si yaciera sentada infinitamente en este universo congelado de sentimientos finos y detallados para ti…Pero me basta con sentir este enojo monumental por hallarme fuera de razón y lejos de motivos justos para pertenecerle a un deseo tan incondicional y a diario renovado, uno que se cuela entre las lijas del tiempo, para permanecer intacto. Es rabia, es quizás un encaprichado egoísmo, es impotencia…Como la que se enfrenta a tus logros derrotados que no han sido luchados…Como la que se estaciona sin dejarte ver caminos.

Supongo, entonces, que te amo, te extraño, y aunque no debiera, te necesito…Tanto como el mundo al universo o el universo al mundo si habláramos de lo grande que es para él este amor que fuera de ser alocado es tan cuerdo como el suicidio de la palabra justo antes de iniciar la canción…Porque no se canta con letras sino con el más profundo llanto del corazón.
Así es como te ama este ser…En un silencio que a veces se calla por el deseo de gritar, de gritarte a ti, de llenarte de motivos para sentir rabia, para llenarte de rencor, mientras que es para mí, un rescate afortunado a palabras a punto de naufragar. Te hablo porque te amo…Y siempre que escribo es porque llevo mil minutos pensándote y mil noches más extrañándote.

Supongo que eres mi amor, y como tú, nadie lo será jamás…
Supongo que estuviste y estarás, pues aún no estando en presencia, en mi pupila dibujada estás.

De locos

0603 Me dijeron depresión y lo acepté porque dentro de lo mucho que podría llegar a sufrir, definirlo en una sola palabra es más fácil para explicar.
Me dijeron con los días que de moderada sería ahora severa, aún lo asimilo, aunque no me comprometo por completo a dejarme llevar por definiciones que aunque me estacionan en una realidad, me hacen envolverme en ese “dromo” absurdo de hallarme entre perdida e inexistente.
Pero anoche, así como cada vez que se recogen las luces para dormir, así como siempre que estaciono mi realidad en la cama, así como cada miserable noche, me volví a escurrir dentro de la locura.
Es un maldito pensamiento constante de la última vez que la vi, de la última vez que le hablé, de la última vez que la toqué, de la última vez que la sentí. Un recordatorio casi como un cementerio de zombies que buscan acercarse sin tocarme, pero aún así se alimentan de mí y no me dejan tranquila. Me retuerzo en la cama, cambio de posición, cierro y abro los ojos, me levanto y camino, me estaciono y sigo; pero no importa el lugar en el que esté, ella estuvo ahí, y ahí hay un recuerdo. Me quedo de pie intacta, inmóvil, insoluta tratando de localizar espacios en los que no está, pero en todos ha estado y sino es así, es bastante fácil imaginar. Me apoyo en las paredes en las que estuvo recostada y empuño mis manos intentando aferrarme a algo más que un recuerdo, pero termino golpeando el cemento con rabia, con tristeza, con desdicha profunda. Caigo de rodillas y sólo puedo llorar, sostener mis lágrimas con las manos que podrían sostenerla a ella…Y lloro en silencio.

Me tiro en la cama intentando dormir, pero termino golpeando mi cabeza contra la almohada, tapando mis oídos como si por ello lograra dejar de escucharle, mordiendo mis ganas como si por ello lograra dejar de desearle, cerrando mis ojos como si por ello lograra dejar de verle, dejando de respirar como si por ello lograra dejar de olerle, o mejor, dejar de vivir.
Si le ponen nombres a todo, si en realidad estoy deprimida severamente, porqué no me dicen mejor que estoy loca, y que soy una excelente opción para dejar de recordar…Cualquier intento sería el ideal…Porque dentro de este sinfín de numeritos de estupidez hay uno bastante cuerdo que quiere borrarla para siempre. Es sólo que no quiero del todo olvidarla…Y entre quererlo y no quererlo está mi cordura, o quizás lo poco o nada que queda de ella.

Cada noche me descubro en mí misma adormecida, enloqueciéndome y carcomiendo mis sentidos entre esos “deja vu” del pasado. Haciéndome débil, triste, haciéndome añicos. Entre lágrimas vivo de día y entre rabias de noche.
Rabia de no tenerla…Y rabia, rabia por no tenerme a mí misma.

No me falta el deseo de marcharme
Pero, tan cobarde soy!!

Te amo tanto, que a veces te mataría…
Pero antes me mataría yo…

Tengo frío

654654 El cielo llora cuando tiene frío; porqué no lo haría entonces yo, si mi corazón se congela en las noches que meditando meditando me encuentro con la soledad cara a cara, frente a frente y rodeando mis costillas.
Hay una diferencia radical entre su abrazo y el tuyo, y es que con el tuyo era factible respirar algo más que aire y no menos que ternura. Mientras que ahora siento retorcerse entre mis espaldas y mi abdomen ése parásito impío de la suciedad que recojo de tus pasos huidizos.
No obstante, es posible recordar la finura de la seda que te recubre, la majestuosa habilidad de permanecer tibia aún en los momentos de brisas y hielo, instantes en los que (no por menos) se congelaba el aire, el tiempo, y aquellos tímidos pero acogedores espacios en los que me encontraba contigo. Supongo que del frío es admirable ese entumecimiento hermoso al tiempo, más aún, con la sonrisa de tus labios iluminando mi ceguera y alimentando mi saciedad. Supongo, entonces, que amo el frío porque de ti amo el calor y el gentil aliento tibio que de tus pulmones emanaba para hacerme recuperar el vilo y no menos que el frío que se levantaba con los días y se enmudecía en las noches…

De noche, cuando las luces no dejan más que los remanentes de luna, me deslizo entre paredes y baldosas buscando un poco más de esos fulgores escurridizos para dejar de verlos a través de persianas sucias y abrirles el telón oscuro del cielo al que pertenecen. Me acuesto en la oscuridad y en el escalofriante rojo escarlata de los pasillos para darle rienda suelta a ese desboque imaginario que despierta por ti después de la media noche. Y es ahí donde comienzas tú con tu acto, entre escena y escena a ojos cerrados, proviniendo de mi pasado para darle un poco de facilidad a mis noches.
A veces lloro, me falta orgullo para decir que no…Lloro por la necesidad –Ahora inherente- de encontrarte entre nubes y estrellas, o al menos, dejando de idealizarte, justo aquí, a mi lado.
Ahora las tempestades son superiores y me aqueja un dolor en el pecho que al extenderse me deja fría por completo. No por salud, no por bienestar o por ser negligente a un espasmo de enfermedad, me duele el pecho porque de él está ausente la razón; no razón de lógica o entendimiento, sino razón de dejar de sentir entumecimiento.
Antes sabía que mi nombre salía de tu boca y que tu corazón lanzaba suspiros hacia el mío y era por eso posible considerarme afortunadamente tibia y confortablemente amada y perseguida por un amor de hierro y amabilidad. Ahora es más el infortunio y el desespero de mi alma por encontrarte en noches que no revelan más que tinieblas y una helada sombra que recubre más de lo que por mí misma podría ser.

Tengo frío, me tiemblan las manos los pies y el corazón; me tiembla la lengua y la voz.
Tengo frío porque apenas si puedo recordar la textura delicada de tu piel recibiendo una caricia sutil de mis dedos, mis labios o mi piel.
Apenas si recuerdo tu nombre o incluso el mío, estoy perdida entre continentes intentando buscar un poco de ti dentro de lo mucho que sé…Y me basta sólo imaginarte para romperme por dentro en pedazos y lanzar un grito infernal al cielo porque no me castiga como quisiera realmente.
Qué tanto sería morir, si para mí la vida se resume en fríos deshielos día tras día, un continuo sinsentido de existencias vanas que llegan y se van sin dejar más que “nada”, sabiendo que tú lo diste todo…Y yo por darlo todo, a vacío reduje mi ser…

Tengo frío porque no existo, quizás porque estoy muerta o desvaneciéndome en ella (la muerte), mientras que desvaneciéndose en mí están el humo y el licor, pero no este amor mi niña; no este amor, que es un amor derivado de lo alto y lo profundo, de lo llano y lo meditabundo…Un amor de amores, señor en contra de restricciones…

Tengo frío aquí adentro donde, por contradicción, algo mucho más grande se quema…
Tengo frío, tengo amor, bastante tengo de éste…Pero si acaso podría tenerte a ti…

Regreso a mi habitación a cederle un pensamiento a tu gentil descansar…
Regreso a mi habitación a querer, por fin, tu cuerpo abrazar…

Creer y tener

85973711_b9a078f997_m Es tan simple como casi complejo, tan llano como casi en relieve, tan azul como blanco en las nubes, tan tuyo como si fuera mío.
Y me descubro entre mentiras y llantos fáciles, siendo partidaria de lo que fue sin haberlo sido. Pues de haberlo sido seguiría siendo sin tener que fingir poesías sino viviendo realidades.
Simple como tu voz jugueteando con las hojas que de brisa en brisa se intercalan para hacerte ver adornada de naturaleza, no tanta como la tuya propia dibujada entre desnudez y pudor, entre pasión y amor. Simple como las gotas que resbalan entre tus pechos para cederle a tu ombligo compasión y atención momentánea, porque hacia el sur se halla el fortuito templo de la seducción hecha carne dentro de tu carne y hecha vida dentro de la mía.
Complejo, entre suavidades exquisitas de almohadas humedecidas por el vapor de tu cuello y tu aliento tibio recibiendo el mío en la potencia singularmente entretejida con caricias y besos rebotados de labio en labio, de piel en piel, de alma en alma.

La plenitud nacida en la cuna de tu vientre es la que escasea de mis ojos, y es la caricia afortunada que alcanzaba tus pechos la que tanto extraño en congoja absoluta por tu extrañeza…Decoro las palabras para no sentirme en desdicha incomprendida, pues es tu vacío tan infinito como la sal en mi sangre y el alcohol en mi aliento. Me sustituyo con mi enfermizo ego de poseerte tan cercana como en días pasados, y me derrito en manos del candente sol de tus recuerdos que me hacen estremecer en un inagotable río de pasiones atrasadas y escondidas entre fugaces e inocentes palabras de amor, que no hacen más que gritar en vientos, aguas y tierras que me carcome el deseo carnal de hacerte mía, en lo simple y lo complejo, en lo absurdo y lo lógico…En la verdad y nunca en la mentira.

Me tentaría de noche y de día a conseguir esa silueta imaginada entre los mástiles oscuros que penetran mi habitación, al menos hasta plasmar en tu espalda la huella de mi beso sin ser pretendida o siquiera entendida…Tal vez será de mano de la muerte que se responda al llamado desgarrador de quien clama por tu cuerpo ahora…Tal vez de manos del licor dibujante de fantasías que en vilo reposan conmigo, pendientes de mi ventana, de mi puerta y de mi cama.
Así quizás cumpla el sortilegio que un día te hiciera mía, así quizás llamándote llegues…Así quizás extrañándote existas.

Quisiera creer que de tanto creerte podría dejar de creerte para tenerte…
Quisiera tenerte para creer que en ti creer y tener son sinónimos, pues bastará con la ilusión para transformar mi futuro en algo más que seducción.

En ferviente deseo te reproduces…
Y me muerdo la carne, me muerdo la carne…

Maldito segundo

147110_573218941_1167939872_f_h025309_l Que caiga la maldición sobre los minutos de este día y que el porvenir sepa borrarlos en mi cabeza, pues recorridas 18 luces de este valiente pero injusto recorrido de la aurora, apareció ella.
He sabido engañarme detrás del odio, pero el odio no engaña al corazón si el corazón no es fácilmente maleable, y en mi caso eludible.
Quería odiarla y en mis jornadas no hay más que rencores acumulados levantándose como fichas de ajedrez que protegen la torre que sólo defienden mi conciencia, mi voluntad y mi razón. Pero entro al juego nacido de la tristeza, un juego de melancolía y de negación, dos llagas que me mantienen en un luto depresivo e indeseado, un luto que derrumbó mis fortalezas y mis defensas al verla a ella, en su momento, en un instante, en un cruce simple de miradas y de vagas existencias.

Maldigo ese momento de hallarme desnuda ante la simplicidad de un roce miserable de sus pupilas y las mías; maldigo la sensación tan humana que descaradamente se reproduce en mi corazón cuando el viento balancea destinos favorables para verla, porque no quería, porque no lo esperaba y porque estando en contra de cuanta voluntad (o residuo de ésta quede en mí) aún poseo, mi vida se reduce en ese segundo…Un segundo vuelto derrota sin batalla, y sólo un segundo para verle en mi vida como victoria.

Su cabello, sus ojos, sus manos, sus piernas, su boca, y aquella risa en la que caí cuando quise buscarla entre la multitud. La fina indiferencia con la que me encuentro, la caricia de un pasado perseguido por las ganas, las ansias y el profundo deseo de hallarle a ella descubierta en mis mañanas y poseída en mis noches.
Maldito fue ese momento, y a él dirijo un eterno grito de negación profunda –No- Un no dirigido a la falsedad de este camino, a lo fortuito de este destino, porque me engañó, me sedujo en buenas palabras para convertirme en masa corporal después de esa aparición que aunque hermosa, sigue siendo prohibida.

Tragar entero cenizas, respirar azufre, un temblor inevitable, el pulso carcomiendo el corazón, mis manos seducidas por la angustia y la ansiedad de hablar. Mis pies discutiendo a favor y en contra de la solución y del problema: Salir corriendo o acercarme…Lío soluto en esa sensación de hormigueo que ahora tanto odio, tanto lo odio que lo amo como a ella y a su presencia…Presencia que es ausencia sino le toco, ausencia que es miseria siendo de nuevo intocable.
Tan cerca y a la vez tan lejos de la palabra y de la mirada; de ella y de sus sabores, de los colores que no derrocha sino que utiliza en los panoramas que la recubren en esa sutil suavidad de existencia.
Soy ahora un ente perseguido por su fugaz imagen de dama inquieta e inquietante, dueña de mi desenfreno, pasión y reacción…Una reacción poco vaga para lo que debe ser, un desenfreno infinito por lanzarme al abismo de seducción y admiración que despierta en mí la forma en la que pisa esta tierra.
Descontrol fue el efecto de esa droga, que por dos segundos cautivó mi gobierno, un descontrol que huyó y se acuñó en mis ojos y mi garganta para regalarme el llanto incesable que cursa por mis mejillas…Porque no quiero esto, no quiero estar así…-Eso grito- Porque te quiero a ti y quiero estar contigo…-Eso susurra mi lengua-

Descontrol hay ahora en mis dedos proclamando un amor infinito, infinitamente derrotado e infinitamente olvidado…Descontrol en mis armas, denominadas así porque luego de batallas (tus ojos) caen para dejarme limpia ante el pasado. Pasado que recorrió mi visión proclamándose de nuevo victorioso en territorio que le basta, porque sabe que es su colonia…
Me declaro en derrota y fuera de batalla, pues aún queriendo odiar, es mi ser el que no ha podido dejar de amar.

Hoy la vi…En su suave, eterno y majestuoso brillar…Y mordí mis ganas, mi aliento y mi presencia…¡Porque de tanto querer odiarla la amé un poco más!

Sólo la vi…
Y sólo por eso, me perdí…

Rumiando pasado

amantesvampiros Las llagas tiemblan por el olor de tu cuerpo estremeciéndose en la fantasía corpórea de tu ser intacto entre sábanas y sudor.
La realidad comienza a sufrir por ese borrador nativo que nace de mi nostalgia y se quema, dejando rastros de solo memorias, de solo pensamientos.
Hay pasajes entre recovecos, y entre recovecos laberintos que encierran la compasión permisiva de momentos de ilusión, y más que de ilusión, de un comportamiento iluso incomprendido que parte desde la razón para transformarse en la locura incomprendida de los deseos no escasos de tu lumbre en mis tinieblas.
Soy un artificio del destino, y el destino se vale de artificios para derribar mis propios artificios…Concreto es, entonces, que mi suspicacia valdría lo que vale una lágrima en un circo si a pena corresponde. Soy un juego, una broma, una carcajada idiota buscando revelar sabiduría y quizás madurez; la primera para escapar del daño y la segunda para enfrentar una caída ante la que respondo sin coraje tendida a los pies de la magnífica escultura de tu recuerdo…Ése que posa para mis ojos como queriendo ser dibujado. Pero es un terremoto entero mi ser, la cobardía no acicala la angustia, y basta con permanecer absorta por algunos segundos para pecar por incrédula y perderte de vista.
La noche me está jugando tretas, y de una en una es sencillo perderse en el purgatorio infinito de tu recorrido hermoso, celestial y profundo, allí, en mi cama, ahogada entre los llantos, las melancolías y las abstracciones del pasado intentando dibujarse…O, mejor, dibujarte.
Me pierdo entre cenizas y palmoteos de ayer que revolotean intentando escapar del inmundo vacío que me deja verte sin sentirte.

¿Qué tan absurdo puede ser engañarse a sí mismo para convencerse de una mentira?

Me bastaría con verte si en realidad te viera, me bastaría con tocarte si mis manos palparan más allá del aire y de la ambición de tu piel…Pero tu superficie escasea aquí, donde se le llama, donde falta, donde te dibujo sin siquiera conocerte.
Te pido a gritos pero no escuchas…Porque el grito es de adentro, aquellos que callan antes de salir, porque se ahogan en llanto, porque se queman de rabia, porque son la simplicidad del silencio envuelto en un vasto y pegajoso desosiego que se quiebra al caer, que se rompe así como mi fuerza, así como mis ganas.
Y es así como te vas, te pierdes en las tinieblas para recordarme la soledad; y es así como quedo cubierta de pretextos para no olvidarte.
Y es así como perdiéndote me pierdo, entre laberintos y estupidez.
Yo me pierdo
Me pierdo sin ti.

Las llagas abiertas, cubiertas de sal y petróleo; la boca cerrada buscando esconder lo obvio.
Y un espacio vacío rozando mis manos que entre desesperación y ansiedad te buscan…Que entre realidad y practicidad no te encuentran.
Y un corazón, no cualquiera, sino éste, que ha sabido encontrarte estando perdida, solloza tiritando…Solloza caído, solloza cansado…

A gritos digo –Lo siento-
A gritos –Te amo-

Y en silencio muero…

Y te amo

digo_adios2 Tengo el corazón, casi de pie, casi tendido, casi vivo, casi muerto.
Por tenerlo casi vivo es que aún desprendo llamas de felicidad aún cuando se regresan a quemar la poca voluntad que permanece en mí, en mí que no me pertenezco pues en ti hallo mi tarima y de ti cuelga mi corazón…
Y por tenerlo casi muerto es que apenas sobrevivo, porque de sangre no sabré mucho pero sí sé de amor y de amarte: Amor para darte, y amarte para no tenerte.
Explicaciones sobran en mis sentidos para entender los aconteceres del viento y del tiempo, un par de achaques más que me inclinan hacia el abismo, y un par de razones menos para rescatarme a mí misma de la caída a una muerte, que más dolorosa que ésta, de seguro no es. Porque esta es una muerte a pedazos…Trocitos de hielo cayendo de una alforja que se está destrozando sin remedio, mientras que sin remedio pienso en ti.

Las manos me tientan, a veces para buscarte, otras tantas para perderme entre mis palabras –o mejor entre sollozos-
Y entonces estoy pero no soy, existo pero no respiro, pues el aire que me pertenecía se fue tras tus pies buscando encender la melodía inscrita entre tus pasos. Pero, resulta que tomaste los recuerdos y los anudaste a tus talones, y con ellos la esperanza o quizás la fantasía inscrita entorno a tu nombre y de tu nombre, a tu corazón atada como capitán a timonel. Entonces aquí reconozco que mi vida está amarrada a una falsedad tan real como la utopía misma de amarte…Me llevas a ti, adherida a tus zapatos, pisoteando la fantasía que adoro al pensarme adorándote.

Estoy aquí, pero soy bajo el suelo que pisas…Como una semilla sembrada con dolor esperando retoñar si levantaras algún día tus pies para permitirme recibir luz; destellos de aurora que emergen desde los deseos más puros evocados por tu sonrisa y tu vida; tu vida que no es otra mas que la que reconozco como propia y como mía. Pues en ti está mi sangre y por tanto mi latir, y de latido en latido, le pertenezco al corazón que sostiene tu pecho adornado con laureles de gloria abastecida por tu existencia…Y te amo.