Háyase visto

Háyase visto antes un recuerdo persiguiendo a la memoria, carcomiendo la conciencia y acechando al corazón. Así, como el alba dejando con su paso un recordatorio inminente de la noche que te presentó como eres ahora, un sueño ilusorio que podría ser más poético de no ser por la ausencia de prosa en tu nombre. Y más allá del sueño, es el elixir del que se alimenta, la necesidad de la que se procrea y el deseo mínimamente ínfimo y engrandecido de permanecer en la vigencia del poder de la oscuridad en la memoria.
No bastaría con convencer a las estrellas para que no iluminaran la imaginación´n de un Morfeo que ahora está proclamando tu nombre y más que tu nombre, tu existencia que, frente al corazón, es tan fría como tibia, tan inclemente como plácida…No bastaría justo ahora con intentar hablar a la lluvia de la necesidad de diluirme entre sus gotas para simplemente desaparecer o, mejor aún, para ausentarme y llegar hasta ti, en un intento de no ser más que un testigo de tus días y tus noches.
Los sueños están hechos para recordarnos nuestras más grandes debilidades y fortalezas, y dentro de ambas, están nuestras ilusiones, aquellas que nos roban la certeza de que somos un hierro infundible, y que nos hacen ser derrotados por el pacifismo puro y limpio de hallarnos al descubierto, desnudos ante una mirada inesperada…Desnudos ante el placer de descubrir un ser único…
Háyase visto que me impidas la tranquilidad que tanto anhelo, porque de alguna manera siento que proviene de ti…Y te pienso en vano, te espero sin razón…El ser en el infortunio desdichado de una promesa inexistente.
Releo tus palabras, escucho de nuevo tu voz intentando calmar tanta ansiedad, y resulta que no hay fórmulas, resulta que no existe cómo detener avalanchas de sangre hirviendo…Resulta que no hay remedio para la locura que se cimienta en ver un poco de dicha si esa dicha florece de un momento inadecuado y de una presencia que ha partido ya, que se halla lejos…En lo profundo de un torbellino que detiene un paso y permite el avance del otro. Por eso me estanco, por eso tú sigues…
Es irónico…

Háyase visto antes un recuerdo persiguiendo a la memoria, carcomiendo la conciencia y acechando al corazón.

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