Decir adiós

digo_adios2 No sé cuánto tiempo llevo esperando la gracia de una despedida poco dolorosa para retirarme de tu vida, siento la necesidad de dar miles de pasos hacia atrás, quizás para no conocerte, quizás para no adorarte, pero siempre con la certeza de simplemente desaparecer para ti. Me ahogan a diario miles de nudos en la garganta, palabras no dichas, llantos no expuestos y cientos de sentimientos no dedicados a ti, que los creas, que los construyes.

Todos mis planes han tocado fondo en lugar de alcanzar el cielo, y tú, que con tu presencia me hiciste tan valiente como para luchar por ellos, con tu ausencia me has hecho débil y no logro explicármelo a mí o a mi pequeño mundo. Me devoro en un día las ideas absurdas que podrían ayudar a olvidarte, pareciera que llevo una lista de intentos fallidos, tan fallidos que merecen un entierro digno pero poco honorable, han fallecido en batalla y ninguno de ellos ha llegado a la gloria de un mínimo logro…por qué? Sabes cuántas veces me pregunto eso en una jornada? Sabes cuánto pesa no poderlo responder?

Se me rompe el corazón cuando te tengo cerca, mi humanidad ya no alcanza a soportar la tuya, no en la distancia que hay entre las dos aún estando a unos cuantos centímetros; y tengo que hacer pesadas mis manos para que no actúen, o mejor, para que no fallen.

No sé qué es lo que necesito para marcharme, no sé qué es lo que hace falta o lo que necesito aclarar, no sé qué es lo que me ata; y me asusta la idea de pertenecerle a una ilusión que no tiene fundamento alguno…A decir verdad, a lo que más le temo es a no tener la fortaleza de aceptar que mi vida está lejos de ti...Temo a no estar contigo, temo a no poder amarte. Y el temor, tanto como mi amor por ti, se estrujan en el corazón sin tener razones para desaparecer. Y dónde estás? En qué punto te perdí si te amaba tanto como a mi vida misma y mucho más allá de lo que podría amarte alguien más? Dónde estás si me amabas y compartíamos los deseos de existir la una por y para la otra...Dios, cómo necesito de ti y de tu capacidad de encontrarme sin importar qué tan profundo fuera mi pesar...Tu capacidad de hacerme reír, y por qué no, de llorar.

Ahora las cosas no tienen el sentido que les pertenecía, y temo que lo que hagan mis manos en adelante no alcanzarán las expectativas que solían llenarme...Lo dejé todo por ti, y sólo puedo encontrar un vacío que redunda con la soledad que inquieta y daña mi vida cada mañana; me quito a mí misma la tranquilidad y el sueño...Hay un insomnio que no me deja tranquila, y a diario, sin importar el día, la fecha o el clima, siempre hay una lágrima que brota por ti.

Quisiera aprender a decirte adiós algún día para desprenderme de esta maldición de amarte tanto...Qué es lo que falta? Es un conocimiento universalmente conocido que el terminar si es definitivo trae consigo el olvido, el perdón, la tranquilidad...Pero cuando terminas teniendo una opción, o cuando no entiendes las cosas, o cuando necesitas más razones, cuando simplemente no lo resuelves, te quedas, te estancas, y duele, por siempre. Por eso es la pregunta...Qué es lo que me falta, qué es lo que necesito? Tengo claro lo que quiero, no hay indecisión o duda de por medio, porque te amo como nunca lo he hecho, aún siendo tú una persona totalmente diferente de lo que conocí antes, te amo, lo reafirmo y lo expreso siempre que puedo porque no son palabras que puedan dejarse en el interior sin que pesen en el alma más que tus propios remordimientos. Cómo es que aún te encuentro encantadora, irresistible y simplemente adorable? Qué hago aquí, así, qué es lo que hago sin ti?

Ojalá llegase la forma de despedirme, a tiempo, y para siempre, ojalá tu rumbo dejara de importarle a mis pasos, ojalá con ellos no arrastrara tus memorias, ojalá en mis hombros no pesaran los recuerdos. Ojalá a este corazón lo llenara uno ajeno al tuyo para perderte, olvidarte y dejarte en el tiempo, en el pasado. Ojalá mis alas fueran tan libres como las tuyas. Pero ahora, ojalá el dolor no naciera del sentimiento que antes era puro gozo.

No he dejado de culparme un solo momento, y me inquieta la vida, siento curiosidad por lo que sería de ella estando a tu lado ahora...Sé que no amarás a nadie como me amaste a mí, son palabras tuyas, y las amo tanto como a ti misma, pero sé también que no amaré a nadie como te amo a ti, y a eso le temo aún más, y no lo quiero así...Por qué? porque te quiero a ti, y por eso, más que culparme yo, son el destino y los instantes pasados los que me culpan, me amenazan y me dejan ciega ante el futuro, un futuro que no estoy esperando y al que le huyo la mayoría del tiempo por el miedo de no encontrarle sentido, por el miedo de no ser feliz, por el miedo de no encontrarte en él. Me dijiste en un abrazo que todo estaría bien para mí, y aún ahora siento tus brazos alrededor mío tratando de no desprenderme de esas palabras, pero no confío, no puedo confiar, porque no dejo de necesitarte a ti y a tus brazos para sostenerme en el camino.

He llenado mi vida de errores desde que te dejé partir, equivoco mis pasos siempre, aún cuando intento hacer lo correcto; no conozco las direcciones adecuadas para mis actos, creo saber dónde encontrar mi lugar, pero estoy perdida, y sería insensato no poder aceptar eso como un hecho. Detesto mis fallas, mis errores y mis caídas, porque no tienen sentido, mi mundo, mis cosas, mis personas, todo ha caído en mis manos, y con ello un error para cada uno de ellos. Me estoy equivocando, me estoy llenando de reproches para mí misma, y de una lástima que ha nacido de la mirada que de ti se desprende a veces…No soy yo, y ésta no es mi vida, ésa la dejé en tus manos cuando te amé por primera vez y a mí,…a mí no ha regresado.

Te amo, y quisiera decirlo, pero ahora que no puedo, quisiera poder decir simplemente, adiós.

0 Silencios...: