He llorado, maldecido, golpeado, mentido, gritado,...me he silenciado, he corrido, escondido, sangrado, incluso he odiado,...
Sacarlo todo afuera, para que adentro nada muera, para que lo que duela salga,...vaciarlo todo para llenarlo de nuevo,...
Pero no he dejado de llorar o de maldecir, no he dejado de golpear o de mentir, no he dejado de gritar o al silencio recurrir,...sigo corriendo, me sigo escondiendo, sigo sangrando y más aún he odiado...
Qué tanto debo hacer para sacarte, para rasgarte, para dejar de verte, para dejar de hablarte, para dejar de sentirte, para dejar de escribir...-te-.
¿Qué tanto ha de morir mi alma...qué tanto más he de olvidar...-me- para volver a llenarme?
Porque no importa lo que hago, no importa lo que digo, importa menos lo que escribo...sigo nombrando fechas, palabras, hechos, lágrimas, sonrisas, errores, culpas y desamores...que sólo se multiplican...sólo se contradicen...y entre contradicción y aceptación...sólo logro enloquecerme yo.