Tu y yo, lejos


Cae la noche, y está sobre mí ésa misma oscuridad que me ha rodeado desde que no estás. Comienzo a sentirme sola, y me toca el frío de tu ausencia, no logro calor aún teniendo tu recuerdo tan tangible, sólo me quiere abrigar el vacío que dejaste, no puedo creer que te he perdido, y la sola idea de no volver a tenerte me enloquece. Me llenan los recuerdos de lo que eras conmigo, y de lo que fuimos, es como una red eléctrica que me cubre por completo y que intenta asesinar mis ganas de vivir, pero al mismo tiempo se transforma en esa sensación de cosquilleo tan ardiente y tan presente como fuera algún día...Mis manos se entumecen por el mismo frío que irrumpe en contra del calor que me brindas en la distancia, pero Siberia es más poderosa que la misma intensidad del ferviente desierto que regala la nostalgia de ti...Y por Dios, maravillosa mujer, juro que muero por tocar tu rostro y alimentar de ti los canales vacíos de vida que llegan a mi corazón.
No sé qué es lo que ves en mis ojos siempre que me miras, no sé si es lo que buscas, lo que esperas, pero ellos te piden a gritos y cada día es más intenso el llamado hacia tu puerta, hacia ése portón que me cerraste pero que dejas entreabierto a veces...Jamás pregunto porqué, simplemente me dirijo a el, me acerco...Es quizás un umbral imposible, y podría no ser factible cruzarlo, quiero hacerlo, pero te paras en frente de mí y veo que sólo una parte de ti me da el paso. Quisiera arriesgarme, pero tus manos no se extienden hacia mis pasos.
Fue una locura dejarte ir, eso lo dicen mis manos cuando tiemblan de la impotencia siempre que veo tu figura en mi cama, eso lo dicen mis ojos cuando tu fotografía intenta calmar un poco mis ansias de verte, eso lo dicen mis pies cuando en contra de mi propia voluntad me quedo paralizada ante la infantil idea de correr hacia donde estás, eso lo dice mi corazón siempre que te pienso, siempre que me siento en lo único que conozco de ti, de nosotras, y de este amor tan infinito.
Me quedo aquí esperando, como si así llegase a ser posible volver a verte, a tenerte conmigo, entre mis brazos y dibujada en mis pupilas; pero sé que no será así, porque no estoy luchando por ti, y todo porque no me lo pides...Me ausenté de tu vida, como me lo pediste, pero nunca fue lo que quise realmente, me embargan los deseos de pelear por ti, lo único real, lo único sagrado en mi vida...
No puedo evitar amarte tanto, y por más que lo intente, mi corazón no te quiere dejar ir, si eres lo mejor de mí, si eres mi mundo, cómo vaciarlo?
No me veo de otra forma, no me veo sin ti...Ya ha soportado bastante mi fortuna y ya se ha tornado en el infortunio de esta alma vagabunda que camina sin rumbo fijo porque tú no le sirves de faro.
Sé que si me quedo aquí, en tu vida sólo me volveré un obstáculo para tu felicidad...Y vale más la promesa de dejar tranquila tu sonrisa antes que atreverme a sofocarla con palabras que sé que no necesitas. Me rodean palabras tuyas y mías, me rodean recuerdos e ilusiones, sueños que juntas forjamos, tardes, noches y días que nos pertenecieron los guardo como tesoros, y quisiera multiplicarlos, pero me estancas, no me dejas llegar a ti, y siento más que nunca que muero...Sólo entérate de mis deseos, los mejores para ti; sé que tienes la valentía y el impulso para alcanzar lo que anhelas, no hay duda de ello, porque creces como un roble y diriges tu mirada hacia el más allá, te extiendes como las ramas de un arbusto, pero las fortaleces de sueños; llega a ellos y entrega lo máximo de ti.
Yo desde aquí, recibiré tu brillo, como en un atardecer de esos que florecen cuando todo lo demás se marchita, y me enorgulleceré de lo que eres y de lo que serás, y siempre, siempre, de día, de noche, y en los umbrales del desentendimiento, te amaré, te querré y te desearé lo mejor, porque lo mereces, porque lo buscas, y porque sólo lo mejor atrae lo mejor.
Doy un paso atrás, no para alejarme de lo que eres para mí sino para preparar mis brazos por si llegaras a caer.
Y te amo, más que a mi vida, y daría mi vida por ti, así como renuncié a ella cuando sólo dejaste ante mí la espalda que acaricié en cada beso que de mi boca te regalé.

Eres mi máximo deseo, y te lo entrego para que tengas el tuyo. ¡Te amo! No sé qué gano al decirlo, no sé qué gano cuando lo escuchas, pero es mi realidad, no tengo porqué huir de ella, después de todo, tiene más vida que yo sin ti.

0 Silencios...: