¿Qué hacer?

A veces siento que quiero explotar con las muchas palabras que tengo para ti atoradas en la garganta…Otras veces quiero salir corriendo y esconderme un tiempo para que dejes de encontrarme siempre tan dispuesta a decirte lo poco que digo. Y, si me guío por tus palabras, me tiento a pensar que nada contigo es correcto, ni alejarme ni quedarme, ni ausentarme ni hacerme presente; creo una confusión de líneas paralelas que en ningún punto parecen llegar a la conclusión o a un remedio para esta situación. Explotar o sonrojarme y luego huir, esas parecen ser mis únicas opciones, pero no importando cual escoja parece que ninguna de ellas me va a llevar cerca de ti, que es en últimas lo que más quiero. No diré que tengo razones suficientes para querer semejante locura, pero quién dice que la locura no es la principal guía de los ciegos, y que las fortunas más grandes se obtienen al cerrar los ojos…Quisiera desaparecer por completo los recuerdos o las pocas pero presentes necesidades que tengo de ti, borrar el complemento absurdo que creo que de ti proviene, y no hablarme a mí misma acerca de la afinidad de los opuestos. Quizás sea una teoría factible para el magnetismo, pero no hay nada más que me aleje de ti ahora que esa misma hipótesis.
Es irónica la forma en la que discutimos, como si tuviéramos razones para hacerlo, como si nos debiéramos respuestas o explicaciones, y luego vienen esas escenas de bonito cortometraje en las que me metes para darme un par de cachetadas y descubrirme a mí misma de nuevo intentando llegar a ti sin hacer nada al respecto. Lo cierto es que no sé cómo hablar contigo, no sé qué decirte, y no sé qué esperar de ti; en este punto, tienes todas las respuestas en tus manos, y lo quieras o no, hay una persona que está a punto de enloquecer esperando que quieras hablar, esperando que seas capaz de ser sincera y directa, esperando que definas lo que piensas, lo que crees y lo que sientes…No puedo escudriñar dentro de ti por respuestas, eres la dueña única de tus palabras y hasta que no salgan de tu boca es imposible adivinarlas o darlas por sentado.
No quiero forzar mis fundamentos a que presionen tus circunstancias, pero la esperanza desespera cuando sabe que no tiene mucha cabida en una opción…Y si sé que es remota la oportunidad, si sé que tú lo sabes, porqué no simplemente me liberas de la expectativa y me dejas en silencio para hacerme ausente? ¿Por qué esperas tanto para decirme algo que ya sé? ¿Por qué no te pones en mi lugar, para que te des cuenta de que no hay nada más frustrante que estar así, esperando, sin nada más que tu petición de tiempo?

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