Rota,...otra

Confieso,...con una mueca un tanto desagradable,...una sonrisa fingida y el alma semi rota...que reía por ella. Su presencia era un manantial en el que -tranquila- navegaba día por día, un halo refrescante sobre mi espalda, fulgor en mis manos,...tibia primavera en mis ojos. Cuán dulce podía ser su voz,...cuán sublime su abrazo,...o sereno su beso.
Puente a mi felicidad y roca de fortaleza,..no una rosa, un roble pequeño, y no por pequeño débil. Delicada aura que se transformaba en el más apacible amor. La plenitud en su pecho,...mi más hermoso tesoro.
Ahora, escucho el piano, y cada nota me la recuerda,...una melodía triste y taciturna acompaña mi cansancio,...un poco de tormenta a través de mi ventana,...un poco de tormenta adentro en el alma,...ojos que llueven, garganta que alcanza, lengua que quema,...ella, el piano, la noche, la lluvia...jueves, mil veces jueves,...tanta veces más un jueves, y yo rota.
Ella me habla, busca encontrar algo que en mí ya no existe,...soy otra, soy rota, otra, rota, otra...soy sin ella,...
Soy, el espacio vacío entre nuestras manos, el abismo entre nuestros ojos, el infinito entre alma y alma...la eternidad entre amores negados...

"Ya no me queda nada. Sólo existes tú. Tu ausencia llena mi vida por completo y la destruye..."
- (Julieta) Pedro Almodóvar -
La lluvia la trae a mí, como si fuese un recuerdo improvisado, ataca, devora, consume. Cada gota es un suspiro, un misterio,...un momento de soledad en ella...Una caricia mortal del tiempo. Engulle mi vida, mi alma, mi eterna y devota lealtad a ella...
La lluvia la trae, como si fuese viento, siendo tormenta,...Y, así la pienso. Bajo una estrella me cubro, intentando no empaparme,...pero, entonces recuerdo que cuando la besé...llovía, y ella jugaba con el agua...llovía y ella sonreía...Así que, adiós estrella...se fuga de mí el aliento...que se pose sobre mí cada gota del cielo...que en mi boca, sabe a lo que sabe la vida, el amor...
Sabe a mar.
"La persona que te destruye, no es la que golpea tu vida con más fuerza...es la que provoca que te destruyas con tus propias manos"
 - J.Haller -
 
 
"(...) amo una maravillosa estatua mutilada, un texto no terminado, un fragmento de cielo inscrito en la ventana de la vida."
- Julio Cortázar -
La soledad patina por los tejados,...guiada por la tenue luz del atardecer, se desliza, se apodera del viento, del tiempo, de mí. La oscuridad tienta al tiempo, encogido de hombros, falto de razones, ausente, sensible, etéreo, o quizás, eterno.
Su fotografía se pierde cada día, cada noche,...con cada lágrima, con cada esperanza. Sonrisa pequeña que me tienta a volver la mirada, a buscarla,...a recoger estos pequeños segundos perdidos y armar un infinito con ella, en ella.
Soy yo la que se mueve lentamente,...me elevo sobre los rascacielos, pinto de otoño la tierra,...nubes, lluvia, frío, sombras. Todo tiembla con timidez en mí y sobre mí. Parajes escondidos de mi alma se rompen, y de mí emana cada invierno, cada noche triste, cada melancólica melodía.
Su cabello atiborrado, sus dedos negados a la anatomía, labios carnosos, ojos pequeños, mejillas tibias y suaves,...pequeña, tan pequeña. Ella es el rascacielos sobre el que flota mi alma...sobre el que se desliza mi soledad.
Ella es finalmente...sinfonía, Trifonía, armonía, melodía...la razón por la que mi esencia -y mis brazos- nuevamente sangrarían.



Me quiso tanto...me amó tanto, que al final, simplemente, se rindió.


Ella entró,...y viéndome recostada en la cama de un Hospital, nombrando tristezas,...preguntó si acaso mi mente me decía que mi alma no era relevante para ella,...dos meses después, salía con la ilusión a bordo de mis manos, mis ojos y mi esencia...ella entonces me decía que si acaso yo era importante, no lo era tanto como para amarme.
Mismas personas, diferente hospital, y dos rincones,...uno sembrado de rosas, girasoles y lirios,...y el otro tan enmohecido roto y oscuro como la paz que nunca llegó con ella, porque ella nunca volvió.

Es una hermosa noche...cielo limpio, tapiz de estrellas...no hay Luna, sólo un sin ella...

Dos años...una vida entera

No quiero hablar bonito,o elucubrar un eufemismo que me lleve a hacerme sentir...hoy no. El día de mañana, 24 de mayo, se cumple el segundo aniversario de mi primer intento de suicidio. Una situación casi caricaturesca, de la que varias personas se supieron lucrar...y no, no hablo de dinero, hablo de las circunstancias que les favorecieron para luego desfavorecer la que sería la continuidad de mi existencia.
Si me remonto al 2015, me veo como una persona enteramente fracasada. Sin trabajo, sin dinero, en una lucha interna por conseguir un logro académico que nunca llegó, con el corazón desbordante de amor hacia alguien que se dio bien servida de mi situación. Llegaban las 4 de la tarde, el día anterior la había visto en un lugar público, en medio de un concierto, le hice un ademán con la pierna con el ánimo de que se fuera del lugar, pues no quería que me viera en compañía de quien me estaba destruyendo la vida, desde un punto de vista físico y material. No se fue.
Al siguiente día, llegadas las 2 de la tarde, quise salir a caminar...estaba en casa de quien atormentaba entonces mi vida, y sólo pedí un momento a solas. Ante tal petición, ella consideró -no muy alejada de la realidad- que se debía a haber visto al otro personaje el día anterior. Me dejó en la calle. Mis cosas estaban en su casa, no tenía dinero, no tenía comida, no tenía las llaves de esa casa...no tenía nada en mis manos.
Recuerdo que me senté bajo el sol, en una escalinata de cemento...y entonces, todo empezó a desfilar por mi cabeza: Había perdido mi trabajo por una lesión provocada a mi espalda; había perdido a mi novia, a mi prometida...porque ella había decidido en un elegante circuito de mentiras, que yo no era suficiente...me mantuvo en una vigilia constante durante casi 9 meses...Llovieron sobre mí culpas que no me correspondían, hablaba mal de mí a todas las personas que nos conocían, destinó la razón principal de la finalización de la relación sobre mi cabeza; cada persona cercana a ella me empezó a mirar con desdén, con desprecio, con rabia...me humilló, se aprovechó de diversas circunstancias...me llamó "una en medio de todo un ramillete de opciones"...se largó. Mi familia se había roto; yo estaba rota; después de que ella me dejara me destruí por completo...me rompí...todo lo que era, todo lo que fui, se vio por completo reducido...Nadie con mis apellidos me hablaba, llamaba o escribía; mis amigos desaparecieron uno a uno...
Así que mientras el Sol caía sobre mis hombros, mi vida pasó frente a mis ojos...todo un carnaval de cosas y personas perdidas...el desconocimiento de mí misma, la caída de mi ser en un abismo del que no me había recuperado (del que aún hoy, no me recupero)...Entonces, miré mis manos. Recordé una clase de anatomía en la Universidad, nos habían explicado la forma adecuada de realizar un corte para lograr el objetivo de morir a través de un simple movimiento vertical sobre la muñeca. En mi cabeza empezaron a crearse miles de recuerdos, mi familia, mi mascota, lo feliz que era cuando estaba ella...lo perdida que quedé cuando ella se fue...y entonces, todo empezó a girar entorno a su nombre: Los tantos desplantes, las mentiras, la humillación, el descaro, la falta de vergüenza, el desamor...y esa cancioncita...la canción del petirrojo, rondando sobre mi cabeza, repitiéndose una y otra, y otra vez...
Me levanté, y corrí hacia una estación de policía...les pedí que me acompañaran a la casa donde se encontraban mis cosas...allá me llevaron, y entré. En medio de mi desesperación, de mi impaciencia por llevar a cabo lo planeado, necesitaba de un empujón, de otro motivo...de algo más que me llevara al límite...así que accioné un mecanismo infalible, provocar un insulto. Empecé a recibir comentarios acerca de lo mala persona que soy, perra, hija de puta, malparida, conchuda, desagradecida, sinvergüenza (me disculpo por el contenido grotesco de esas palabras, las remití textuales)...en fin...palabras que llovieron sobre mí como una bendición...tomé un cuchillo, empecé a cantar...cerré mis ojos y realicé el primer corte. No fue suficiente,...comencé a llorar, a cantar más fuerte, cerré de nuevo mis ojos, me sonreí, y entonces, el segundo corte unos milímetros más abajo del primero...más profundo; sentí un corrientazo a lo largo del brazo, y empezó a brotar sangre...por fin.
El cirujano encargado dijo que me salvé por un poco menos de un milímetro...gran falla de cálculo. Quise desaparecer, y lo hice a mi manera...pensando en ella, con su mirada fija sobre mí, sonriente -ausente, claro está- su cancioncita repitiéndose...y un llanto debidamente merecedor del momento.
Así que...me salvé. Me salvé para verla ingresar al hospital y escucharla de nuevo jurándome amor eterno...ahora la eternidad (entiendo) dura dos meses...luego, te volvés desecho, no servís, y de nuevo te intentás clavar un cuchillo sin lograr nada más que ponerte en ridículo a vos misma...y salir -de nuevo- ilesa.
Curiosamente, ella creía que yo no escuchaba audios, que no leía correos, que no recordaba nada...ella no sabía, y nunca reconoció que era mi vida entera, mi universo. Jamás entendió por qué quise acabar con mi vida...nunca me lo preguntó. Ahora, sigo siendo el resumen de lo que no era...un intento de persona...y ella me juzga...aprendió a hacerlo...y, entonces, yo cierro mis ojos y la veo sosteniendo un cuchillo sobre su pecho, diciéndome que no es nada sin mí...miro mi muñeca izquierda, y me sonrío...porque ella nunca hubiera apretado ese cuchillo...porque ella sin mí es...después de mí, es...y yo sin ella no soy nada.
Ahora, las que eran mis palabras de amor para ella, son de ella para alguien más...Y yo, yo sigo escuchando su voz, su canción, y la sigo viendo, día y noche...aunque no quiera, la veo...No es una cicatriz de guerra (como ella la llama)...no una que gané...es la guerra que surqué frente al mundo, frente a ella, para darme cuenta de que el amor que nos teníamos era una gran mentira fundada únicamente en lo que yo sentía, en lo que yo quería...en un gran desierto...
Una guerra que perdí...un desfile de batallas, una a una, todas perdidas...tan perdidas como yo, sin ella.
Hoy, dos años después, me veo en el espejo y no reconozco absolutamente nada de mí misma...me aguanto sus juicios, sus querellas...y mientras la escucho hablando, miro hacia mi mano y pienso...¿qué hago aquí? Y sigo sin respuesta...todo es silencio...todo es nada.
Y su voz, su canción...aún, en mi cabeza.





Alucino mientras te veo,...porque no eres tú, ya no,...la niña de ojos cálidos, de cantos alegres, de tranquila esencia, desaparece, un paso a la vez, un olvido al tiempo.
Qué extraña sensación es esta, de amar a quien no existe y luchar con su reemplazo.
Pedir perdón, deslizar palabras,...levantarse sobre la letra y dejarla fluir...errar en el intento de no tocar,...perder el rumbo del sentir, y herir.
Manos en avalancha,...ella dice, yo digo. Complementos heridos y orgullosos que se encuentran -finalmente- sin banderas blancas...sin rendición ni tregua.
Pecado, cargo un pecado,...culpa que surge y no descansa...posada en espalda cansada...y los pasos que se repiten a un día nuevo...al mismo día...a la rutina de hallarnos, sin buscarnos...y encontrarnos en el rumbo equivocado.
Muere palabra, muere el tiempo y la mañana, muere todo lo que daña...daña todo lo que toca. Un perdón sobre el tejado...desvaneciendo ante el Sol...navegando una vez más -desnudo- en Lete...
¿Cuándo surgir del negro? ¿Cuándo nacer del cielo?
Si pido perdón...si me recuesto aquí...estaría ella conmigo?


Insomnio de letras

Insomnio...la vos de la pelea. Tristeza, la voz de la discusión. Soledad, la voz de la respuesta.
Tanto y tantas veces he muerto...tanto y tantas veces en su nombre,...tanto y tantas veces que no recuerdo mi vida, mi aliento, mi esencia, mi ser. Tanto y tantas veces...
En el espejo no estoy yo. Hablo yo que no me veo, hablo de mí, que no me recuerdo.
Ella sola, yo sola...y una eterna soledad en la que no nos encontramos.
No nos buscamos...ya no. Ahora es el insomnio, la tristeza y la discusión...La vos infinita del amor, entre nosotras, se apagó.
Lo que se borraba con un beso...ahora no tiene borrador. Sólo queda un mundo roto por las dos...el símbolo de la confianza se partió...La extraño...ahora muy lejos de la razón.


Salí a caminar

A eso de las seis, salí a caminar...Curioso es cuando sientes que el mundo te mira,...una mancha en el rostro, combinaste mal la ropa...cabello sin peinar...no importa. Quizás, podría ser, que leen tu mente, saben lo que piensas,...y eso que pensaba, era mas negro que mi propia camisa.
Mucho es lo que pensé...mucho lo que pasó por mi cabeza,...mucho lo que la pienso a ella...mucho lo que ella no está. Así que es como perder el tiempo mientras camino...porque los pensamientos son vacíos,...todo lo que hable de ella es vacío...así que quizás, sólo quizás, yo soy vacío.
Un paso y otro con ella presente...un paso y otro con ella ausente.
A eso de las seis, salí a caminar...y salí a caminar con ella...por eso no estaba ella, ni estaba yo.


El coraje que toma levantarse cada mañana, para ver pasar exactamente lo mismo...es enorme.
Que no me digan que soy cobarde...
¿Qué más puedo decir?
Si vos sos el poema...si vos sos la ausencia del mismo...
¿Qué más puedo decir?
Si lo sos todo...si sos la nada...Sos el infinito...
Si ella me dice que tiene una noche eterna...le hablo, le regalo mis minutos, mi pensar...y por qué no? mi amor.
Si yo le digo que tengo una noche eterna...ella me regala su vacío, su silencio...su des-amor.
"Yo no quiero hacerte el amor, quiero deshacerte el desamor" 

- Elvira Sastre

Un poema

Alguna vez estuve con ella,...creo que era un fiesta del libro...o feria del libro...tantas cosas en mi ciudad que tienen que ver con libros. Pero, estaba con ella, era un junio...había regresado porque había intentado quitarme la vida...ése fue el pretexto para volver, curiosamente, volvería a ser un pretexto, pero para irse...
El caso es...estaba...y en medio de la noche surgió un poema...no mío...jamás aprendí a escribirle bien a ella...mis palabras se perdieron con ella...pero, surgió un poema, repito, no mío:

"¿Y esa luz?
- Es tu sombra."

No se necesitan más palabras, adjetivos, sustantivos...verbos...nada...es el mero reconocimiento de lo que era, y aún es, su presencia en mi vida. Mis dedos se quedaron cortos. ¿Quién iba a suponer que perdiéndola a ella, me perdería yo, se perderían mis letras...se perdería mi alma entera en busca de su aliento...vida de mi vida que no regresó jamás.

Pregunto...

Te has sentido sola?
No hablo de estar sola, o de estar rodeada de personas y aún así sentirte sola,...todos hemos sentido eso.
Hablo de esa soledad pintada de muerte haciendo eco en tus rodillas,...hablo de vacío. Si la respuesta es sí...me entiendes, sino, simplemente tratas de leer y aceptar,...pero no sabes lo que es.
Estar solo no es simplemente yacer en abandono,...no es levantarte y hallarte en una cama vacía...o bueno, sí...pero no vacía de alguien más, sino vacía de ti.
Hablo -sinceramente- de haber comenzado tu muerte algún tiempo antes de que la parca te toque,...hablo de la muerte por pedazos, ésa que comenzó alguna vez, y no se detuvo...hablo de la muerte de espíritu, de corazón...hablo de la muerte de tu alma...y por ello, la peor soledad de todas.
Has buscado ayuda? Tratado de hablar con alguien?...Has intentado ponerle palabras a ese mutismo que te llena...y a cambio, ni un silencio? Has tratado de indagar?...¿?
El mundo se sienta sobre ti...ya tu espalda no aguanta tanto peso,...las culpas que te han asignado asechan tus noches como un monstruo que succiona lo mejor de ti. Todo se cierra, no?
Todos te ven,...creer que no es ser egoísta...te ven. Lo aseguro. Y porque te ven,...se van. Nadie quiere tener a su lado a alguien tan frágil...nadie quiere una carga,...porque acéptalo, tu alma pesa, y pesa demasiado...Y entonces, la soledad es mayor...es la tuya más otras...otras...cuántas más?
¿Cuánto pesa tu soledad aunada a la de otros? Cuánto pesa cuando realmente estás sola?
¿Cuánto estás dispuesta a cargar?...¿Por cuánto tiempo?...
¿Por cuánto tiempo?
...
Te ha pasado que, quizás, hay alguien que te sonríe y eso cambia?...Una única persona que cuando se suma a tu existencia, te recuerda quién eres...y eres tú...por un momento, por un leve infinito, por una pequeña eternidad, en sus brazos, con su abrazo, con su sonrisa...eres tú.



En esta rechingada hora de insomnio y de vergüenza estás presente, te necesito, te amo hasta quién sabe dónde, más, mucho más allá del amor y de la vida, te amo hasta la muerte; de tal modo que en vez de decir "te quiero" necesito decir: te muero, me muero en ti, me muero.
- Jaime Sabines

Hablando sola...

Lo acepto, estoy pensando en ti.
He hablado contigo todo el día...mi mejor amiga...en silencio. He retratado con palabras cada minuto para que no lleguen a tus oídos, para que no sepas lo que pasa, para que no te importe. He importado de mi memoria tantas cosas, estrellas, soles, tierras, auroras, noches...te las he dibujado, para que no las veas.
Lo acepto...te hablo a solas...amiga mía, como si aquí estuvieras. Pero no se finge el abrazo, la escucha o la caricia...sólo se finge que estás, y resulta bien, porque te cuento todo lo que no sabes, y nunca sabrás.
Pensando en ti...camarada, amiga y compañera...y te hablo, siempre,...sabiendo que mis palabras son, todo el tiempo, inertes.


Verla sentada a mi lado,...sonrisa en labios y manos inquietas. La conversación que dejó de fluir en algún punto entre el engaño y la demora,...tanto por decir, tanto más por callar. Recuerdo cuando los minutos nos faltaban...tanto por hablar. Ahora, reside entre nosotras un mutismo incómodo. Sin besos que lo justifiquen, sin un abrazo que lo electrice.
El silencio de un extraño frente a un preso...ambos a manos llenas, ambos al desnudo, ninguno con la intención o la devoción. Sólo la mirada que incomoda y la palabra que aturde en el oído...adentro...a solas...
Era mi hogar...aún lo es. Me asemejo a una estrella que aguanta su estallido final...todavía espero que ella retorne su mirada y me regale vida,...pues su ausencia es muerte...espero y espero...al final, siempre soy yo muriendo.
Sus labios en los míos eran la respuesta...ser, esencia...qué más hace un error...qué más hace la ausencia de perdón...se acaba el oxígeno...
La vida se va...
Te dejé toda una retahíla de besos, ocultos en tu espalda, en tu pecho, manos...cuerpo. Te dejé caricias tibias,...una por minuto...unos cuantos abrazos y algún suspiro sustituto.
Te dejé un montón de sonrisas, las puedes tasar, no se pueden acabar.
Te dejé mi calor, -disponible para viajes al exterior-
Me dejé toda allá...tanto que si me piensas, me puedes (¿por qué no?) abrazar.

Por qué sería esta noche la más larga?...Si me sientes, la puedes cortar.

Cartas de olvido

Tengo miles de cartas, escritas en secreto...todas hablan de ti. Eres el secreto que mejor guardo,...te nombro en silencio, te veo en la oscuridad, te escucha sólo mi cabeza...eres un tesoro que guardo, y que no quiero olvidar.
Las cartas hablan de ti, de tu alma,...de mis suspiros. Hablan de muchas muertes e infinitas vidas,...hablan de mí, contigo, y de tu mano ausente...Hablan del tiempo escondido, del presente y del perdido.
Cartas que te nombran, son muchas...pero, es una pena escribirte...porque tú no lees,...no me ves, no me oyes, no me sientes...no eres, no conmigo, ya no más.
Palabras que me atiborraron, que me emboscaron, están una a una caídas...envueltas en el misterio de nunca ser leídas.
Te toca otra mano, otro cuerpo, otra voz...Y lo que pudo ser infinito se lo tragó tu enfermizo error. Culpas sobre mí,...adelante espada, húndete sobre pecho desnudo y huye en ojos eclipsados...
Soy un trofeo de ayer...un sin nombre...algo más...una maldita alma retorcida en el dolor que aprende a no olvidar...y allá vas, de sonrisa presente, mientras yo te cargo las desgracias que por mero arte decidiste olvidar...
Soy el pasado, nada más...y de eso son las cartas...un grito traído desde atrás para ser olvidado antes de atravesar tu maldita moral.
Odio sentir-te...aún más amar-te...Porque te fuiste...y fue por puro arte.

Algo...




"Entre mujeres, el amor es contemplación: las caricias no están destinadas a apropiarse de la alteridad como a recrearse lentamente a través de ella; una vez abolida la separación, no hay ni lucha, ni victoria, ni derrota; en una reciprocidad exacta cada una es al mismo tiempo sujeto y objeto, soberana y esclava: la dualidad es complicidad".
-Simone de Beauvoir

En correspondencia (L.M.D.H)

"Visité tu lugar innombrable y ciertamente uno deja de sentirse inundado de aguas negras. No te escribiré nada al respecto porque esa no es mi pretensión, y no mancharé tu alma con palabras que todavía no deben ser contadas porque antes deben ser "vaqueras de mansos sueños imposibles, reposar ya, estar en la primavera silenciosa y ganar el olvido"*; aunque tu bien sabes que el olvido no las toca, y es que con esa palabra no me refería a su desvanecimiento y muerte, si no a su libertad, a esa condición tan mística de ser del viento, de la tierra, de la sangre, del alma, a ser de todo sin límites. y tampoco pondré un lugar, tu lugar donde has encontrado la vida y felicidad sobre una tabla esperando que de mi boca salga la sentencia regicida de un "gracias" y de un metro más arriba caiga una cuchilla aniquilando todo. Así que solo te entregaré una llave y te llevaré de paseo, serás tu quien abra una puerta, la de mi alma y veas donde habito.

esa es mi forma de decirte bienvenida( de una manare definitiva aunque tu tienes en tus manos la potestad de renunciar), y que te des cuenta que me regalaste oxigeno  un momento de paz y plenitud.

Lo primero que te tengo que decir es que el recorrido para llegar allí dura 20 suspiros y suena durante ese lapso de tiempo un arpegio ( espero que esa melodía que escucharás esos instantes no te disguste).

al final del camino deberás saltar como si fueras infante (y lo sos) y trataras de alcanzar la última hoja  que pende de un árbol para saber a que huele el otoño, entonces, el sueño mismo hará que te eleves 1,2,3,4 kilómetros hacia arriba o lo suficiente para encontrarte parada frente a la puerta, revisa tu bolsillo derecho y ahí encontrarás la llave: una pluma obsequiada por el guardián del portal, un petirrojo (siempre ha sido él, ahora sabes por qué es tan sublime para mi).

camina un poco ( haz camino sin importar la forma, tu tienes alas así que úsalas) y verás un árbol, el primero; de su extremo izquierdo pende una cuerda, si la halas caerá a tu lado un pequeño cofre donde están guardadas unas piezas, un rompecabezas de vida; pero después te hablaré de él, no lo abras y llévalo contigo.

y de una de las ramas del lado derecho pende un columpio. si te balanceas lo suficiente ( no tengas miedo) podrás beber vino de la copa de cada árbol.

pasarás por un lago ( ¿recuerdas el sabor de la lluvia?, ¿el mar? ... pues a eso sabe) pero no pienses que naufragarás en pesares ahí fue donde decidieron ir a morir, y tampoco lo veas entonces como un lugar siniestro porque la tranquilidad abunda, las despedidas se convierten en presencias, y si te sumerges en él lo que encontrarás es una mano amiga, eternidad, un abrazo, un "para siempre" si así lo quieres, y tu reflejo se quedará, se convertirá en un estar permanente aún cuando la distancia sea tan grande e infranqueable que haga parecer que ese lago raya con los límites de la cordura. 

cuando no me sientas puedes regresar a él y ver mi reflejo, entonces sabrás que nunca te he abandonado, lo mismo hago yo cada noche cada que me quiero librar de angustias, hablo con su alma y entonces esa angustia se convierte en mar y erradica cada sonrisa invertida. 

ya con el cuerpo y alma limpios sigue con el recorrido y te encontraras con dos caminos, el de la izquierda llega a un abismo( la próxima vez que regreses a ese mundo puedes ir con alguien, pero debes tomarlo de la mano) y ese es el amor, lánzate precipicio arriba, pero debes prometerme que si ves al señor T. cocodrilo azul le regalarás unas cuantas letras. El camino de la derecha está delimitado por un sendero de pinos, tierra húmeda y piedritas (allí van todas después de que los niños juegan rayuela con ellas) al final del camino se ve un extenso páramo y en medio de él hay una banca de madera de color azul y un bote de pintura (recuerdas la banca? alguna vez te conté que estaba ahí, ahora tu lo podrás estar siempre que quieras). 

siéntate en ella y abre el cofre; en él encontrarás varias hojas color tiempo, pero no están manchadas con tinta, pues en ese lugar las letras son libres (como ya te dije) , pon a volar algunas, ninguna está vetada; también encontrarás un reloj de arena azul, así te liberarás de Cronos y los segundos se extenderán lo que quieras; una tiza, estamos en un perpetuo equinoccio de primavera, dibuja todos los lirios, rosas, girasoles ... que gustes; y no te hablaré de más porque son demasiado genuinos para escribirte de ellos. Ahora también te pertenecen cuídalos y viviré. 

Los demás lugares los irás conociendo con el tiempo, pero recuerda que tenemos una cita..., y puedes visitarme siempre que gustes

(...)"

Aleteo de mariposa

Cae sobre mí la madrugada, y no puedo más que pensar en ella. En ayer...
Tiene esa sonrisa cuando me ve a lo lejos...su abrazo...su olor...su cabello, sus manos, su voz...pienso en todo lo que es y sólo puedo llorar.
Amaba los jueves porque a ella le gustaban...y ahora hago lo que las nubes sobre mí...me lluevo.
Su recuerdo no es suficiente,...no sé cómo escribirlo, no sé cómo entenderlo, no sé cómo se describe "esto"...este profundo, negro y muerto océano que me inunda y que pesa más que mi propia alma. Recorro cada rincón de mi habitación, cabeza en rodillas...cae en mí el peso del tiempo, de los años, de una vida que debió ser y no lo fue...debo tenerlo claro...no me quiere. Esa frase se repite, con cada pálpito, con cada respiro, en cada parpadeo, en cada maldita nube sobre mis ojos...no-me-quiere.
La extraño...me extraño. Se llevó todo de mí...se llevó la poesía...Ahora escribo, y son simples palabras que flotan y fluyen, palabras que hablan de lo mismo, una y otra vez, lo mismo...vacío, muerte, soledad, ella...siempre lo mismo...mis letras me odian...yo me odio.
Cae sobre mí la madrugada, y la vida que tanto planeamos...el anillo que ayer me devolvió. Dos años con ella, no es tanto...dos años, dos meses 5 días y media hora...no es tanto. Tres años bebiéndome las sales y el éter que me cubren...ha sido una eternidad...una eternidad que quisiera se fundiera, pero no se va...aquí lo único que se va es ella.
El vuelo de una mariposa, el aleteo, ése que dicen que puede formar un huracán,...ella fue ese aleteo...y lo que quedó de mi vida es un maldito huracán.
Ella me sonríe y yo apenas si puedo hacer una histriónica risa...sólo para no llorar al verla...sólo para que no note que fue ella.
Porque fue ella...
Mi muñeca enmarca una cicatriz que se funde con los años...y cada día que pasa, pienso, esto no debió ser una cicatriz...debió ser una puerta para dejar de amar...para dejar de recordar...para dejar de sufrir.
Que uno elige si sufre o no...No! Que uno puede controlar sus sentimientos...No! Hace mucho elegí ser feliz...y ahora mi vida es una obra de teatro que miro desde fuera...el mundo camina y yo soy estatua...Soy todo lo que no era, y ya no soy o que solía ser.
Vacío es lo que soy...cenizas de mí.
Nada.
Su voz me cantaba...mis mejillas mojadas, añorando su abrazo, su beso, sus manos...Era ella entrecortada, y una línea que costaba...un minuto, dos tres...y nuestro amor a medias. El teléfono caliente , las horas que pasaban...y ella cantando...
Nunca tuvo mi debilidad una mejor compañera...nunca tuvo mi tristeza mejor armadura. Era la voz de una mujer, no de cualquiera...la voz de una niña, mi niña...un jueves cualquiera, un lunes...un sábado...un día de caos, un día de soledad...pero estaba con su voz...y era todo lo que retumbaba en mis oídos...su voz...


"Sácame de aquí...no me dejes solo..."

Estrella

La perdió...la perdió como se pierden las pequeñas cosas,...las insignificantes, como una nimiedad,...algo sin sentido, sin valor, la perdió como quien pierde un minuto...la perdió como una palabra dicha, como una oportunidad en falso...la perdió. Simplemente la perdió.
Le había dado mi corazón en una estrella, estrella pequeña, tímida,...una que le colgara en el pecho como mi corazón...porque ahí estaba...pequeño, en ella, en su pecho...y...la perdió, lo perdió.
Así, como se pierden las pequeñas cosas, las insignificantes, las que no importan...así. En la simpleza de elegir lo que duele y lo que no,...en el desinterés de elegir lo que se recuerda y lo que no...
Así como eligió no tenerme...así como eligió olvidar...así...como quien deja en el olvido un gran regalo...ella, la olvidó...ella la perdió...
Ella, me olvidó.

Qué pasa?

Qué pasa cuando lo das todo,...todo. Y de tanto que das, ya no queda nada. Qué pasa cuando la muerte te mira a los ojos y la retas con una canción que alguien más escribió, y regresas con vida para no amar, porque no te aman.
Qué pasa cuando lo pierdes todo por amar...y luego para dar, ya no te queda nada.
Te levantas, y cada día es la repetición del anterior...cantándote la misma canción en la cabeza, tarareando cada nota como si fuera un epitafio...te levantas y estás sola...porque quien te prometió estar, se fue. Porque ya nadie promete para cumplir...porque las palabras son sólo para decirlas por decir.
Qué pasa cuando te miras al espejo y ya no estás...el reflejo de un muerto viviente te reemplazó...tus fuerzas se quedaron en el punto de lucha...en el que luchaste tanto por ella que te quedaste vacío...y ya ni ella ni nadie, ni vos mismo.
Qué pasa cuando te arruinaste de tanto amar...cuando no hay nadie para corresponder...cuando lo único que te queda es un buzón desierto que te recuerda que ya no hay nadie...nadie...que estás por inercia...que te consumen los minutos mientras piensas en las culpas que ya te echaron encima...
Qué pasa, te pregunto...qué pasa cuando yo amo tanto y vos no estás...qué pasa cuando el amor duele menos que la idea de morir...qué pasa cuando al petirrojo se le agotan las alas...qué cuando ya no hay aire, vida, aliento...alma.
Qué pasa...?
Qué?


Arriesgar grandes cosas por ella,...enloquecer, nombrar a la locura como el motivo...Hacer locuras por amor...
Y, finalmente, entender que si el amor es la razón...quizás no sean locuras...
Entre labios te guardo,...te nombro en silencio,...te grito callada,...
Entre ojos te miro, te olvido ausente,...te lloro.
Nombrarte y perderte mientras me lluevo,...pistas de éter sobre mis mejillas,...infierno que retorna a mis pupilas,...
Mirar la maldita mano vacía...augurio de una cama fría...Empresa de amor sin sentir...
Empresa de mí, sin ti
U-TO-PÍ-A