Así…

Como cuando lloras porque has perdido un amuleto o la más valiosa de las sonrisas…
Como cuando esperas ansiosamente el día pero ves la noche pasar en eternidades…
Como cuando ansías recordar una palabra o un gesto y sólo puedes recordar el momento…
Como cuando te encierras queriendo no ser encontrado y estás a la vista de cualquiera, excepto de quien quieres que te vea…
Como cuando estás rodeado de mundo, pero no de personas, de personas pero no de esa persona…de su presencia y su sabor…
Como cuando te pierdes en las tinieblas de tu cuarto buscando luces cercanas pero sólo percibes la nada…
Como cuando cierras los ojos esperando que cambie un instante y los abres para seguir encontrando el mismo infierno al que tanto le temes…
Como cuando de acurrucas en tu cama queriendo esconderte del frío, pero resulta que lo tienes clavado en tus huesos, y duele…
Como cuando no hay más lugares para estar sino ese rincón que detestas porque te deja solo…
Como cuando no hay hacia donde correr porque las direcciones te aseguran que no hay mejor lugar que tu propia soledad…Y la odias…
Como cuando cada segundo se troca con el anterior invocando cada pasado posible para volverte loco…
Como cuando te despiertas en la noche deseando estar con ella, o al menos te llena la necesidad de que se despierte pensando en ti…
Como cuando la envidia te invade porque quieres algo más que te ha sido prohibido…
Como cuando se acaba tu bebida favorita y no hay más, incluso no la probaste, no era para ti…
Como cuando de la nada alguien te llena la cabeza, el corazón y las ganas…Pero no está…
Como cuando lloras por haber perdido algo estúpido pero no entiendes porqué te duele…
Como cuando te caes y te das cuenta de que no eres capaz de ponerte de pie simplemente porque no hay razones para hacerlo…
Como cuando tomas la mano de alguien queriendo sostenerla por el resto del camino, pero te das cuenta de que ese camino no duraba mas que unos cuantos segundos…
Como cuando sientes el peso de tu alma tendida en tus brazos porque ya por dentro no eres capaz de llevarla…
Como cuando te tocas los labios buscando una sensación que te haga recordar que estás vivo, pero no la encuentras…
Como cuando abrazas el aire queriendo enviar en él todo el cariño posible hacia la presencia que tanto ansías…pero el aire se escapa de tus manos…
Como cuando te sientes desnudo en pleno invierno aún cuando el calor es insoportable…No sientes el calor, no te toca…
Como cuando viras tu cabeza hacia un instante y resulta que sólo era eso, un instante, un efímero lugar en el tiempo…
Como cuando te aferras patéticamente a tu almohada porque necesitas sentirle cerca, pero no llega su tibia presencia…
Como cuando extiendes tu corazón, lo abres, lo entregas…Como cuando intentas y no puedes…Como cuando te llenas de imposibles…Como cuando te rompes por dentro…Como cuando estás sola como yo, ahora, queriéndote aquí conmigo…

Así, con ese sentimiento de “inevitables circunstancias”…Así, sin poder evitar sentirme incompleta…Así, como queriéndote tener…Y tú tan lejos como imposible.
Así, como cuando resbalas y caes…Y mientras caes pierdes lo que llevabas contigo…Sólo que no llevaba nada. Así, cayendo sin parar, en ese infinito vacío de que tu corazón se agite inquietamente por el abrazo de una mentira…Y tú tan lejos como imposible…
Así, queriéndote sacar de adentro, queriendo no extrañarte, queriendo no pensarte, queriendo desaparecer por completo, queriendo olvidar…Y como tú, imposible…

Así…Como queriéndote cerca…Y tú tan lejos como imposible…

Qué triste…

Qué triste ha sido verla partir mientras en mi garganta se amarraban las ganas de llamarla de regreso y en mis pies y mis manos la necesidad de correr tras ella, sólo para escucharla hablar o para ver en sus ojos ese ingrediente casi adictivo que me clava en ellos.
Qué triste es pensar que una ilusión difícilmente puede ser real cuando la deseas tanto.
Y ahora me debato entre el orgullo y este dolor punzante de saber que quiero algo que no puedo tener. Saber que lo realmente complicado es debatirme entre el irme y el quedarme pero que no tengo el coraje de hacer lo uno o lo otro.
Qué triste es verme en un deseo irreal de tenerla cerca, de pintar con ella una ilusión y mantenerla…Triste es sentir sus besos en mi boca aún cuando debo borrarlos…Triste es pensar que todo se queda en una madrugada en la que se resume sólo una porción de lo mucho que podría y quisiera darle.
Qué triste es sentir este escalofrío de saber que existe, saber que es, pero que no está.

Qué triste ha sido verla partir mientras moría de ganas de retenerla conmigo ahora que está dentro de mí.
Qué triste saber que no había olvidado como llorar y que realmente no sé cómo olvidar.

Al filo de la realidad…

princesa pensativa b y n De repente me vi encontrando en tus ojos más de una respuesta sin tener en mi boca una sola pregunta. Me dejé llevar por la fascinación de un impulso que limitaba al norte con la estupidez y al sur con la necesidad, era casi factible que me equivocaría, era casi un error ya concebido. Quizás debí alejarme a tiempo para no ver colores en las ranuras negras de los hechos que se sucedieron uno tras otro hasta dejarme en medio de un huracán de conspiraciones contra mí que nacieron de mí misma.
La esperanza no es más que el nicho de todo aquello que no es posible, es el alimento de las utopías más hermosas, pero también, es la carne de la que roen las expectativas más falsas de todas…Permití alimentar una utopía que parecía ser factible, pero lo que es imposible siempre lo será…Los sueños sólo sueños son, se quedan en eso, no evolucionan, no se cortejan unos a otros, mueren después de ser destruidos en la caída inminente de un intento fallido…Y es justo allí donde por dentro se rompen las posibilidades, y con ellas, comienza esa muerte que es por partes, una muerte a pedacitos.
No sé que dije, no sé que hiciste, no sé cómo llegué a este punto, no sé cómo aclararme a mí misma…No sé cómo te encontré así, inevitablemente encantadora para mis ojos, y dentro de lo extraño, un poco sublime para mi corazón.

Es curioso sentir como lo maravilloso de un momento te ata tan fuerte como una vida entera, para luego sin preguntar, o sin llegar a premeditarlo, te suelta en medio de una estampida de sueños rotos, uno a uno imposibilitados, porque realmente no existía el hecho factible o la realidad detrás de tantas comodidades hechas a tu propio antojo. Me equivoqué, y me lastimé el alma al creerme capaz de entrar a tu vida…Se me olvidó que éramos dos, y que no necesitabas de mi presencia tanto como yo de la tuya. Esperé de la vida más de lo que me estaba ofreciendo y me cegué por un hecho que me envolvió entre distracciones de lo que realmente estaba por suceder.
Me levantaste, y no pensé que lo hicieras considerándote una realidad opuesta a la mía…Pero habiéndolo hecho, sólo queda decir “gracias”, porque los infortunios no son siempre tales, sino el comienzo de una nueva página escrita. Las personas de corazón aprendemos a escribir con sangre, pero es lo maravilloso de ser humana, que no temo lo peor cuando lo mejor está ante mis ojos. Te vi, y no me preocupé por nada más…
Me dejé envolver, me dejé llevar…Y ahora estoy al filo de la realidad…

¿Qué hacer?

A veces siento que quiero explotar con las muchas palabras que tengo para ti atoradas en la garganta…Otras veces quiero salir corriendo y esconderme un tiempo para que dejes de encontrarme siempre tan dispuesta a decirte lo poco que digo. Y, si me guío por tus palabras, me tiento a pensar que nada contigo es correcto, ni alejarme ni quedarme, ni ausentarme ni hacerme presente; creo una confusión de líneas paralelas que en ningún punto parecen llegar a la conclusión o a un remedio para esta situación. Explotar o sonrojarme y luego huir, esas parecen ser mis únicas opciones, pero no importando cual escoja parece que ninguna de ellas me va a llevar cerca de ti, que es en últimas lo que más quiero. No diré que tengo razones suficientes para querer semejante locura, pero quién dice que la locura no es la principal guía de los ciegos, y que las fortunas más grandes se obtienen al cerrar los ojos…Quisiera desaparecer por completo los recuerdos o las pocas pero presentes necesidades que tengo de ti, borrar el complemento absurdo que creo que de ti proviene, y no hablarme a mí misma acerca de la afinidad de los opuestos. Quizás sea una teoría factible para el magnetismo, pero no hay nada más que me aleje de ti ahora que esa misma hipótesis.
Es irónica la forma en la que discutimos, como si tuviéramos razones para hacerlo, como si nos debiéramos respuestas o explicaciones, y luego vienen esas escenas de bonito cortometraje en las que me metes para darme un par de cachetadas y descubrirme a mí misma de nuevo intentando llegar a ti sin hacer nada al respecto. Lo cierto es que no sé cómo hablar contigo, no sé qué decirte, y no sé qué esperar de ti; en este punto, tienes todas las respuestas en tus manos, y lo quieras o no, hay una persona que está a punto de enloquecer esperando que quieras hablar, esperando que seas capaz de ser sincera y directa, esperando que definas lo que piensas, lo que crees y lo que sientes…No puedo escudriñar dentro de ti por respuestas, eres la dueña única de tus palabras y hasta que no salgan de tu boca es imposible adivinarlas o darlas por sentado.
No quiero forzar mis fundamentos a que presionen tus circunstancias, pero la esperanza desespera cuando sabe que no tiene mucha cabida en una opción…Y si sé que es remota la oportunidad, si sé que tú lo sabes, porqué no simplemente me liberas de la expectativa y me dejas en silencio para hacerme ausente? ¿Por qué esperas tanto para decirme algo que ya sé? ¿Por qué no te pones en mi lugar, para que te des cuenta de que no hay nada más frustrante que estar así, esperando, sin nada más que tu petición de tiempo?

Lo que quiero

No quiero escribir nada de lo que no quiera decir, y más que decir no imaginas lo mucho que quisiera hacer en este momento, porque me llenan los deseos de correr en dirección tuya, quizás sin finalidades u objetivos, sólo con las ganas de verte y de mantener mi mirada fija en tus ojos para buscar en ellos un poco de lo que quiero encontrar.
No quiero entenderte, sé que es una aspiración imposible, pero sí quiero entender lo que pasa y mucho más necesito entender lo que piensas y saber todo aquello que no me dices sin justificar tu silencio. He esperado tus palabras buscando quizás que la distancia distorsione un poco de lo que siento…Pero es entonces, cuando estoy tratando de hallar un poco de tranquilidad para mi propio beneficio y siguiendo tus palabras, que apareces de nuevo y de la nada, buscando un momento de plática, una coincidencia o una forma de hablar conmigo. Sé que no puedo preguntar nada, sé que las cosas que podría decir si quisiera es mejor callarlas, pero entonces ninguna de las dos dice nada, y esa constante inquietud se aviva más u más con el tiempo confundiéndome y llenándome de expectativas que pueden, o no, ser falsas.

No estoy esperando nada de ti, y es lo que quiero que entiendas, pero lo mínimo que quiero de tu parte es un poco de honestidad, honestidad que recibes cuando me escuchas y que no he sentido de ti cuando me hablas. Tus palabras están escondiendo más de lo que puedo leer en tus silencios y no puedo recurrir a ningún otro medio que no sea tu propia voz para esclarecer las cosas.
Gracias a tu presencia mi vida ha recibido una luz diferente, una que no esperaba proviniera de esa voz que me dejó muda unos meses atrás, o de esa sonrisa que me hace feliz cuando toca tu rostro…Pero estás aquí, en mi vida, haciendo maravillas y desgracias, poniéndome a pensar y a desear, dejando de lado la razón para hacerme sentir de una manera limpia otra vez…Quizás de una manera loca porque no hay coherencias en esta atracción. Pero me gustas, y no decirlo es ir en contra de mi sinceridad aún cuando no me haya llevado a ningún buen lugar más que a extrañarte un poquito más cada día, y a buscarte en cada pequeño recuerdo que tengo de ti. Sabes que muero por besarte, y tienes más que claras las razones que tengo para buscar de nuevo un momento frente a ti…No sé que pasaría en un momento a solas contigo y tus ojos, contigo y tus manos, contigo y tus besos…Y el no saberlo me hace añorarlo cada vez más.
Sólo te quiero cerca, te quiero aquí, conmigo…

Validar

No quiero validar mis silencios…Quiero hacerlos desaparecer, quiero enternecer tus ojos hasta que entiendan los versos ocultos de los míos. Busco negociar con tus silencios las tardes que te regalé en vela y en espera, no contigo, pero sí en ti…En ti y tus miradas, tus palabras y tus nulas coherencias, en tus pensamientos y en las memorias de instantes perplejos de ti, allí, distante, en la nada y a la vez en todo.
No quiero validar mis gestos…Preferiría encarcelarlos para que no hablasen más, para que callaran, para que buscaran regocijo más adentro, más en lo profundo, en aquellos lugares donde la carne se reduce a cenizas y el alma es más conmovedora para los instantes de verte y tenerte.
Mucho menos busco validar mis palabras, mis ejércitos mudos son más prometedores a la hora de bendecir instantes a tu lado. Proclamo mi mayor valentía al callar y hablo a través de ella y por ella es que silencio mis aires, para no pecar en contra del beneficio de escucharte, o si por escucharte no estoy, al menos por mirarte, y no distraerme de tan meticulosa tarea, merecedora de vacíos externos, merecedora únicamente de tu presencia y de la mía al son de la tuya, de tu ser y tu existir.

No quiero involucrar más que mi espíritu y el canto de mi alma al son de la felicidad que me embarga al sentirte cerca aún en la distancia. Quiero ser fiel servidora de aquello intocable, invisible e imperceptible; quiero quererte desde adentro para que me quieras hasta adentro. Quiero ser yo y al tiempo olvidarme de mí misma, ser única para ti, ser escasa…Que seas mi flor, una para mí.
No quiero validar mi prosa, pero sí busco validarte a ti en ella, porque te encuentro tácita en los latidos de la brisa en mis oídos, y no encuentro cómo resumirte entre palabras, sonidos, o aún en ausencia de ellos. Te busco simple, sencilla, y quizás ausente…Te encuentro, y quizás esa presencia no quiera validarla.

He olvidado

He olvidado el sabor de las mañanas cuando en un suspiro las especias de los árboles se incluían en mi lengua para recordarme que incluso los paisajes son exquisitos.
He olvidado como mirarme en el agua para encontrar un reflejo amable y considerado, en lugar de encontrarme siempre buscando satisfacer mi sed.
He olvidado cómo tejer segundos con los hilos del tiempo y las agujas del reloj para olvidarme del sinsentido absurdo de los minutos, las horas y los días.
He olvidado cómo mirar más allá de las nubes para localizar en lo profundo de ellas la maestría inocua de los grandes maestros que fijaron en el cielo lo sublime de las palabras rotas.
He olvidado cómo pensar en lo ferviente del conocimiento para dedicarme a lo infinito del sentir…O quizás he olvidado cómo sentir para dedicarme a simplemente pensar y naufragar intentando no hundirme en la inmensidad de un océano repleto de miedos y oscuridades que no llegan a un fin, que no tienen rescate, que no tienen fondo ni salida ni llegada, ni puerto ni bahía, ni arenas ni aguas…He olvidado cómo ser yo, esa ineludible destreza de encontrarme a mí misma saboreando momentos únicos en belleza y exactitud. Momentos rutinarios y simples que me permitían dilucidar las fragancias de lo hermoso y los colores de lo indescriptible.
He olvidado cómo localizar mi inocencia para aprender a abrir mi inconsciente y dejarme llevar por las indelicadezas de los susurros del tiempo.
He olvidado cómo sonreír sin sarcasmo y reír a carcajadas, los ojos duelen de llorar y los labios de fingir…
He olvidado cómo ser yo y sentirme plena ante esa, mi mayor y única obligación.
He olvidado cómo ser yo, y me duele haberme perdido, pues es por mí que no me ves, es por mí que no me percibes, es por mí que no estoy contigo, es por mí que no alcanzo para estar por ti…Es por mí que el miedo es absoluto ante tu nombre y soy insoluta en tu presencia.
O quizás, quizás…Quizás he olvidado cómo ser yo, porque ante ti no percibo más que la misma presencia que de ti se irradia.

He olvidado ser yo porque me gusta verte a ti siendo tú…Siendo incomparable, siendo irremediablemente fascinante y hermosa…Siendo simplemente indescriptible.

Distracción - Enigma

No puedo creer que me distraigas de mi propia vida, como un susurro constante en el oído o un simulacro de luz pendiente a mi ojo…Mis pensamientos apenas logran despejarse cuando de nuevo te encuentran como dueña de la nada que llena a mi cabeza. Recordar aquella madrugada se ha hecho tortuoso, y me engaño a mí misma tratando de convencerme de que me hago bien intentando alejarme de ti, pues es la distancia la pasión del cobarde, y me tienta la valentía cada vez que menciono tu nombre. Los recuerdos no son más que fotografías antiguas adheridas a los zapatos, y se les pisa una y otra vez, pero no por ser pisados son provenientes del pasado, porque para pertenecerle a ese remoto tiempo deberá ser olvidado y dividido en instantes escondidos para el presente, y, aún más, huidizos del trayecto que le lleve al futuro.
Así que, reconociendo que es improbable que todo vuelva a ocurrir, me dedico a pisotear esos momentos contigo, bebo de ellos, me alimento de ellos, y quizás no logre nada o alcance una victoria que sea sana para mi propia virtud, pero al menos sabré estacionar mi mente en un sitio más seguro y reconfortante que este, en el que me tiembla la fortaleza y casi sucumbe mi voluntad ante la necesidad de escucharte hablar, y mas que hablar quisiera verte y más que verte, alcanzar tus manos y de nuevo tus labios, para que me regalen mucho más de lo que en mi estómago ansío.
No es posible encontrarme así, pero el cielo me recuerda cuando se nubla que en algún lugar dentro de mí hay un intento de caminar, un intento de ser feliz.
No busco comprender lo que me está sucediendo, y tampoco busco entender el porqué sucedió lo que ahora temo se haya convertido en un elixir de felicidad que necesito tachar, borrar y eliminar por ser escaso de probabilidad, por ser escaso de razón y de fidelidad con mi propia lógica.
Fue algo más para mí, no fue un instante o una madrugada adornada de retoños…Pero no puedo pintar lienzos sin tener en mis manos más que la ternura prohibida de algunos segundos compartidos…Soy sólo un par de manos aquí que buscan más respuestas en las nubes, las estrellas o la luna en lugar de buscarlas en las palabras secas y sosas de la rutinaria humanidad.
No soy buena para huir porque en contracorriente me encontré a mí misma lastimándome con los filos del agua. No soy buena para esconderme porque es más obvio mi corazón hablando a través de mis ojos, mis manos y mis silencios…Soy buena para quedarme, sólo si así quisieras que fuera. Eres el enigma más grande que me ha atacado, y por no saberte en respuesta es que te prefiero así, en silencio, en blanco…
…Lo demás, es todo aquello que no digo…

Cerré mis ojos

Cerré mis ojos como queriendo no verla para ocultarme en mí misma, abrí mis manos para recibirla y mi alma para sentirla. La proximidad de sus labios hicieron estático mi aliento, en la oscuridad logré sonrojarme y unirme fácilmente al tibio elixir de aquel momento. No esperaba sentir, no esperaba pensar, no esperaba regocijarme, pero el cosquilleo fue inevitable y el momento casi tan inconcluso como el mismo deseo de prolongarlos aun cuando debían agotarse los minutos.
Sería un día como cualquier otro, pero la madrugada no lo permitió...Nos cubría el silencio, y en él, las palabras que no se dijeron y que, al decirlas, no se debieron decir. Era un día normal, pero nos atrevimos a hacerlo diferente. El alba llegó para hacernos olvidar y regresar a la rutina. No quería que llegara a su fin, pues en su abrazo hallé una dicha que permanece ahora que la recuerdo, y que duele cuando sé que ha sido y será de nuevo inalcanzable.

Debato mis días con los pensamientos que me trasladan a esos ojos que sin miedo me atormentan y me llenan de un desconocimiento de mí misma; y quisiera de regreso aquellos labios que me permitieron caer, caer y reír, reír y querer…
Cerré mis ojos para robarle un beso, y quise estar a oscuras para dejarme vencer por aquellos que me quiso dar sin razón, sin motivo…Cerré mis ojos, y así me gusta tenerlos

Instantes

1178152060_f De la confusión es que ha nacido lo que existe y existe ahora lo que es; De ese entendimiento que no se crea de la lógica sino de la ausencia neta de la misma; y, no obstante, hay una razón implícita en cada minuto que te quedas merodeando en mi cabeza buscando un no se qué no sé dónde que, sin duda, existe aún cuando no debería.
Un toque crucial para cosas inaportantes...Un toque de realidad para imágenes fantasiosas de momentos que existieron y que no pasaron por más de ser un instante válido sólo mientras perdurara y, a veces, mientras permanezca la luna en vigilia y tu sueño desaparezca a la luz de una llamada. Yo me entretengo jugando con los segundos y con algunas letras, me distraigo leyendo poesía en la lluvia e incomodando mis ojos a través de sollozos que no dan servicio más allá del desahogo...Yo me permito pensarte, mientras que, te configuro en todo lo absurdo de mi vida, en lo irrefutablemente inolvidable, en lo bonito, lo simple y lo sencillo; en todo aquello que por ser remoto es prohibido y por ser prohibido me gana siempre en afirmaciones y posibilidades, me da a beber una nítida esperanza que no entiendes, que quizás no ves, pero que a raudales te muestro de ojo en ojo y de letra en letra.
Te haces impasible de día, y es por ello que de día odio recordar...Porque los recuerdos me atan a un suceso resguardado, un simple hecho que desmorona más de una razón y que es razón para desmoronarme.
Quizás es más simple guardar silencio, quizás es más sencillo olvidar, olvidar y no pensar...No sentirme como la llave incorrecta, no ser el cuadrado tratando de encajar en un círculo. Pretender que las incoherencias a veces tienen que suceder...Pretender que simplemente no pasa nada.
Hubiese sido más simple decir "me gustas"...Pero la fascinación que me exige escribirlo pertenece al mismo nivel de la imposibilidad de demostrarlo...
Tan inolvidable como tú es este escenario, y desde este escenario me despido queriendo encontrarte de nuevo, en una de esas casualidades...En una de estas distancias cortas. En un simple acontecer de esta vida loca...En un arrebato, en un instante...

Y así, sin más, quiero cerrar mis ojos y no pensar más que en la magnitud de la nada, pues la nada es casi igual de reconfortante que aquel vacío de la no necesidad. No es para mal, y sin duda, no es para bien; pero es el estado preciso para no equivocar más los pasos y distinguirlos como seguros.
No entendería lo que pienso o lo que siento ahora, sólo le daré razón a entenderlo como indebido y absurdo. No me bastaría con aparentar un bienestar que es tan fingido como la felicidad cuando se está lejos de creer en ella…Es un simple estado, me repito. Uno como cualquier otro, adornado de sinsabores o de dichas. Elijo el vacío, aún cuando sé que no es vacío innato sino construido, la ausencia de una presencia, la presencia de ausencias…Y por tanto, un vacío que dolerá sin haber sido buscado el miedo de perder. Lo llamaré resignación, porque parto pensando en una oportunidad de la que fui partícipe, pero de la que no puedo participar…
Parto no más…Me voy. Huyo…

Blanco

116589_pasion Mmm, y hablando de las muchas noches maravillosas que nos han recubierto en las últimas horas de estos días, hablando de esas oportunidades que no sabemos porqué están presentes y que por las "causalidades" simplemente ocurren; hablando de esas personas que nos hacen pensar y no pensar, huir y querer quedarnos, soñar y despertarnos...Hablando de sentires...Hablando de aconteceres y de las otras tantas "casualidades". Hablando de lo confundida que se podría sentir una mariposa en un vagón de tren, no va y no viene, pero está y es; confundida, tanto como a veces nuestra alma, cual péndulo enloquecido e indeciso...
Hablando de nada y hablando de ti...Hablando al vacío que escucha y que se presenta, del universo que sinfín está atorado entre palabras y gestos incomunicados. Hablando de esto y de aquello, de todo lo que podría callar y prefiero decir...Hablando de eso, prefiero escribir.

Blanco es todo aquello que la naturaleza no nombró, es lo limpio y lo liviano, quizás lo puro y tal vez lo olvidado. Son los rincones intactos, las sábanas vírgenes y la esperanza suplicante del poeta y cantor, que de palabra en palabra desafía la bondad para hacerla rima y rompe la posibilidad en pedazos de realidad. Es lo simple y lo pequeño, todo aquello que resguarda la grandeza detrás de lo tímido e inquietante de un silencio. La ceniza de lo pasado, la expectativa de un comienzo…Es lo complejo rayando la facilidad.

Es mirar al cielo, una profundidad tan ajena como propia, un sesgo de inmortalidad recubierto con el dolor y las delicias mortales…Es recordar lo olvidado tanto como vivir lo apenas percibido sin escatimar en el detalle mínimo de la curiosidad que se sirve del pensamiento inmediato y lejano, del compartido y del solitario, para regalar una sonrisa, un gesto que señala inquietud y ansiedad, quizás un deseo y el compartir del mismo. Son las estrellas hechas personas, personas hacia pensamientos, pensamientos hacia palabras, palabras hacia ti, de ti y por ti…”Blanco es todo aquello que la naturaleza no nombró” –Quizás lo que no debe ser nombrado –aquello que el hombre olvidó, es la explicación no dada a propósito–Quizás porque no debe darse –, es la respuesta sin fecundar. La falta de razón hecha pulpa de dioses y alimento de los pocos mortales que pensando sin pensar aprendimos a sentir para saber que pensando no se siente si sintiendo no pensamos.

Se te nombra simple y en silencio, se te llama sin palabras, se te recuerda sin memoria…
Totalmente en blanco

No voy a decir que quiero huir, pero tampoco diré que me quiero estacionar aquí, pues son tus silencios más ajenos a ti de lo que crees y más míos de lo que imaginas.
Hoy tengo rabia de haberme encontrado contigo, quizás porque mi cabeza es más un estambre de hilos rotos que mi corazón…Corazón que contrario al tuyo, no se comparte, y de compartirse al menos sabría partirse en dos de una manera lo suficientemente equitativa como para no quedarme callada después de desvalijar al mundo a bala de palabras.
Me permito no creerte, los trozos de realidad los escondí hace mucho tiempo y con ellos la confianza incrédula dirigida hacia quienes quizás hablan de más para demostrar menos. No estoy para tragedias épicas o soluciones tántricas, no estoy para ir más allá porque por hacerlo es que resido en el más profundo estrado de las cuestiones que para el resto no son más importantes que la carcajada de un bicho…Si es que ríen.

¿Estás para qué si no es para estar…Eres para qué sino es para ser?

En relieve

2239147891_cc74e025e4 Cuando el horizonte es llano entiendo para dónde voy, es obvio, pues lo veo; y aún sin verlo sé que mi punto final no se moverá de ese sitio invisible que permanece inmóvil en algún lugar de esa estrecha línea remotamente cerca. Contradicción, si algo es remoto no está cerca, y de estar cerca no será remoto…Incoherencia!

Te hablo a ti, señorita estrella, persona desconocida, mujer de pocas palabras y amplio horizonte…Te hablo a ti, que quizás no sepas nada o quizás ese nada ya sea mucho considerando mi boca el principal mecanismo orgánico de sinceridad conectado con ese minúsculo pero infinito cajoncito que ponemos en el corazón. Tú, en mí eres una incoherencia, una hermosa, pero al final, incoherencia.

Si no entiendo es porque quizás el horizonte está en relieve… ¿Qué haces para lograrlo? Más fácil que responder a esa pregunta debería ser poder preguntarte a ti algo, pero tampoco hay nada que preguntar, porque llegas, estás, y eso es todo. Un desvanecer de lo demás, la formación de un vacío del que sólo sale una cosa: Tú. Y entonces hay un cierto sentido en aquello que ningún sentido tiene y resulta que vivir sin respuestas no es tan absurdo si las respuestas tienden a no existir. Creas un mundo de curiosidad inválida dentro de circunstancias que por sí mismas caminan…Y llegamos a lo mismo, incoherencia.

La analogía más absoluta en mi vida ha sido representada por estrellas, lo curioso es que representarte con una de ellas es abastecerte de un hecho común, y me permito distinguirte porque aún no logro definirte, pues estás en relieve. Si supiera quién eres te haría un regalo, uno de los grandes, bonitos e inesperados, uno de aquellos que no se describen porque no tienen forma; así entonces el regalo sería idéntico a ti y a todo cuanto en este mundo hay ahora cercano a lo que eres para mí…No estás lejos de crear un enigma, y la distancia para formar una respuesta es tan grande como “la duda”, duda que me ata en lugar de alejarme, duda que me hace pensarte como un desvarío fortuito transformado en un recuerdo predilecto, uno perfecto, uno que mi ser osa por querer vivir una y otra vez…Y es así como me voy a tu lado cada noche y a tu boca cada día, porque en un beso me resumiste más de lo que quisiera olvidar o recordar. No eres un sí, y ciertamente no eres un no…Eres un quizás, eres lo que siento, lo que recuerdo, lo que viví, eres un sustrato de la gentileza más encantadora de la que jamás fui testigo.

Me permito encadenarme a las palabras, a las que he escuchado, no por más que por la idea de considerarlas ciertas, tanto, como de certeza tuvo escuchar un amanecer a través del aliento de una quizás desconocida que ha sabido desprenderme de mí misma volcando mi mundo sin preguntar, sin responder, sólo haciéndolo.

Me permito no huir de aquí, porque me gusta, porque me gustas… ¿Por qué? No sé, sólo sé que estás en relieve.