Mi lugar

A Mile,
23 de febrero, 2013. 12:54 a.m.

"Quisiera a veces, tener la fuerza, las palabras, las letras o el alma para escribirte...quizás podría darte un sinnúmero de excusas que escuden de forma limpia el por qué no lo hago...pero supongo que sólo necesito tiempo...y otras cosas más. Me inunda el miedo al saberte tan frágil, y a menudo, tan rota...De un momento a otro me llega tu alma escaldada en unas lágrimas distantes que no puedo o no se recibir,...me falta el coraje para servirte de apoyo, me faltan los medios, me falta la fuerza. Porque yo puedo sostener tu cuerpo enfermo, pero tu alma es tan grande, que hallarla rota es para mí demasiado.
Me he puesto a pensar, eso me ha puesto a pensar y he llegado a la conclusión de que, muy a  mi pesar, lo único de mí que no te he dado son mis letras...y me encontré en la difícil situación de buscarlas en medio de mi pasado para re-encontrarlas con mis dedos...pero me di cuenta de que no necesito regalarte algo que es de alguien más, sino que necesito darte algo que es mío...y mis letras son mías...como también lo es cada una de las cosas que he creado con ellas...y es por eso que tengo el derecho sobre cada una de las grandes o pequeñas manifestaciones que entre palabras he encontrado exquisitas para mi alma. Hoy, te quiero regalar la entrada a mi lugar...a mi país...Es difícil para mí escribir de esto...serás la segunda persona que me lea en el himno de mi mundo...pero es lo mínimo que puedo hacer...si todo lo demás es negado para quien te ama pero no puede estar contigo en los peores momentos. Así que cuando estés triste, aburrida, melancólica...en mi mundo siempre servimos capuccino. 

A la media noche, justo cuando las estrellas alcanzan su máximo brillo, cuando la Luna se cuelga al final de cada cama y los sueños han empezado a revolotear en los ojos de los infantes, se abre un portal, uno que sólo yo veo, uno que sólo yo conozco, uno por el que sólo yo cruzo, cada noche del año, o a veces unas cuantas noches más.
En la esquina, justo doblando me espera un globo...una cesta enorme entretejida de ramas de pino y acolchonado por dentro con unas sábanas de seda y algodón...el globo no es tirado por una manta de telas, sino por un racimo de estrellas que guían el viaje a través de los cielos purpúreos de la madrugada. Para que la noche no tenga fin, se mezclan los colores negros, azules, púrpuras y rojizos...y juntos abren la puerta de mi mundo. No tiene nombre, como las mejores cosas del alma...es!
Siempre es de noche aquí...es fresco, se respira en el aire una combinación exquisita de vino, café, pino y bosque...la esencia del aire es perfecta para respirarla cada momento, y puedes obsequiarle al aire olores de más, o quitarle alguno para que simplemente se mezcle en tus pulmones. Cuando llegas puedes divisar miles de burbujas en el aire, cruzando el cielo...son letras que han sido habladas y que ahora pertenecen a la memoria del viento, algunas de pueden contar historias, otras quizás sean rezagadas y huyan corriendo...pero no las creas pusilánimes...simplemente sus historias no deben ser contadas...sólo recordadas. 
Como ya dije, aquí la noche no tiene fin...Siempre hay un cielo tapizado de estrellas, dos de ellas en particular armonía...dos corazones que antiguamente danzaban juntos...Y siempre se verá una luna llena que se refleja en el agua con su verdadera figura...una luna menguante y una creciente que cada noche se buscan mutuamente y se encuentran de vez en cuando con el hilo de estrellas de plata uniendo sus centros.
Hay un bosque a tu derecha...el más esponjoso que puedas pisar...está lleno de pinos, musgos, pequeños riachuelos donde se recogen palabras perdidas y unas cuantas ranitas. Al fondo, en la parte más profunda del bosque, hay un sauce...mi árbol. Se encuentra en una planicie un poco elevada de todo lo demás...allí hay un poco de Sol...uno que alumbra lo suficiente, no demasiado...El pasto es verde con una lluvia de rocío diferente en cada una de sus pequeñas ramitas, y así se extiende hasta donde alcanza la vista, dando cada final de día (o noche) un crepuscular espectáculo de colores. Me gusta pensar que así es la felicidad, estar acostada bajo la sombra de un buen sauce, que alcanza a acariciar el suelo con sus hojas suaves, y que apenas me toca con su presencia, lo suficiente como para abrirme paso entre las nubes y permitirme leer en ellas mis mejores memorias, mis más grandes sueños.
Si regresas al principio del bosque, te verás de nuevo justo donde empezamos, allí está el globo, lo ves? Ahora mira hacia tu derecha...ésa es la cabaña.
Tiene un porque enorme donde puedes encontrar más de una hamaca...Cuando entras a la cabaña encuentras una chimenea enorme donde crepitan maderos secos que desprenden un olor cálido...Y ahí, en el suelo, cojines...todos los que quieras, los elegimos terracota, espero que te gusten...una mesita donde encontrarás las especialidades de la casa, Capuccino y vino...todo el que quieras, como lo quieras. Si regresas tu vista al frente, ahí está!! Un ventanal enorme que te permite ver hacia el lago, donde las lunas se buscan,...Y allí, en ese pequeño puerto, una canoa...una vieja canoa que sólo se mueve al son de la noche, del deseo, de la pasión y de los besos prisioneros de bocas y lenguas. El agua es cristalina, puedes beber de ella si gustas, te puedes bañar en ella, microbiológicamente aceptable ;) . Los caminos aquí flotan...siempre estás en el aire o si así lo deseas puedes tocar tierra para sentir la humedad bajo tus pies. Está permitido volar, estacionarte en las copas de algunos árboles, pescar si así lo quieres...Pero sobretodo, está permitido ser feliz.
Este es mi escape cada noche, a las 12 en punto, en la esquina de mi casa, puntual...y siempre llego a tomar un capuccino sentada en las escaleras del porche...pensando, hablando, escribiendo, recordando,...Si gustas, eres bienvenida a mi mundo, mi país, mi...algo. Porque aquí las cosas no tienen nombre,...es algo indescriptible, inteligible, innombrable...es algo que simplemente...ES!"

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