Siente…me

Dibujo4 Habita en mí el sabor de tu boca humedecida no sólo por tu saliva sino también por tu sudor. Gotas de agua salada surgiendo de los poros abiertos de la piel, intentado inútilmente enfriar la superficie ardiente que despierta con los besos encamados. Y yo, con estas ganas acumuladas de arrancarte la ropa sin pensar dos veces en las consecuencias, solamente con mis deseos de fijar los ojos en tu piel desnuda, que frente a mí no hace más que calentar el mundo y calentarme a mí.
No pasó un solo minuto para desvestir tu frente superior, recordaba de memoria los relieves supuestos sobre tu ombligo y debajo de tu cuello, bastante hermosa te vistes desvestida, reconocer tu pecho con las yemas de mis dedos fue lo que quise hacer, logrando erizarlos un poco y a ti excitarte. Aprieto tus senos porque me llena de vapor interno hacerlo, escurro mi lengua dentro de tu boca y me muerdes los labios con fuerza sosteniéndome enfrente tuyo aún cuando yo quiero sumergirme más adentro de  ti. Mis manos se pierden en tu espalda y entre tu cintura, bajan un poco más para encontrarse con tu cola y atraparla para que se acerque hacia mí mientras que te acerco a ti a la pared más cercana. Te beso con rapidez pero con profundidad, me encuentro con tu lengua afuera de tu boca que humedece mis labios para luego meterse entre ellos y regresar al beso. Me volteas contra la pared y te frenas enfrente mío, tomas una de mis manos y la pones sobre mi cabeza entrelazando tus dedos con los míos apretando por cada movimiento armónico de tu cadera hacia mí. Tu otra mano ha comenzado a trazar una línea por el centro de mi cuello y lentamente se ha dirigido hacia abajo deteniéndose un rato en mis senos que se han erguido y sonrojado con el paso de los minutos, tu boca se desliza hacia ellos y con tu lengua los humedeces generando en mí un escalofrío que aún ahora siento recorrerme, tu mano sigue bajando y entre mi pantalón ha encontrado el rincón más húmedo de mi cuerpo que lleva bastante tiempo sin ser visitado por tus manos que vuelven a salir a la superficie después de haberme excitado un poco más y de haberme dejado con el deseo profundo de ser tocada hasta el éxtasis profundo.

  1438689247_small
Has detenido todo cuanto hacías y me has dejado muda en un momento en el que quisiera sólo gritar, me miras, mientras que yo te miro y te remiro hasta llenarme de ti por dentro y del deseo tan ardiente que se está acumulando en mí, las ganas de tocarte se han convertido en llamas encendidas que desean ser aún más poderosas para quemarse en ti, y tú sólo sostienes una sonrisa dejándome ver tus labios unos cuantos centímetros sobre mí y alejándolos del roce de los míos. Sabes que me tienes asomada en los límites del placer, sabes que así necesito besarte, pero no lo haces y desconozco la razón. Busco tus labios, busco tu lengua, busco tu boca y no me dejas llegar a ellos, el clima de la habitación ha comenzado a atemperarse con el ambiente tibio de nuestros cuerpos semidesnudos, y se sienten los alientos cálidos derivados de la respiración agitada de ambas…Por fin, alcanzo tu boca, y una vez que la tengo para mí de nuevo me tomas por la cintura en un arrebato y me tiras en la cama. Tus manos se han quedado tendidas hacia abajo encontrándose con mis piernas aún vestidas y que recoges y doblas para meterte entre ellas mientras que me tocas comenzando desde la punta de las rodillas hasta los límites inferiores de la cintura, te deslizas fuertemente sin omitir espacio alguno del recorrido y adentras tus intenciones tocándome por el extremo interno de las piernas y dirigiéndote hacia el norte, donde tu mano se topará de nuevo con mi máxima intimidad aún cubierta por las ropas que impiden el roce completo. Tomas el botón del jean y lo desabrochas con impaciencia mientras que me besas en un intento por no perder el momento, deslizas el cierre y con segundas intenciones presionas con fuerza adentrando tus dedos por los espacios que ha dejado descubiertos. Prosigues desnudándome por completo y mirando lo que con tanta creatividad y desesperación haz descubierto…te concentras de nuevo en mí; te tiendes en un solo movimiento sobre mi desnudez y me invitas a quitar lo que aún queda de ropa en ti, no lo dudo dos veces y desde mi pasividad desabrocho y quito tu pantalón para igualarte a mí, mis manos persiguen tu espalda que se ha comenzado a sentir húmeda y caliente, veo por tu frente resbalando algunas gotas de sudor que no pienso dos veces en recoger con mis manos al tiempo que acaricio tu rostro mientras que en un beso interminado nos seguimos encontrando con la pasión labio a labio, rozándola con la lengua húmeda y suave. Nuestros cuerpos se descubren desnudos y no desaprovechan la oportunidad de conocerse por completo, siento tus senos intercalados con los míos, y tus piernas buscan entre las mías la posición más adecuada para lograr el roce en su totalidad; abandonas el frente y te tiendes como persiguiendo las manecillas de un reloj, comenzamos un juego de extremidades que se tocan entre sí tratando de encontrar un encaje perfecto para el éxtasis, una situación orgásmica entre gemidos, latidos y bocas ya no compartidas. El movimiento de nuestras piernas se torna rápido y atrevido y se acompaña con nuestras caderas al compás del deseo y de las ganas de sentirnos la una a la otra…Nuestros sexos humedecidos se encuentran entre sí y se rozan con la intención de estimularse y de seguirse hacia el orgasmo compartido, ya, bajo el estímulo de la manipulación que les hemos cedido, te escucho gemir cerca de mis pies mientras que aún te contoneas hacia mí. Ahora mismo necesito de tus besos para calmar mis ganas de ti, que aún estando en proceso de saciarse, se incrementan y piden tu boca a gritos. Giras tu cuerpo sobre el mío, y tu rostro regresa al mío goteando sudor sobre mi frente, te recibo con los ojos cerrados y con mis labios dispuestos a recibir tu lengua y tu boca para extasiarme aún más en ellos.

Dibujo1

Estando sobre mí de nuevo, encajada entre mis espacios y ubicando tus voluptuosidades entre mis relieves, siento como tu mano busca de nuevo la línea que ha trazado anteriormente y ahora que tiene el camino abierto se incorpora dentro de mí con un movimiento lento pero seguro hacia la humedad propiamente dicha. Tus dedos se pierden en la intimidad de mi desnudez mientras que yo comienzo a perderme en la sensación de un dolor aparentemente inocuo cediéndole presión a la cama que me sostiene y que siento que sobra debajo de mí, me llena un escalofrío profundo que se va acumulando en la garganta a modo de nudo que escupo tras gemidos cortos pero profundos que se pierden entre los sonidos que surgen de la cama según los movimientos que provienen de nuestros cuerpos, siguiendo esta gran sensación y acorándose con el éxtasis que respiro de tu aliento. Me aferro a tu espalda arañándola y apretándola para acercarte a mí y que no pierdas la armonía de tus movimientos que aumentan su frecuencia y profundidad, tus dedos no se detienen y tu pubis sigue acercándose a la mía mientras que yo trato de acercarte la mía y de moverla para dirigir el ritmo de tus dedos. Mi cadera acompaña el movimiento de tus dedos casi tibios incrementando la tensión que se está liberando en la habitación…Tus besos comienzan a quedarse estacionados en mi boca buscando un poco de descanso y nuestros pulmones apenas si pueden darse abasto, muerdes mis labios y me sueltas para comenzar a respirar por tu boca. El sudor rellena los espacios vacíos que hay entre nosotras que somos las coristas del placer cuando nada más puede escucharse a nuestro alrededor, más que el gemido de la cama que parece compartir el éxtasis del que nos estamos llenando justo ahora con la timidez desaparecida y con el placer coloreando nuestras mejillas e inundándonos de un calor antes compartido que quería desfogarse entre besos, manos, piernas, pliegues y movimientos. Con tus dedos y sus alcances hacia mis zonas descubiertas y abiertas para ti, el dolor se ha transformado en una explosión interna de sensaciones estacionadas en la cima del éxtasis que ha pasado desde mirarte hasta sentirte como parte de mí lográndome excitada para ti y tus objetivos. Ahora, sorprendes mis sentidos y su umbral de exquisito placer bajo un beso totalmente entregado buscando en mi boca la humedad que necesitas para continuar el acto, tus manos han tomado las mías para amarrarlas sobre la almohada en la que estoy recostada y pierdo el contacto con tus ojos, tus piernas comienzan a deslizarse y a forzar las mías a abrirse un poco más, tus labios, tu lengua se sienten húmedos traspasando los límites inferiores de mi cuello, siento como rodeas con tu boca uno de mis pezones para luego lamerlo, dejándome un escalofrío que me recorre en línea recta hacia el ombligo y luego un poco más abajo, tus manos ahora acompañan tu boca y pasan sobre mi vientre acariciándolo mientras que siento el camino mojado que has dejado por todo mi cuerpo que al contacto con el aire me provoca y me tienta a continuar buscando saciarme de ti. 

lesbian2Tus manos llegan a mis piernas y ante tu contacto con ellas me recorre un temblor en todo el cuerpo, que me deja muda y casi pasmada ante la acción de tu boca, que poco a poco se acerca más y más hacia mi entrepierna. Tus manos, tan curiosas como un gato, comienzan a tocarme con delicadeza en intentos de caricias que rebotan de nuevo mis ganas de estallar, pasas tu mano sin introducirla en ningún lugar específico, le das tiempo de aparecer al éxtasis que ocasionas con cada movimiento por mínimo que sea, y luego tu boca toma partido, humedad con humedad, tibio y tibio, pero no buscas concluir rápido, así que besas despacio y siento que tu lengua logra alcanzar mi clítoris un segundo por vez, tus manos mientras tanto se entretienen seduciendo mis pechos manteniéndolos erguidos y a mí por completo excitada. De repente, el juego de tu lengua se intensifica y se encuentra con mis nervios pasionalmente seducidos por el roce de tus dedos unos minutos antes y les reemplaza ella, húmeda y cálida por terreno propio mientras que yo, hecha una piedra hirviente me tiendo en la incapacidad y estiro mi cuello hacia atrás buscando modos de desechar las cargas eléctricas que por tu boca y tu lengua se crean bajo mi vientre. Mis manos buscan tu cabeza y la dirigen aún más precisa hacia donde debe moverse al tiempo que yo me muevo debajo de tu presencia ubicándome exactamente en el punto más alto de placer. Como parafina hirviente siento que me recorre el sudor y como un río helado siento que me recorres tú con la suavidad de tu tacto y de tu humedad. Siento que se me retuerce la cabeza y me inundan las ganas de delirar ante tu actuación, que continúa y se guía paso a paso según los gemidos que te regalo, apresurados y ya casi no tan profundos por la escases de aire que orgásmicamente me ha dejado sin oxígeno alguno…Todo él, botado en el aire aniquilado por la maestría de tu boca, de tu boca y tu lengua, de tu lengua y su humedad, de su humedad y su suavidad. La tensión se recrea en el momento y mis manos buscan agarrarse como bajando de una montaña rusa, las piernas no se encuentran a sí mismas aún cuando siento en ellas tus tibias manos tocándolas y apretándolas…Tomo entre mis dedos los excesos de las sábanas buscando liberar por ellos el éxtasis recogido. Las respiraciones se encuentran de nuevo cuando detienes justamente las pasionales aventuras de tu lengua en mi cuerpo.

Dibujo5

Mi espalda le ha dado un último golpe a la cama en el que iban contenidos los gritos atragantados y los gemidos pasmados entre besos, te entrego en un grito enmudecido el resultado de nuestro encuentro. Recupero un poco de la conciencia que me quedaba después de ser parte de la cena de tus labios…mi cabeza ahora tendida hacia atrás busca tu rostro mojado para verle sonriente y cansado, coloreado y llamativo para mí, que desesperadamente necesito de un beso que me devuelva la vida que lograste robar de mis latidos segundos atrás. Te veo en una sensualidad encantadora y ladrona de momentos de calma que terminan como hoy, en tu piel, en tus húmedos espacios y con tus manos sobre los míos. La exquisitez del pulso removido por tus astutas manos que en frío despertaron lo caliente, el veneno de tus besos que desaparece las incomodidades para convertirlas en lujuria, los pasos de tu lengua que como de ambrosía se alimentó de la intimidad de mi cuerpo nombrada bajo la desnudez de ambas…El éxtasis y el clímax alcanzado entre espacios llenos de carne y de pasión…Y finalmente…Con un beso se cierra el acto, pero no termina la escena, porque una vez descansados los cuerpos, serán fieles de nuevo a la aparición del deseo.
Mientras, te miraré, nariz con nariz, abrazada a tu geografía sin soltar por un momento la cintura que me mata y que me hace migajas cuando se presta para tomarla así en tu desnudez, me cautivo por tus labios y por el espacio que decoran y que exploro beso tras beso; me pinto un cuadro de tu piel canela palpable para mis delirios carnales, me comparto la sensualidad con la que reposas en mi cama cubierta de los restos fluidos de nuestra encarnación femenina.
Respiro tus alientos y te siento en todo lo que soy…el mejor momento es cuando sé que estás compartiendo mi deseo y que no te vas de mí. Que te tengo aquí, y que en cualquier momento contigo presente, siempre será posible hacer el amor.

wnf1

Ella

903534675241292899
No mentiría con mis palabras ni serían ellas un derroche o desperdicios hipócritas, si llegara a decir que la he pensado desde siempre. Los días parecen continuarse en una llanura de memorias tan constantes como el mismo tiempo que pasa desde que no la tengo cerca. Creería tal vez que tan hermosa es esta nostalgia que en algunos puntos podría tornarse real, pero no es así. La distancia formada sólo ha de multiplicarse hasta opacar su figura tras la neblina de la indiferencia, aquella que destina hacia mí.
Sin embargo, le pienso, le quiero y le recuerdo, no obtengo recompensas por ello, pero tampoco por olvidarla o reducirle mi estima. Su presencia en mi vida ha sido más que en un minuto, ha abarcado lo complejo y lo simple de mi mundo, me ha hecho feliz.
Cuán diferentes pueden ser las cosas una vez que las buscas en el pasado, no hay comparaciones cuando se encuentran en el mismo camino lo más triste y lo más dichoso de la vida…Las tardes, sus ojos, mis manos…
Mis ojos, como ahora, sólo me permitían ver a través de los suyos, el amor que me profesaba era tan profundo como el color de su mirada, tan fija y tan segura de sí…Al tiempo que pedía a gritos protección. Reflejaba siempre esa firmeza que irradiaba un tanto de debilidad, como cuando ante alguien deseas parecer fuerte mientras que por dentro todas tus voluntades se doblan. Podría quedarme eternamente con mis ojos sobre los suyos, en un silencio de aquellos que susurran felicidad en los oídos. Sin palabras, enmudecidas como solíamos estar por unos minutos entregándonos sólo lo que la mirada podría dar…Aquella sinceridad profunda que nace del alma cuando se intercala con las necesidades del corazón.
Entonces mis manos podían alcanzar sus mejillas color canela, tan suaves como los pétalos de una rosa, las acariciaba suavemente esperando que sus labios dibujaran una sonrisa tímida para mí mientras que su piel disfrutaba de una ternura que no parecía propia de mis manos…A veces en las noches trato de alimentarme de aquellos momentos para sentir que alcanzo a llegar hasta ella y que puedo conversar de nuevo con sus ojos en silencio, deslizar mis dedos en su piel y alcanzarla sin ser ella un imposible.

Mis manos extrañan ese rostro tibio, porque las caricias ya no pueden ser dadas sino guardadas en la oscuridad de la pena y la zozobra. Ahora mi tacto es frío como augurio de la soledad en la que permanezco. Sus ojos han desaparecido y temo que al perderlos perdí los míos, que han partido lejos, rebuscando en los límites de la nada un minuto más que me permita recuperar otro instante a su lado.
Me pesan los brazos, y me pesa aún más un sentimiento que reside todavía en mi pecho. La pena es más y más honda, y la extraño cada día un poco más.

Cómo podría ella amarme de nuevo?
Cómo podría yo dejarla de amar?
Qué tanto podría decir yo ahora, que no le hubiese dicho mi silencio entonces?
Cómo más podría proclamarse mi alma si todo lo que redunda en ella es el amor que por su presencia clama?

La extraño, todo lo que sé es que la extraño. Y es que –confieso- aún le temo a la soledad que me ha quedado, porque no renuncio a su ser pero sí a su ausencia…Porque mi vida, así como mi muerte quisieran desprenderse de lo que ella es…Porque ella es lo que recuerdo, lo que no olvido y lo que quiero. Ella es mi sueño, y aún estando entre pesadillas, por ella es que espero.

”YA NI DUERMO PENSANDO EN COMO ME DARIAS CALOR Y ME ACARICIAS COMO LO HACIAS ANTES.”
JAZS

Que no me odie…

mariposa_mano
Si fuera el odio el que llenara su corazón, que se desprendan de mí las ansias de verle de nuevo y cada gota de esperanza que caiga de mis ojos; porque no por odio le amé y no por odio le llamé propia, sino por deseo y necesidad: Deseo de cuerpo, alma, espíritu y corazón, necesidad de los mismos, sólo que con una llama interna nacientes por cada uno de ellos, y así, como el fuego, pendiente de una forma de avivarle con un poco más de rocío, uno húmedo pero no tanto como para apagarlo, sino para alimentarlo.

Del odio no quisiera vivir, mas podría morir en su mano si así quisiera el destino y sus lanzas, porque antes que lastimar la ternura de mis manos, preferiría morir asumiendo el más precioso de los sacrificios, aquel en el que la vida se reduce, no por demostrar, sino por entregarse.
Que me plazca, pues, el calvario de amarle aún estando en la calma más devastadora de todas, perdiéndome entre las cenizas del fuego apagado, y llevando su nombre como acorazado protector. Que sea mi memoria el estándar de mi llanto final, y que en el momento de cederme al viento, lleve su recuerdo en mis ojos, divisando así no sólo su figura, sino sintiendo en mi cuello su aliento y en mi boca su sabor. Podré tenderme en la inmensidad del infinito si bajo su nombre cavo mi final y si en mi final pronunciase ella mi nombre.
Su sonrisa se dibujará y en la esquina de la ruta de sus labios yaceré para conmoverme con sus tristezas y extasiarme con sus alegrías.

Pero que sin odio me recuerde, porque el monólogo sería diferente y dejaría de ser sustancial para convertirse en mera metáfora. El suicidio de las palabras antes que la muerte natural del corazón. Y en ésa oscuridad, letras deslizándose por acantilados de impías rocas, muerte voluntaria de ellas porque no podían existir de forma constante siendo fieles al sentimiento de apartarse de la ingratitud hacia los pensamientos.
Preferiría estúpidamente que el corazón falleciera de un dolor de aquellos que sucumbe ante lo triste para hacerse nostalgia…
Preferiría que el corazón llorara y se ahogara si fuera entre memorias felices de su ayer.

Pero que me limpie ella de su odio si es que lo posee; que se olvide de lo inhumano si su castigo se rige por las impiadosas sendas de la indiferencia. Porque le quiero, y queriéndole pertenezco y sino no existo, puesto que existo por ella y su nombre, por su nombre y su existencia.

Pero que sin odio me recuerde…porque si por odio muriese yo, la vida sería en vano, las palabras viento y mi amor ufano.

Que no me odie,
porque le amo…

Cuando te conocí supuse que estarías siempre en mi vida como un alguien especial…No simplemente un alguien más, porque eras diferente y ante mis ojos eras increíblemente maravillosa.
No tenía pensado enamorarme de ti, pero estabas llena de detalles que percibía y me fueron encantando; no tenía pensado que te enamoraras de mí, pero ocurrió, y aún luchando con miles de cosas, más externas que propias, sacamos adelante por dos años el sentimiento que nos unía. Peleas? Muchas, SI, pero amor mucho más.
En ese momento, no pensé que fuera a perderte, y es así como llegamos al momento actual…Un momento en el que te amo como nunca y en el que desearía poder devolver el tiempo para estar contigo y enmendar cuantos errores hicieron que nos separáramos.
Hoy, me despido, de muchas cosas, aunque sigo teniendo conmigo lo que más me ata a ti, y sé que ni la distancia ni el tiempo van a apoyar una causa ante la que son por completo inservibles.
No es que no quiera estar cerca de ti, es sólo que no sé cómo.
Voy a soltar el volante, y voy a dejar que tú encuentres a tu modo tus cosas sin tener que estar con un pie en el pasado que sé que no te gusta recordar y que sé que yo represento, por eso es que me alejo de ti, para crearte un espacio, esperando que algún día te sepas ver a ti misma por lo que realmente eres, justo como yo te aprendí a ver.
 
Esperando también que, quizás, algún día, nos volvamos a encontrar.
“How can I don’t love You…If You’re the best thing on my life?”


Ilusa

nadieteamaracomoioati ¿Cuál sería la probabilidad real que me concedería el honor de estar contigo de nuevo si no  cumpliera con lo que planeo hacer?
¿Sería acaso posible que en algún futuro, cercano o remoto, pudiera yo acercarme a ti de nuevo y encontrarme con esa maravillosa persona que solías ser conmigo tiempo atrás?
Hay un extraño sentimiento en mí, siento que extraño lo que pudo ser…Y sé que es incoherente, y no sería aún más incoherente si no lo extrañara? Es patético, lo sé, extrañar algo inexistente es como servirse vida en corazones ajenos sabiendo que la boca no alcanza para beberla. Pero me defino y siempre me he definido como defensora de un sueño compartido con nadie más que tú. Me dibujaba mis días apareciendo y desapareciendo de tu presencia, pero siempre volviendo a ella como si fueras un imán para mi camino…Siempre de una u otra manera pasaría por enfrente de tu ser, y siempre, sin importar lo que tuviera que hacer, serías lo más trascendental para mí, pasando por encima de lo que siempre consideré más cercano.
Me apena mucho divisar de lejos tantas imágenes que llegué a recrearme contigo, y sin ti, el guión de la película ha blanqueado por completo, dejándome las hojas vacías y a mí sin esperanza alguna de tener mi final feliz. Eras, y aún ahora, acercándose la despedida, eres mi protagonista, la que al final guiaría mis líneas hacia un desenlace lleno de lágrimas, pero no  de tristeza, sino de una felicidad y una dicha increíblemente grandes e imposibles de contener. Te amo, y no me equivocaría diciéndotelo por más que pensara que fuera un error o algo incorrecto, porque con esta emoción que te pertenece enteramente a ti, he aprendido a permanecer en esto, llámalo como quieras, esperando, esperando, esperando…
Siempre que la impaciencia ha llegado a mí, he encontrado no sé en qué parte de mí las agallas para mantenerme, como si algo aún me atara…Pero la imaginación nos puede jugar sucio a veces, y conmigo, lo hace muy a menudo.

Llegué a pensar que estaría contigo sin importar lo que pasara, que después de mucho esperar sería yo la persona que buscarías, que compartiríamos momentos con alguien más para darnos cuenta de que éramos sólo nosotras dos, nadie más. Pero, a quién quiero engañar?
Decido retirarme de tu vida y sé que no hará falta que digas nada, porque nada me dirás, será algo simple, tan simple como una despedida más, una de las que no te tocan o te hacen daño. Como siempre, seré yo la que quede en un momento sola, mientras que tú te pierdes de vista, y sin mirar atrás. Sé que no vendrá un abrazo, y si llegaras a compartirme un beso, no lo sentirás como yo…Sé que no tendrás un nudo en la garganta ni siquiera en la lectura de esas cartas que te entregaré.

Como ilusa me defino, ilusa siempre he sido desde que te conocí, y creo que con ese adjetivo calificaré para siempre en tu vida.

Una despedida más, una despedida menos, que más da…A la final, nunca te tendré…

Buenas noches amor

x1pnp_rgmi5o5315XwuSduOOtlY5BbX_pkVaSuNtU2435mJwa6SsyFqgTIr3oWdZDG5qdpKpaZFoOcpxDtp2BLB7nXtsRitP638rri05zz6ru_vNA5QHk3MxKcuJLi_A45JLDO637uWodo
Recuerdo tu presencia como si la hubiese tenido sólo unos segundos atrás, cálida y confortante de un modo como nunca había percibido a nadie. Había algo tibio en tu abrazo que me permitía sentirme feliz aunque no estuvieras conmigo en las noches. El solo recuerdo de tu cuerpo junto al mío me valía para mantener mi cama tan llamativa como si en ella aún permanecieras. Aprendí a robar de ti lo mejor para agregarlo a mis noches y descansar contigo estando sola. Era fácil dormir en aquel entonces, amarraba mis manos a la almohada como queriendo aferrarme a ti y te imaginaba de espaldas a mí con un grito silencioso que pedía mis brazos para formar esa bonita escena en la que te dibujabas dormida dócilmente en un descanso que sólo nos pertenecía a ti y a mí. Tu piel suave, y tus manos recibiendo las mías del otro lado de la silueta sin esperar nada más que el calor de mi piel junto a la tuya.
Ahora extraño como nunca esos escenarios de bienestar en los que me tendías cada noche, a veces siento que te tengo aquí conmigo, pero no puede ser más que un juego de la imaginación tras el deseo de cumplir el anhelo de estar junto a ti. De yacer recostadas la una frente a la otra, mirándonos como si fuéramos conocidas de toda una vida, dedicándonos respuestas a base de silencios y dejándonos dormir en el equilibrio alcanzado entre la presencia y la ternura. Acariciar tu rostro, divisar la profundidad de tus ojos y dejarme dominar por la fuerza que tienen sobre mí…Te extrañaría cada día si supiera que ello me traerá tu sonrisa de vuelta…Y más te amaría si supiera que ello te hace feliz…Acaso podría extrañarte y amarte un poco más? Un poco menos? Dolería más? Dolería menos? Sé que ahora extrañarte y amarte duele…quema…

Vivía por los momentos que me permitías a tu lado, y moriría si ganara el instante de verte dormir sólo una vez más, aún entendiendo que no me perteneces, al tiempo que te entrego el amor que te profeso con sólo hallarte quieta, tendida y regocijantemente tranquila entre tus sueños. Dios, cómo quisiera que estuvieras aquí de nuevo, tanto así que el desespero de esta soledad me tortura noche tras noche con la idea de que fuiste sólo un minuto de mi vida, minuto que no puedo recuperar y que acaricio a lo lejos para al menos darlo por hecho y sentir que realmente estuve presente para vivirlo, mientras que respiraba de ti tus más grandes anhelos y recibía ese amor que abiertamente extendiste hacia mí sin pedirme más que amarte.

No puedo dormir, y sólo saber que estás en algún lugar con tus ojitos abiertos me hace desear estar allí contigo para llevarte a la cama, y en un abrazo delicado, decirte: “Buenas noches amor”. Quisiera que nunca sintieras frío, temor o soledad al acostarte en tu cama, quisiera ser la razón de tu calor, tu seguridad y tu compañía…Quisiera estar contigo…Se me hace grande extrañarte tanto, y haciéndose imposible tenerte, se me hace tan pequeño el mundo…

Buenas noches amor, digo en mi soledad, en medio de la penumbra que no soporto y a la que le temo…
Buenas noches, digo en este frío de tempestades que el abrigo no repone…
Buenas noches, digo aguantando las ironías de esta tristeza que ahora como nunca me ahoga y me hace llorar…

Buenas noches para siempre amor…

Una noche (I)

Sus manos temblaban, las llenaba un río fresco y salado, el sudor la mantenía segura de su existencia, y más aún el miedo, un temor llamado a concebirse como pasión…Una sensación desconocida, y en sus piernas se entumeció el dolor, se entumeció su paso, y congeladas adheridas al piso perdieron con los segundos su poder de movilidad. Era como ver una hoja en otoño, buscaba aferrarse a su quietud, pero el viento, más en temple que su voluntad la sopló y la quiso llevar a sus antojos, y allí llamarle propia.
Su palidez desaparecía con la cercanía de su amante, las mejillas se tornaron rosadas al tiempo que el corazón casi siendo incapaz le merecía duplicar la respiración. Inmóvil, quieta, en silencio y aferrada a la nada, así permanecía su belleza de pie y sin premeditar acción alguna en contra o a favor de la situación. Era obvio el temor, aún en el calor de un abrazo su silueta se estremecía como en invierno una piel desnuda. Su cuerpo no respondía, y casi por inercia sus órganos divisaban aún la vida –que hasta el momento- de gloria no conocían.
Hubo un instante de éxtasis inicial, la distancia se acercaba a pasos cautelosos, y esas manos adoradas tomaban las suyas buscando tranquilizarlas…Sutilmente limpiaba el sudor, las acariciaba y las besaba…La delicadeza había comenzado a asomarse entre los arbustos y se dejaba conocer poco a poco buscando en ella un consentimiento. Era un lenguaje obvio el que la amante descubría, los nervios y sus signos no eran más que una forma de asentir. Por eso sus manos prosiguieron.
En quietud de su humanidad, brotó de la nada un suave movimiento que buscó rodear a su compañera entre la cintura y las caderas –El consentimiento esperado había llegado- Y en pro de él, un beso tímido apareció. Llovieron pasiones al momento y logró incluso estremecerse el tiempo, que desapareció para darle eternidad a las caricias porvenir, al éxtasis y a la claridad que vendrían con el día hasta que la oscuridad les cubriera y les perteneciera.

(…)

Acompáñame esta noche

lesbianas

Acompáñame hoy mi amada, hoy cuando las luces conozcan el vacío y se apaguen, hoy cuando los silencios sean raudos y casi licenciosos.
Entra en la caverna de mi abrigo y estremécete con las sombras que se deslizan lenta y sutilmente entre sábanas y paredes.
No me escondas tus manos, libéralas sin presión y abastéceme de pasión y de reconfortante deseo.
Que se llenen tus vacíos y que se sacien las curiosidades que tu imaginación dibuja una y otra vez en tu soledad taciturna.
Ven, recuéstate a mi lado, en las colinas habitadas solo por dos, sé mi abrigo y mi sollozo eterno, conviértete en mi máxima ambición y no dejes de tocarme por omisión.
Acariciar tu figura quiero, acariciar tu existencia y saborear tus espacios…Conocer tu cuerpo y más que él tu alma, permíteme amarte en silencio y hacer dormir tu calma.
Cierra tus ojos mientras los míos contemplan tu ser, y déjate desnudar para hipnotizar mis sentidos al entregarme.
Espera mis recorridos, y vívelos, siénteme estremecer y saluda con un beso mis alabanzas a tu ser.
Lléname de ti, no escatimes, sólo vive mi presencia, y con mis manos, con mi boca y mis espacios déjame escribir en ti, formar metáforas dignas de tu éxtasis.
Quédate, pero quédate en silencio, que hablen tus latidos y tu respiración.
Quédate sobre mí si lo deseas, deja que tu sudor y el mío se confundan, déjame perder la vida entre tu abrazo y tus movimientos…Déjame sentirte.
Víveme como te vivo yo a ti, despierta mi lujuria, llámame a tocarte, incítame a besarte; y posa tu existencia en mí, que hable tu cuerpo, no tus palabras…Piérdete que entre ti yo me he perdido, ámame, reconfórtame…Lléname.

Acompáñame hoy en la noche, cuando la penumbra sea tu entrada a mi cama, cuando tu llave sean tus manos, cuando la censura comience en tus labios. Préstame por hoy tu lengua y tu cuerpo, préstame tu calor, reconóceme como tuya.
Acompáñame hoy, acompáñame y entre luchas pasionales, hagamos el amor.

Retrato de ella

Ella sólo pudo asir su existencia a un sillón, que le recibiría sin percatarse del verdadero peso de su pena. Sus ojos, acaudalados y tristes buscaron el ventanal de la habitación, que entre lo opaco y luminoso lograba transmitir la agonía del firmamento, y allí fue donde se posó su mirada, detallando la delicadeza con que las gotas de lluvia lavaban los últimos instantes de su felicidad. La pasión sucedió aquel hecho, y como cristales azucarados se desvaneció en la humedad de sus mejillas, al tiempo que sus manos resistían apenas el frío de la soledad que la poseería para siempre.
Palabras desesperadas surgían y convocaban reuniones apetecibles sólo por la amargura, para formar nidos de espinas yacentes en su garganta. El mentón podía soportar por unos momentos la presión de dicha intranquila paz, que aún siendo contradictoria le merecía honores –y más que honores un eterno sollozo- y por honores conocería la gloriosa victoria de aquel amor que le perteneció a ella y a su corazón por un corto instante, por un momento que siendo miserable fue casi eterno.
La majestuosidad de su presencia se sumió en algún lugar, rayando entre la locura y la ternura fiel que irradiaban sus ojos. Era como ver un atardecer, hermoso y nostálgico al tiempo. Un momento de silencio se vivió para darle lugar al grito más profundo y desgarrador, aquel, naciente de las corrientes del más caudaloso río que tiende a saciar la sed de los corazones valientes que buscan alcanzar fronteras más allá de las posibilidades, –un grito silencioso-
Su inmóvil figura parecía desear a lo lejos una caricia, un beso, un roce…Y entre todo ello, quería encontrar un rumbo, uno fijo y consolador hacia los brazos de quien le robara la razón en un pasado fortuito pero memorable. De momento en momento surgía una sonrisa en sus labios, como si a través de los vidrios lograra percibir una alegría celestial concebida con el nombre de su amada; entonces era cuando sus manos se aferraban a los bordes sutilmente detallados de sus vestidos, imagino la presencia de encuentros carnales en su pensamiento, su necesidad de sentir deseo y desenfrenada pasión, tan ferviente como desde el momento en que logró probar el sabor de su piel con lengua y cuerpo…Deseaba, y ese deseo residía en el lenguaje de su geografía.
Un centenar de emociones experimentó en un minuto, y la eternidad le permitió permanecer allí, perdida en su inacabada exploración de aquellos momentos de viveza y extraordinaria dicha. Fue una contradicción conjugada entre la tristeza y la sensación aparente de una presencia, su favorita. La agonía, la nostalgia y la quietud reinaron su rostro y en un segundo no planeado –no por ella, no por mí- cerró sus ojos, y permaneció ahí, distante, encantadoramente extasiada y a la vez tan inocente como su juventud.

Ella supo llorar, felicidad o tristeza fueron sus razones…
Pero nunca aprendió a perder…Perdió su amor en el filo de una cumbre, y todo lo que pudo hacer fue saltar. Sus alas jamás se desprendieron así que cayó, en un vacío del que no logró escapar…De ella murió su alma, y la vimos desvanecerse mientras que intentaba –inútilmente- ahogar su corazón en el éter de su vida.

Permaneció sentada, y con ella su pena y tristeza abatidas. Regaló al viento un suspiro, decoró la habitación con una sonrisa, humedeció el árido momento con una lágrima y cedió sus latidos a quien amó. No perdía nada, simplemente descansó.

Ella supo amar, y lo aprendió por quien estando ausente, ella hasta aquel momento, buscaba hallar presente.

Mis errores

Waiting_For_You_by_jjap A uno solo le atañen mis asuntos, aún cuando mis asuntos no deben ser de importancia para nada ni siquiera para mis errores. A uno le debo mi desdicha siempre que sea ella por encima del primero, y por encima ha estado aún cuando las culpas deberían desaparecer con el tiempo y con la soledad. Un error, uno, y quizás el más grande por ser el que más daño infringe en mi espalda y la espalda de mis ganas y de mi propia voluntad. Uno.

Uno multiplicado por cuántos más…Y cuántos miles como resultado final?
…Lo lamento…

Cierro mis ojos y trato de recapitular el pasado, no tendría cómo no hacerlo porque mi memoria es la piedra angular de la nostalgia que sostengo en mis hombros. No trato de esconder culpas, no trato de cederlas a tu peso, trato de desaparecer la necesidad de hallar reproches, y aún más, trato de perdonarme a mí misma habiéndote perdonado ya a ti. Pero logrando lo último, no he logrado lo primero, y está en mi arrepentimiento y como un reproche para mí misma el haberte dejado partir. Un error, y detrás de él un aglomerado único que sólo tú conoces, porque sólo los vemos cuando son expresados…La caridad de unas cuantas palabras tuyas ayudaría a establecer mis límites pasados contigo, pero, no por amabilidad, no por condescendencia, no por un poco de consideración inclinas un poco tu voz hacia la proclamación de “aquello” que aún tomando prestada mi tranquilidad, dejará libres los momentos turbios como el agua salada, en los que intento responder ¿Qué pasó?

Mis errores pesan en tu corazón? No sé decirlo, pero hacen parte de tu pasado, mientras que de mi presente hacen su morada. Es algo inconcluso, es uno de los vacíos y ciertamente una de las necesidades de mis oídos y por ende de la tranquilidad de mi corazón. Yo sé que fallé, sé que no estoy libre de malas consideraciones y que la mancha recubre las imágenes que hay en ti de mí. Si llegases a quererlo, háblame, cuéntame, pero no dejes en zozobra a un ser que se desprecia a sí mismo por no encontrar el coraje de desmentir en su propia cara las verdades que ahora le alejan de la felicidad más profunda, lograda sólo contigo y sólo por ti.

Termina la ecuación, y déjame simplemente conocer el resultado…he dicho que es uno…Pero sé que uno no será.

Lo lamento…No quise escapar de ti…

Decir adiós

digo_adios2 No sé cuánto tiempo llevo esperando la gracia de una despedida poco dolorosa para retirarme de tu vida, siento la necesidad de dar miles de pasos hacia atrás, quizás para no conocerte, quizás para no adorarte, pero siempre con la certeza de simplemente desaparecer para ti. Me ahogan a diario miles de nudos en la garganta, palabras no dichas, llantos no expuestos y cientos de sentimientos no dedicados a ti, que los creas, que los construyes.

Todos mis planes han tocado fondo en lugar de alcanzar el cielo, y tú, que con tu presencia me hiciste tan valiente como para luchar por ellos, con tu ausencia me has hecho débil y no logro explicármelo a mí o a mi pequeño mundo. Me devoro en un día las ideas absurdas que podrían ayudar a olvidarte, pareciera que llevo una lista de intentos fallidos, tan fallidos que merecen un entierro digno pero poco honorable, han fallecido en batalla y ninguno de ellos ha llegado a la gloria de un mínimo logro…por qué? Sabes cuántas veces me pregunto eso en una jornada? Sabes cuánto pesa no poderlo responder?

Se me rompe el corazón cuando te tengo cerca, mi humanidad ya no alcanza a soportar la tuya, no en la distancia que hay entre las dos aún estando a unos cuantos centímetros; y tengo que hacer pesadas mis manos para que no actúen, o mejor, para que no fallen.

No sé qué es lo que necesito para marcharme, no sé qué es lo que hace falta o lo que necesito aclarar, no sé qué es lo que me ata; y me asusta la idea de pertenecerle a una ilusión que no tiene fundamento alguno…A decir verdad, a lo que más le temo es a no tener la fortaleza de aceptar que mi vida está lejos de ti...Temo a no estar contigo, temo a no poder amarte. Y el temor, tanto como mi amor por ti, se estrujan en el corazón sin tener razones para desaparecer. Y dónde estás? En qué punto te perdí si te amaba tanto como a mi vida misma y mucho más allá de lo que podría amarte alguien más? Dónde estás si me amabas y compartíamos los deseos de existir la una por y para la otra...Dios, cómo necesito de ti y de tu capacidad de encontrarme sin importar qué tan profundo fuera mi pesar...Tu capacidad de hacerme reír, y por qué no, de llorar.

Ahora las cosas no tienen el sentido que les pertenecía, y temo que lo que hagan mis manos en adelante no alcanzarán las expectativas que solían llenarme...Lo dejé todo por ti, y sólo puedo encontrar un vacío que redunda con la soledad que inquieta y daña mi vida cada mañana; me quito a mí misma la tranquilidad y el sueño...Hay un insomnio que no me deja tranquila, y a diario, sin importar el día, la fecha o el clima, siempre hay una lágrima que brota por ti.

Quisiera aprender a decirte adiós algún día para desprenderme de esta maldición de amarte tanto...Qué es lo que falta? Es un conocimiento universalmente conocido que el terminar si es definitivo trae consigo el olvido, el perdón, la tranquilidad...Pero cuando terminas teniendo una opción, o cuando no entiendes las cosas, o cuando necesitas más razones, cuando simplemente no lo resuelves, te quedas, te estancas, y duele, por siempre. Por eso es la pregunta...Qué es lo que me falta, qué es lo que necesito? Tengo claro lo que quiero, no hay indecisión o duda de por medio, porque te amo como nunca lo he hecho, aún siendo tú una persona totalmente diferente de lo que conocí antes, te amo, lo reafirmo y lo expreso siempre que puedo porque no son palabras que puedan dejarse en el interior sin que pesen en el alma más que tus propios remordimientos. Cómo es que aún te encuentro encantadora, irresistible y simplemente adorable? Qué hago aquí, así, qué es lo que hago sin ti?

Ojalá llegase la forma de despedirme, a tiempo, y para siempre, ojalá tu rumbo dejara de importarle a mis pasos, ojalá con ellos no arrastrara tus memorias, ojalá en mis hombros no pesaran los recuerdos. Ojalá a este corazón lo llenara uno ajeno al tuyo para perderte, olvidarte y dejarte en el tiempo, en el pasado. Ojalá mis alas fueran tan libres como las tuyas. Pero ahora, ojalá el dolor no naciera del sentimiento que antes era puro gozo.

No he dejado de culparme un solo momento, y me inquieta la vida, siento curiosidad por lo que sería de ella estando a tu lado ahora...Sé que no amarás a nadie como me amaste a mí, son palabras tuyas, y las amo tanto como a ti misma, pero sé también que no amaré a nadie como te amo a ti, y a eso le temo aún más, y no lo quiero así...Por qué? porque te quiero a ti, y por eso, más que culparme yo, son el destino y los instantes pasados los que me culpan, me amenazan y me dejan ciega ante el futuro, un futuro que no estoy esperando y al que le huyo la mayoría del tiempo por el miedo de no encontrarle sentido, por el miedo de no ser feliz, por el miedo de no encontrarte en él. Me dijiste en un abrazo que todo estaría bien para mí, y aún ahora siento tus brazos alrededor mío tratando de no desprenderme de esas palabras, pero no confío, no puedo confiar, porque no dejo de necesitarte a ti y a tus brazos para sostenerme en el camino.

He llenado mi vida de errores desde que te dejé partir, equivoco mis pasos siempre, aún cuando intento hacer lo correcto; no conozco las direcciones adecuadas para mis actos, creo saber dónde encontrar mi lugar, pero estoy perdida, y sería insensato no poder aceptar eso como un hecho. Detesto mis fallas, mis errores y mis caídas, porque no tienen sentido, mi mundo, mis cosas, mis personas, todo ha caído en mis manos, y con ello un error para cada uno de ellos. Me estoy equivocando, me estoy llenando de reproches para mí misma, y de una lástima que ha nacido de la mirada que de ti se desprende a veces…No soy yo, y ésta no es mi vida, ésa la dejé en tus manos cuando te amé por primera vez y a mí,…a mí no ha regresado.

Te amo, y quisiera decirlo, pero ahora que no puedo, quisiera poder decir simplemente, adiós.

Belleza

Si la belleza se atreviera a pronunciar tu nombre de seguro sería una fugitiva más con la experiencia retardada de un resguardo, de un escondite…porque se aproxima su castigo, su merecida maldición…Pertenecerte. Qué canto sería canto si no fuera dedicado con una fidelidad poco ingrata a la belleza que aún siendo terrenal te hace celestial...Recorrerte en cuerpo y vida con los ojos y más todavía con el alma, que se llena de una incapacidad benigna al apreciar tu llegada y al distinguir tu figura.
Más que decir, más que gritar, más que cantar, tu existencia merece la calidez de una mirada que te abrigue con fijarse en ti. Debo aclarar que revistes un mundo de éxtasis cuando te asientas en mi realidad, y debo decir, que mi mente te dibuja, te colorea y te palpa minuto a minuto cuando te toma de muestra, cuando te haces factible por unos instantes…Completo mi estadío nocturno con tu ser y tu belleza…Completo mi vida amándola, y extrañándote aquí, a ti, a mi lado, conmigo…

Que me cubra la pasión que me encierra al mirarte, que me abastezca de no mirarte, para que al hacerlo, me sorprenda, me prenda de ti, y me amarre aún más. Porque cuando no te veo, para luego verte, es éste corazón el que no alcanza a resistir, es esta alma la que no aterriza…Y soy yo adorándote un poco más…perdiéndome, rescatándome…amándote…