Un sol

Hielo y más hielo recogí en la vida: Yo necesito un Sol que me disuelva.
- Alfonsina Storni. Un sol.

Mi corazón es como un dios sin lengua,
mudo se está a la espera del milagro,
he amado mucho, todo amor fue magro,
que todo amor lo conocí con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
pero yo espero algún amor-natura
capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
y me haga brotar ramas sensitivas,
soy una selva de raíces vivas,
sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espíritu sombrío
de cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
yo seré incontenible como un río.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida…
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva. 
Pienso en ella...mirada al cielo, lágrimas en los ojos, manos cruzadas, frío a la piel...
¿Podría ella estar pensando en mí?
Laberintos que se erigen en la noche...me pierdo en ella...mientras la pierdo.


Tu vida...la mía.

Te extraño,...quisiera decir cuánto, quisiera decir dónde, cómo o por qué...pero los adjetivos no rozan mi lengua, mis dedos o mi sentir. Dios! Te extraño.
Cada nota, cada luz, cada oscuridad y silencio me recorren para adular la soledad que has dejado. No confío en mí misma, en mi locura, en mis frías manos...en mis ojos huecos,...tacto y pupila que te buscan,...corazón que salta del pecho para perseguir-te en sueños, en pequeñas vidas, en constantes muertes.
Si supiera qué decir para verte,...si supiera qué callar para tenerte.
Extraño tu vida en la mía,...los mutismos simples, las palabras frágiles...extraño el tibio aroma de tu alma abrazándome, cantándome al oído, acercándome en un segundo a la vida, a la plenitud, a la alegría...a una sonrisa duradera...extraño tu fuerza -aquella de la que la mía emanaba-.
Dulce néctar de infinitos...extraño tu esencia, tu presencia, tu vida...la mía.



Amiga, compañera, amante, confidente, orilla, faro y fuerte...mi todo en tu nombre...
Todos los infiernos están en una sola palabra: Soledad.
- Víctor Hugo
Nunca digas que amas a alguien si nunca has visto su ira, sus malos hábitos, sus creencias absurdas y sus contradicciones. Todos pueden amar una puesta del sol y la alegría, sólo algunos son capaces de amar el caos y la decadencia.
- Mario Vargas Llosa

Cansada

Estoy cansada de extrañar-te,...llorar no sirve, reír tampoco.
Podría saltar tres metros, hundirme en el agua, ahogarme, y luego nadar, nadar...sí, nadar. Cómo me gustaba nadar...pero nadar, nadar tampoco sirve.
Podría perderme en un libro, leer por horas, escabullirme en las letras, y quizás, escribir un poco.
Cómo me gustaba leer,...pero leer, leer tampoco sirve.
Podría correr, ponerme mis mejores zapatos, un reloj, camiseta y pantalón,...correr a riesgo de hacerlo sin frenos, sin voluntad, por inercia, hasta caerme. Cómo me gustaba correr,...pero correr, correr tampoco sirve.
Podría escribir, y lo hago, ves cómo lo hago, me pierdo en verbos banales como nadar, leer, correr o escribir,...hacerlo, llenarme realmente de letras, atiborrarme de ellas,...pero no sale bien. Es como pescar en un lago muerto,...no hay posibilidades, mas que el vacío y la espera. Cómo me gustaba escribir, lo recuerdas?...pero escribir, escribir tampoco sirve.
Así que me siento, de preferencia en un rincón, apoyo mi frente en mis rodillas -estas que ahora tanto duelen-, me abrazo a las piernas como si fuera un salvavidas, y como reír no sirve, simplemente empiezo a llorar.
No hay un horario...es una sorpresa, cada minuto lo es...es ver el mundo pasar, y yo observar...de lejos, vigía del tiempo...y verlo todo pasar. Es ver un petirrojo sin terminar y no saber qué doblez le permita volar...es,...es eso. Es ver un petirrojo, quieto, sin alas, roto,...atado...un petirrojo que mira hacia arriba y extraña, anhela, añora...es un petirrojo que no sabe volar...que sólo puede -atento- ver de lejos unas alas que ya con él no quieren más los vientos surcar.
Así que como estoy rota -sola-, incompleta y un tanto ya de todo, loca...me siento en el suelo, miro hacia arriba, recuerdo cuando volaba,...reír...cómo me gustaba reír...pero reír tampoco sirve...y aunque tampoco llorar ha de servir, me tienta más el suelo inundar.
Compañera mía, mendiga, niña monstruo!, qué poco te importan estas desdichadas y estas artimañas y mis apuros. Únete a nosotros con tu voz imposible, ¡tu voz!, único adulador de esta vil desesperanza.
A. Rimbaud.

Mi lugar

A Mile,
23 de febrero, 2013. 12:54 a.m.

"Quisiera a veces, tener la fuerza, las palabras, las letras o el alma para escribirte...quizás podría darte un sinnúmero de excusas que escuden de forma limpia el por qué no lo hago...pero supongo que sólo necesito tiempo...y otras cosas más. Me inunda el miedo al saberte tan frágil, y a menudo, tan rota...De un momento a otro me llega tu alma escaldada en unas lágrimas distantes que no puedo o no se recibir,...me falta el coraje para servirte de apoyo, me faltan los medios, me falta la fuerza. Porque yo puedo sostener tu cuerpo enfermo, pero tu alma es tan grande, que hallarla rota es para mí demasiado.
Me he puesto a pensar, eso me ha puesto a pensar y he llegado a la conclusión de que, muy a  mi pesar, lo único de mí que no te he dado son mis letras...y me encontré en la difícil situación de buscarlas en medio de mi pasado para re-encontrarlas con mis dedos...pero me di cuenta de que no necesito regalarte algo que es de alguien más, sino que necesito darte algo que es mío...y mis letras son mías...como también lo es cada una de las cosas que he creado con ellas...y es por eso que tengo el derecho sobre cada una de las grandes o pequeñas manifestaciones que entre palabras he encontrado exquisitas para mi alma. Hoy, te quiero regalar la entrada a mi lugar...a mi país...Es difícil para mí escribir de esto...serás la segunda persona que me lea en el himno de mi mundo...pero es lo mínimo que puedo hacer...si todo lo demás es negado para quien te ama pero no puede estar contigo en los peores momentos. Así que cuando estés triste, aburrida, melancólica...en mi mundo siempre servimos capuccino. 

A la media noche, justo cuando las estrellas alcanzan su máximo brillo, cuando la Luna se cuelga al final de cada cama y los sueños han empezado a revolotear en los ojos de los infantes, se abre un portal, uno que sólo yo veo, uno que sólo yo conozco, uno por el que sólo yo cruzo, cada noche del año, o a veces unas cuantas noches más.
En la esquina, justo doblando me espera un globo...una cesta enorme entretejida de ramas de pino y acolchonado por dentro con unas sábanas de seda y algodón...el globo no es tirado por una manta de telas, sino por un racimo de estrellas que guían el viaje a través de los cielos purpúreos de la madrugada. Para que la noche no tenga fin, se mezclan los colores negros, azules, púrpuras y rojizos...y juntos abren la puerta de mi mundo. No tiene nombre, como las mejores cosas del alma...es!
Siempre es de noche aquí...es fresco, se respira en el aire una combinación exquisita de vino, café, pino y bosque...la esencia del aire es perfecta para respirarla cada momento, y puedes obsequiarle al aire olores de más, o quitarle alguno para que simplemente se mezcle en tus pulmones. Cuando llegas puedes divisar miles de burbujas en el aire, cruzando el cielo...son letras que han sido habladas y que ahora pertenecen a la memoria del viento, algunas de pueden contar historias, otras quizás sean rezagadas y huyan corriendo...pero no las creas pusilánimes...simplemente sus historias no deben ser contadas...sólo recordadas. 
Como ya dije, aquí la noche no tiene fin...Siempre hay un cielo tapizado de estrellas, dos de ellas en particular armonía...dos corazones que antiguamente danzaban juntos...Y siempre se verá una luna llena que se refleja en el agua con su verdadera figura...una luna menguante y una creciente que cada noche se buscan mutuamente y se encuentran de vez en cuando con el hilo de estrellas de plata uniendo sus centros.
Hay un bosque a tu derecha...el más esponjoso que puedas pisar...está lleno de pinos, musgos, pequeños riachuelos donde se recogen palabras perdidas y unas cuantas ranitas. Al fondo, en la parte más profunda del bosque, hay un sauce...mi árbol. Se encuentra en una planicie un poco elevada de todo lo demás...allí hay un poco de Sol...uno que alumbra lo suficiente, no demasiado...El pasto es verde con una lluvia de rocío diferente en cada una de sus pequeñas ramitas, y así se extiende hasta donde alcanza la vista, dando cada final de día (o noche) un crepuscular espectáculo de colores. Me gusta pensar que así es la felicidad, estar acostada bajo la sombra de un buen sauce, que alcanza a acariciar el suelo con sus hojas suaves, y que apenas me toca con su presencia, lo suficiente como para abrirme paso entre las nubes y permitirme leer en ellas mis mejores memorias, mis más grandes sueños.
Si regresas al principio del bosque, te verás de nuevo justo donde empezamos, allí está el globo, lo ves? Ahora mira hacia tu derecha...ésa es la cabaña.
Tiene un porque enorme donde puedes encontrar más de una hamaca...Cuando entras a la cabaña encuentras una chimenea enorme donde crepitan maderos secos que desprenden un olor cálido...Y ahí, en el suelo, cojines...todos los que quieras, los elegimos terracota, espero que te gusten...una mesita donde encontrarás las especialidades de la casa, Capuccino y vino...todo el que quieras, como lo quieras. Si regresas tu vista al frente, ahí está!! Un ventanal enorme que te permite ver hacia el lago, donde las lunas se buscan,...Y allí, en ese pequeño puerto, una canoa...una vieja canoa que sólo se mueve al son de la noche, del deseo, de la pasión y de los besos prisioneros de bocas y lenguas. El agua es cristalina, puedes beber de ella si gustas, te puedes bañar en ella, microbiológicamente aceptable ;) . Los caminos aquí flotan...siempre estás en el aire o si así lo deseas puedes tocar tierra para sentir la humedad bajo tus pies. Está permitido volar, estacionarte en las copas de algunos árboles, pescar si así lo quieres...Pero sobretodo, está permitido ser feliz.
Este es mi escape cada noche, a las 12 en punto, en la esquina de mi casa, puntual...y siempre llego a tomar un capuccino sentada en las escaleras del porche...pensando, hablando, escribiendo, recordando,...Si gustas, eres bienvenida a mi mundo, mi país, mi...algo. Porque aquí las cosas no tienen nombre,...es algo indescriptible, inteligible, innombrable...es algo que simplemente...ES!"
It's like, it's not even real to me.
It's like my life isn't even real to me, unless you're there, and you're in it, and I'm sharing it with You.

G.G

En la esquina, a las 2

Si acaso las letras volaran, abrigarían su noche, su soledad, su tristeza, su sentir. Me encontraría con ella a las 2 a.m. en la esquina de mi casa,...prepararía un globo, de colores, como le gustan, y me aseguraría de que fuera tirado por un par de estrellas, sólo las mejores, las más brillantes, las más hermosas. Navegaría entre la oscuridad hacia un paraje conocido, un detalle, un regalo...un café. Me sentaría con ella en la entrada, justo en las escaleras, le prestaría mis nubes, mis lunas,...la abrazaría en la luz tenue del fuego, y prestaría mi silencio para su regreso.
Si acaso ella recordara, sabría que la espero, taciturna y expectante, con un abrazo enletrado, con un beso noctámbulo, una sonrisa en deuda, y un corazón en vela.
Siempre la espero, siempre a las dos, siempre en el alma, siempre en la noche, siempre en la esquina,...siempre, y por si acaso...enveneno mis reproches.

Si me despertara....

Y,...si me despertara, algún día,...a eso de las once o las doce,...y me recibiera un milagro? Si, de repente, ella estuviera, como están las sábanas, sobre la cama y tibia, un Sol tendido a mi lado, dormido y perfecto. Si me despertara y todo fuera más tranquilo, si entrara un poco de frío por la ventana semi-abierta, si no llegara el afán de la tarde, y ella estuviera ahí, conmigo...
Entonces ese día, sabría que mi vida continuó justo donde la dejé,...o...que al morir, siempre vamos a lo simple, a lo bueno, al lugar de ser feliz.
Si me despertara, a eso de las once o doce, y ella me mirara con enojo por mi manía de dormir hasta tarde,...ése sería mi momento de luz.


Huele a...

Me huele a ausencia,...me huele a un día más,...una fecha, una tarde, una mañana...me huele a la eternidad,...me huele a soledad.
Pasa el tiempo y la vida,...pasa la historia, los retratos, las manos, la piel; pasan las lágrimas, las sonrisas, los ojos,...pasa el infinito, el reloj, las campanas. Pasa el recuerdo, la fotografía, la esencia, la sepia y el retrato; pasa todo, la nada, el espacio; pasa su voz, su rostro, sus pupilas, sus párpados; pasa su rostro, su esencia, su calor.
Pasa el tiempo, y la muerte...pasa y pasa...y todo lo que pasa me huele a ausencia, me huele a diecinueve, me hule a jueves,...Me huele a Milena.



Dedícole...a ella. 2013-V

Uranos pardos de elocuente ternura, calidez que toca y trastoca.
Mirada firme que atraviesa verdades,...las suyas, las mías,...las nuestras.
Tristeza que de reojo asoma la infancia que en pasos de cautela, se le fue.
Expresiva en su carencia, en la carencia que le abunda, en la abundancia que ahoga su voz.
Boca carnosa que encadena las palabras al simple murmullo de un pensamiento. Todo gentil en ella, no su grito política concebida...Pero, sin enojo, sin la tentación de la cólera, que fraudulenta, fracasada y mentirosa se posa en la nariz.
Ahoga lo que su piel canta, resguarda en sus pliegues una verdad, la de ser merecedora del verbo "amar".
¿Quién te llama propia, si yo ajena?
¿Quién cercana, si yo lejos?
¿Quién amor, si yo olvido?
¿Quién dicha, si yo lágrimas?
¿Quién luz,...si yo, invisible?

2014-IV

De segundo en segundo llegas,...o no.
Tanto pude esperar sin tedio, sin cansancio, sin tiempo.
Los segundos presentes, amarrados a los zapatos, abrazados a la boca, hablando.
Yo quería verte entrar, deshacerte del día y la noche,...de las ganas y la torpeza, del tiempo y la nada. Yo pude esperar, tender la mesa y la cama,...morir pasados, cocinar futuros.
Yo pude esperar, y esperé...en el eterno retorno de las palabras yo esperé y tú,...tú llegaste

2013-III

El silencio que nace de la nada, rompe con ella, la acaricia...Surge en sentir, salpica en piel y carne, busca la palabra para hacerse nombrable entre mutismos azules. El silencio se escribe a sí mismo...El lecho de su corazón sobre mí...

2013-II

Y,...si te fueras,...Si te vas en una noche y fueras una nube diluida,...
Si de repente te volvieras mentira...
No vivo -vida mía- porque de tu aliento yo respiro.

2013

De repente (entonces), todo cambia cuando miro hacia arriba, el azul es...azul. Todo es igual, pero distinto. Una huella que pisa en las sucesiones de mi cabeza...Se escurre el lodo y se vierte el verde de la mañana en los azulejos límpidos.
No más de un sueño perdido, no más de la ilusión náufraga. Mi orilla es robusta y basta, y seré rescate al alba, y al alba volveré con mi nombre en alto, y mis pupilas en la ausente pero viva melancolía.

Ilusión

Estar cerca, y no tocar...Ser la servidumbre de la espera y derretirse en los segundos que, entretejidos, llevan al mismo nombre,...a la escasez de voluntad.
Ser la marioneta del azar fugitivo y de la posibilidad ausente que, invisible, se adhiere a cada línea vertical de lo que apenas deja ver el horizonte.
Caerse, dormirse en el menguante faltante del tiempo, reírse en la palabra tristeza que ya clavó su hiel en la pupila del inocente esclavo que augura el vacío eco del tambor, zambullido en las aguas turbias de la memoria.
Ser infiel,...dejar de vivir-se para vivir-la, hasta tanto fundirse, tanto des-hacerse, tanto inexistir-se, para evaporarse...Subir a una nube de manchas negras y llover-se del párpado de creó la sonrisa. La del primero de todos los tiempos, la que, sin saberlo, se enjugaría después en la ternura de una nostalgia que obligada llegó a formar nido en quien amó,...pero no olvidó.


Si ella supiera lo que me duele no tenerla a mi lado,...si le importara...
Pasaría sus días, tardes y noches preocupada por mí...

Sola

Sola,...sola y en silencio,...un silencio de ecos mortales que se multiplica en cada llaga, herida, en cada muerte, en cada sacrificio. Sola,...como la paria ausente, como el chiste asonante, como el asesino, el ladrón, el delincuente,...sola, como el grito olvidado, la llave perdida, como el ave que no volvió porque por volar alto, pereció.
Sola,...en compañía triste de las lágrimas que abundan, que corroen las mejillas, las manos, la almohada, las sábanas, el cuerpo, la cama. Sola con las palabras vagando, con ella lejos, sin ella cerca.
Sola...abundantemente sola...900 días sola,...vagabunda, en pedazos,...en inercia muerta, muerta y sola. Como siempre sola, como nunca, sola...
Sola, en silencio y con lágrimas,...fotografía en sepia de ayer, de hoy, de lo que será mañana,...de nuevo sola...Queriendo -a solas- volver a morir.

París, 9 de septiembre de 1971


   Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estés ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de.
   Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. 

   Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y demás no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo.

  El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.  

  Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.

Julio

Yo no la vi,...no la vi en esa banca,...no la vi de blanco,...no la vi mientras leía,...justo del otro lado del mundo...del otro lado de la banca.
No la vi nunca, no la escuché, no puse atención cuando apretó mi mano,...no hice reverencia a su presencia...Juro que no la vi...que no me percaté de ella...
Ella nunca me saludó, nunca escuché o leí sus "hola"...no la supe cerca, no la sentí próxima...
No la conocí...no estuvo en mí...no fui yo, no fue ella, no fue el tiempo ni la verbena...no estaba ella, no estaba yo...es una mentira del mundo,...un suicidio del corazón.

Brújula...

¿Dónde la encuentro?...Pregunto y me preguntan las voces, las mías,...las de adentro,...las mudas que gritan, las silenciosas con eco...las que están, y no,...las que mueren, matan...las que viven. Dónde, dónde y cómo...cómo vivirla, cómo tenerla?...cómo, dentro de lo posible, ya no sea utopía...cómo en lo utópico hallarla ubicua. Cuándo...si su olor perdura, falló la historia para volverla prohibida. Dónde? Si la brújula apunta al sur,...al sur y con ella al norte...Cómo? Si la respuesta es absurda...Cuándo? Con el infinito atado a los talones,...vacío redundante que me pisa, persigue, y ahuyenta.
Preguntas de reloj...de un tiempo y el des-tiempo. Del anacrónico volumen que me entierra bajo sombras,...el pasado come y bebe de mí...sangre, éter,...vida de mi vida acabada y agónica.
Después, después,...después. Palabra que de hilo en hilo, de nudo en nudo,...de retazo en retazo es un nunca. Sin reloj, sin tiempo, sin vida...después,...después de respirar, de vivir, de correr, de reír,...después de saltar, después de morir...
Después de la utopía, y en la utopía con ella. Un telón carmesí que se desliza de cabeza a hombros,...y todo el peso sobre mí. Cargo con ellas...culpas,...cargo con ellos,...momentos. Frío y caliente conmigo, nieve y azufre,...paso a paso la oscuridad cava y halla en mí, en el vacío, la respuesta a su ausencia.
En mí...no en ella...
Yo, que permanezco en el retén del ayer,...y pido, suplico, ruego,...imploro el mañana...ella,...
Ella...
Que confluyan en mí los tiempos y las auroras,...ella en mí, hoy, adentro.
Dónde, cómo y cuándo...en mí, hoy, adentro.


Día errante

Un día de lluvia,...uno normal, como cualquier otro. Un café servido a la 11:00 de la mañana, tibio y con sabor a vainilla,...un poco de Sol para no estropear la mañana, un poco de calor para reservar la tarde. Un poco de lluvia para servir la noche.
El café no es café si no pienso en Milena. En esos ojos pequeños, minúsculos como su sonrisa,...casa de veranos y primaveras. Si pienso en ella, de seguro lloverá. Es un lunes, o un martes, qué tanto interesa el calendario? Interesa el frío sobre la tarde y las gotas de lluvia sobre la mano...Interesa Milena y su ausencia, el café servido a solas, la noche entrada en su ausencia.
Saco la mano por la ventana...la lluvia no refresca, más bien, duele. El dolor de la distancia y el sinsabor de olvido. Miro mi mano...es un infinito...faltan sus dedos, su piel, falta su mano. La mía está vacía sin la de ella...árido panorama de una solitud que obnubila, marchita y corroe.
Está el café...ahora frío...y no está Milena.
Lo que es, no es...un ficticio paisaje que me entrega un día cualquiera...quizás lunes, o quizás jueves. Su día favorito...
Todo el infierno escrito entre un café, una mano, una gota...y su ausencia.
Voces oscuras hablan en la noche,...se tejen con cuchillos que alaban la muerte enredada en nudos y vacíos. La felicidad no existe, sino el amor infeliz que se filtra a través de la grieta que une la razón y la cordura. La voz se repite en cadencioso silencio. La oscuridad se cierne sobre mí, bautizando mi agonía,...
Estoy yo, mi sombra y las voces...el triste augurio de la soledad que engaña en rostros de ajena humanidad.


¿Cuántas veces puedo herirme pensando en ella? 
¿Cuántas veces he de herirla de tanto pensarla?
El infierno se desata en mis dedos, en mi lengua,...en la letra que se escabulle y resuena,...el odio contemplado adentro de la intemperie,...un invierno que lava todo excepto lo que corroe,...moja e irrumpe,...sales que se despliegan en caravanas que celebran el cadente vacío, la oscuridad y el insomnio.
Máscara que cubre mi alma pero que desenfunda el miedo y la duda,...ya jamás,...jamás.
Hablo de tiempo, no de pasado,...hablo de la lucha, no de la pérdida. Hablo de lo que brota, no de lo que se calla. Cada pétalo marchito, cada tallo deshecho,...cada partícula rota,...lava que emerge del suelo y atora el paso, el momento, la vida,...su sonrisa.
Pantallas que se dirigen hacia ella,...eterna, etérea, ubicua, perenne. Tiembla el reloj y se rompe,...una eternidad asecha mi casa, mi sueño,...su sueño, ajeno, olvidado, perdido,...
Lo que callan las almas, lo que gritan los cuerpos,...lejanía de la verdad, verdad inquieta, inquietud que basta,...
Basta!
Basta ya de ella.

Amnesia

No recuerdo sus besos,...su sabor,...su calor. Los recuerdan las masas, el mundo, las gentes y sus bocas,...Los recuerdan todos, todas,...yo no.
La carnosidad de su lengua, la textura,...la forma, ya no se imprime en mí,...ya no es tatuaje, amuleto o tótem.  Es un olvido lento, con marcha constante, con el resumen de la amnesia un paso a la vez,...una eternidad al tiempo.
No la recuerdo yo,...la recuerdan ellas,...ella y sus otras ellas,...ellas y ella. Ahogadas en el éter de lo que de mí quedó...el susurro de la muerte crepitante en el oído....buscando ser escuchada, pero no recordada. Muerte del tiempo, muerte del pasado...muerte mía en ella,...en ella y sus vacíos,...en ella y lo que es, fue, y sería. Porque sería "todo" -margen de lo condenado- si mis muertes no me condenaran a la "nada".
Yo no la recuerdo...la recuerda el espectro, el espanto, la malicia y el odio embustero,...recuerda su boca la mentira,...esa que acaba y corroe,...ésa que de mí, se ha llevado hasta su nombre.