Eres…

me hacez fa1ta

Es un torbellino de polvo que sube lentamente desde el estómago y que busca escupirse en palabras,…una idea casi muerta de lo que podría ser una confesión, un sarcasmo casi cierto de lo mucho que quisiera decir…Las tan condenadas apariencias y la sensación de que no hay ninguna que cubra el latido de tu corazón,…la dulzura casi tibia de un suave sonido, tu voz…La trascendencia entre oscura y clara de los silencios que se han ausentado con los días,…la melancolía insana rodeando los tímidos recuerdos que pisotean los pasos al andar,…el lecho de un atardecer que espera tu presencia aún cuando llega al son del hacha abriendo el pecho.
Son los días que pasan,…son los segundos que transcurren sin saber de ti, pensándote, queriéndote quizás,…es la vida y la angustia en ella,…es sentir sin redención o condición…Es un equilibrio llano e imposible entre pensarte y tenerte. Es la referencia del pasado como cita de este presente sin ti,…es no hallar salida,…es caer.
Recuerdos martillando al ritmo del reloj,…y el tiempo tan infinito como los recovecos en los que estás…Mi ansiedad de verte, tu entusiasta negación. Es el grito silencioso de la soledad que está sola porque vive sin mí…Y yo, que desciendo en ese mismo torbellino y sólo puedo convertirme en palabras para servirle fielmente al derroche de las mismas. Yo…que sólo puedo hablar y a veces callar. Yo, que apenas te puedo escribir en ausencia de ideas y en abundancia de deseos de tenerte, caer entre tus ojos, perderme en el laberinto infernal de “esto”…Esto que carcome y quema, esto que llena y mata…Esto que es más que yo y que se alimenta de lo que eres tú…Y…¿Qué eres?

…Un torbellino de polvo que supo hacerme aire…

Sos un resumen

Te pienso…Y de pensarte tanto tal vez te quiero más…Y de quererte más es que te extraño. Y por pensarte tanto quiero hacerte real, tenderle las manos al aire y encontrar las tuyas en respuesta…De pensarte tanto es que recuerdo, y no es la memoria mi mejor amiga si me hace quererte sin remedio y sin salida…
Te pienso…Y por pensarte es que reitero mis dudas y mis conflictos…Por pensarte es que te busco entre segundos y por horas tratando de ocultarme de la grandeza del tiempo y al tiempo buscándote en el tiempo. Sos un resumen engalanado de mi ayer y por eso es que te pienso hoy…Por querer encontrarte presente sin ser derroche inválido del pasado. Me estimo lo suficiente como para matarme por llegar al minuto perfecto…al menos perfectamente soñado…al menos perfectamente no planeado.
Te pienso…Tanto que tal vez estoy muda de pensarte, porque pensarte me roba las palabras y me quita los alientos…alientos que he dejado en la suavidad de tus besos aún cuando no me pertenecen a mí.
Te pienso,…y de tanto pensarte el universo se me vuelve chiquitico y sólo te encuentro y sólo te pierdo…aun cuando no debería perderte si no te he tenido…Así que te pienso…Sos un resumen del momento predilecto en una noche como cualquiera destinada a ser diferente…para mí…Y te pienso.
Te pienso porque me gusta pensarte…pero no me gusta extrañarte, porque si te extraño es porque te quiero de más, y si te quiero de más es que soy víctima de tu voz y estoy herida por tu ausencia…Sos un resumen, sos mi resumen…Y si te quiero es porque te quiero, no porque no quiera quererte, más bien porque no debo es que te quiero más…

Entre paréntesis

Entre paréntesis, así encerradito, como queriendo no salir…Como queriendo no demostrar, como quien encierra sus ganas después de envolverlas en papelitos de regalo para mantenerlas sólo en caso de que ocurra…Sólo en caso de que pase.
Entre paréntesis, así como lo que no se dice…Así como eso que se siente para callarlo…Como cualquier otra omisión de esas tantas,…Como cuando quieres hablar y no puedes, como cuando sientes y no hablas…Como cuando omites porque duele.
Entre paréntesis, y no por dejarlo de decir sino por al menos escribirlo,…Por no esconderlo tanto sino al menos no olvidarlo…Por tener presentes las palabras y no dejarlas perder,…Por seguir diciendo lo mucho tras lo poco y lo poco tras lo mucho…Por no escupir falsedades sino verdades cortas entre sencillos parales…Por no usar palabras de más ni palabras de menos.
Entre paréntesis para no hablar, entre paréntesis para no callar, para cederle al cuerpo una razón de existir sirviendo de bóveda de lo insonoro, de lo no escrito…Para callar entre recodos lo que no es posible decir entre silencios y en ausencia de espectadores…Para terminar la frase no iniciada y empezar el sentimiento no concluido…Para ser sin dejar de ser y existir porque sientes…Aún cuando el sentimiento está escrito entre paréntesis…Aún cuando no lo llevas expuesto en tu pecho, aún cuando no lo proclamas con la brisa matutina ni en la lluvia taciturna.
Entre paréntesis…Porque por fuera de ellos están las palabras y el mundo, los silencios forzados y las almas rotas…Entre paréntesis como en el corazón, así encerradito, como queriendo no salir…Porque si sale, duele.

Te vi

Estando en tu presencia gentil y sutil me descubrí, no en ojos abiertos, no en manos prestas, sino en el tibio aliento derramado por tu espalda y en la dulzura de la caricia deslizada por la mía. Valiente ha sido el momento en el que te encontré y coraje no me ha faltado para correr en pos de la presencia hermosa de tu respirar mientras me he alejado del infierno frío en el que me arraigaba por esconderme, por pertenecerle al pasado y al adiós que derivase anteriormente lágrimas a mis ojos.
No quise hablar, quise mirarte y sentirte tal cual eres; esperé que las palabras desaparecieran para entablar una conversación contigo, esperé que cayera la noche para ver tu luz, esperé que llegara la brisa para sentir calor…Esperé a estar sola para sentirte conmigo; y, no importando la ingratitud de mi fortuna aposté el alma en condición de visitante, en condición de forastera para reprimir el miedo, para reprimir las ansias que el humo de un cigarrillo no nublaba…Me aposté por completo para cerrar mis ojos y verte, para ocultar mis manos y tocarte, para sentirme muda y hablarte, para estar en tierra intacta y desplegar alas más allá del horizonte, más allá de lo abundante o lo escaso. Y allí, justo en la frontera de lo sublime, donde el agua te roza los dedos simulando una caricia, donde la piel se estremece por el viento rozando, donde los ojos ven mejor si se fijan en el alma…Allí, donde comienza a abastecerse la tinaja del corazón, allí fue donde pude encontrarte.
Y, donde te encontré me encontré…Quizás porque mi alma dejó de juzgarse para empezar a engalanarse, quizás porque más allá de mí estás tú, y por ti y lo que irradia tu belleza, por lo que no es escaso en tu sonrisa y es riqueza en tus silencios, fue que encontré palabras escondidas detrás de mi lengua e incrustadas en mis huesos. Palabras inválidas si las atraco de sentimiento, pero tan llenas de éste que se encarnan en mi deseo profundo de hacerte real.
He aprendido a hablarte sin palabras y a gritarte haciendo uso de ellas, he aprendido a tomar mi corazón y despojarlo del miedo.
Me he equivocado, no debía sentir, no debía revivir momentos ni circunstancias…Pero te encontré, más allá de mi plano habitual, más allá de mis pleitesías a lo irónico…Te vi, así que el error será dado a la belleza de tu presencia y no a la tristeza que trae tu ausencia…No importa cómo fue, en qué mundo o universo, no importa si tu resplandor es de una estrella inalcanzable, no importando mi desgracia…Te vi

No quiero

No quiero hablar respecto a nada, no quiero tener palabras para despedirme porque quizás no quiero hacerlo…No quiero desaparecer y no quiero desaparecerte a ti. Decirme que quiero olvidar es como querer desvanecerte en mi lista de imposibles y no puedo siquiera pensar en huir de aquello que me ata a ti porque es un nudo que por mí reforzaría para acercarme mucho más a esa probabilidad inexistente de poderte ver con ojos diferentes, sin sentirme minúscula ante ti.
Por hoy sólo quisiera sentarme y mirarte fijamente sin pensar en nada más, sin perderme de ese instante…Sin ser más que un testigo de ti. No quiero hablar de lo que siento, no quiero una conversación, quizás sólo quiero llorar en tu presencia, no quiero romperme en mil pedazos…Sólo te quiero mirar…Quizás porque estoy enamorada de ti, quizás…Y quizás no quiero hablar de eso…
Te quiero tanto que me ahogan las ganas de llorar…Pensar que sólo te vi un par de veces, y que por ello te extrañaré y te recordaré mil veces más. Pensar que no hay nada más que hacer o qué esperar…Pero no te quiero extrañar, quisiera que fuera posible olvidar, que cada pequeño detalle se fuera con la misma brisa cálida que te trajo…Que todo se redujera a un momento para no extrañarte, que todo fuera pasado y no la maldita manía del presente de convertir lo que más queremos en una imagen futura que golpea la cabeza y estruja al corazón…Ya es extraño extrañarte…
No quiero hablar de nada, porque quiero guardar silencio desde adentro, desde donde puedo sentir, hasta afuera, donde puedo decirlo…No debía ser así, no debía doler…Pero duele y así es como debe ser.

Alguien te va a extrañar cada día y te va a pensar cada minuto mientras esto pase…
Alguien perdió el control por ti, y eso está bien…Pero es que me hace daño y duele.
No quiero hablar respecto a nada, por hoy, sólo quisiera poder mirarte más allá de mis ojos, a través de mi corazón…Sólo por hoy…Sólo por hoy.

Soy una persona cualquiera, que quisiera estar frente a ti ahora, mirándote a los ojos, sosteniéndome en lo que siento, apenas respirando, aferrándome al deseo casi marchito de decirte más que con palabras que tu encantadora existencia tiene mi corazón rayando la locura, que me robas el aliento y las ideas cuando estás cerca. Quisiera poder acercarme sin miedo tomar tus manos y caer en la tentación de tus labios una vez más sin tener que pensar en nada más que en ti…Quisiera que se borrara el tiempo y que el espacio entre ambas se escabullera; quisiera no tener que decir nada, quisiera decirlo todo en silencio.
Soy una persona cualquiera tratando de decirte que cambiaste mi vida…

Y finalmente, aún no queriendo decirlo, creo que lo que se dice se resume en una triste palabra, a la que más le temo…

Adiós

Dato curioso

Estaba platicando con la luna, pensé que quizás al verme sentada bajo su brillo entendería lo que estoy pensando…Lo que estoy sintiendo.
De pronto te presentaste, y el tema fuiste tú, la voz y las palabras se transformaron al cantar tu nombre…No hay más de qué hablar.
Le comenté de tu ausencia y me preguntó por tu presencia…Al parecer sabe más de ti, al parecer te conoce y te ha visto sonreír.
Quise decirle que te extraño, que envidio sus ojos porque te pueden ver dormida, plácidamente tendida y soñando…No sé en qué, y quisiera imaginar el cómo, por eso hablaba con ella, para que me platicara sobre ti y tu mirada ausente recorriendo malabares exquisitos en la placidez de la penumbra.
Quise decirle que te quiero, creo que más que decirlo alcancé a gritarlo desde adentro; ahora compartimos un luto que aunque nos mantiene cerca de ti, nos aleja…Las emociones ya no son tan vivas como eran antes, me dijo, la poesía se ha resumido en unas cuantas palabras…Creo que por eso me pidió que te escribiera aún cuando no lo sepas…Aún cuando los restos de mis letras lleguen como mínimas palabras a tus oídos, con la simpleza del común, ocultando así por detrasito la sinfonía hablante de un “te quiero” susurrado al corazón.
Me preguntó por lo que siento, y de respuesta sólo pude mirarla con la melancolía arañándome los ojos y la soledad estrujándome el corazón, empujándolo a un rinconcito para que no hablara, lo sentí dobladito y arrugadito como un trapito viejo, sentí que me dolía…Quizás por eso se nubló, quizás por eso llovió, para acompañar el duelo detonante de esta nostalgia maldita que embriaga más que el alcohol. Bajé mi vaso por unos instantes, me llené de motivos y entonces la noche fue menos fría que mi amargura, me dolió quererte tanto, me dolió necesitarte.
Quise abrazar mis memorias, o al menos que hasta mí llegaran los brazos de esa fiel testigo de tu existencia…Pero el vacío fue infinito, tú no estabas mas que en mis labios, entre mis dedos y en mi memoria, y ella no podía bajar hasta mí, sólo verme rompiendo mi alma a pedacitos, tratando de recoger algunos de ellos para seguir existiendo; fue sencillo sentirme triste, y la Luna me vio llorar.
De lo que siento sólo quedan unas hojitas rotas con letras invisibles y renglones borrosos, palabras al viento y otras enmudecidas por el destino cruel que fatalizó mi sueño y me engañó encerrándome en la ilusión de tus ojos; de lo que siento, queda la necesidad absurda de tu voz en las mañanas y en las noches, queda el sabor de tus labios, el olor de tu piel, la sensación de tus manos en las mías, y el desdichado regocijo de saberte viva y saberte bien
…Sentí vergüenza al decir casi entre sollozos lo mucho que te quiero. 
Antes de despedirse me regaló un destellito de luz para encontrarte cerquita mientras que estás lejos; me dio unas cuantas estrellas para recordarte siempre que mire al cielo con la seguridad de que en algún momento puedo coincidir con tus ojos en la distancia, al menos tengo la certeza de que hay unos cuantos universos pendientes de ti; me regaló la noche para soñar contigo, al menos así te puedo ver si me esfuerzo en querer hacerlo; me regaló una brisa fría para recordar la calidez de tus besos…Me dio palabras para escribir, me dio razones para pensarte, y me concedió el deseo de extrañarte aunque me duela, porque recuerdo que te quiero aún cuando no me quieras tú a mí.

Hablé con la Luna, porque advirtió que tu ausencia me dolía…Y entonces me regaló la noche, me quitó el aliento y me permitió rendirme por fin ante este miedo. Me entregué a pensarte, a sufrirte, a llorarte…

Dato curioso: Anoche hablé con la Luna…Y de hablar tanto de ti, hablé mucho más de amor.

y1p8_sHaaKzfyDwmaoD9es-OP0RN12G0U9EEE3Ss7R7-D0g4S89gLLIqC5FfGghNlCBDeoKlQL3dGo

Te extraño…Aún cuando nunca te he perdido…Y te quiero, aún cuando nunca te he tenido

Tenía pensado

Tenía pensado embriagarme de amor…Tenía pensado susurrarle al viento que te deseaba con el alma…Tenía pensado llegar a tu corazón sin temerle a la posibilidad de dártelo todo…Tenía pensado pensarte…Tenía pensado ser más de lo que soy…Pero supongo que los engaños nacen por temores de perder y de perdernos; un ave no puede amar a un pez porque morirían en el intento de pertenecerse. De ser sencillo fabricaría alas que me llevaran al son de mis latidos para llegar a tu lado; de ser posible tendría una escafandra para verte en el sinsentido de este mar que me trata a golpes, pero que me trajo a ti…
Las olas llevan y traen consigo más de un sueño, pero a veces no se amarran de la realidad y se ven arrancados de la arena dejando una huella que permanece como si fuese tallada en roca…Tenía un sueño con tu nombre que ahora me deja el alma derrotada y en pánico profundo de saber que cuando la aurora arraigue en el firmamento no existirá más que el recuerdo y la añoranza de un momento perdido en el tiempo pero marcado en el corazón.

Tenía pensado encontrarte en lo profundo de las posibilidades para aferrarme a ti como a la más gloriosa de las utopías pensadas; una de aquellas frágiles y cálidas, la metáfora simple de una mariposa capaz de ser Sol, sin quemar, sin arder, sólo dando un poco…Y siempre más.
Resumo mi tragedia en la contradicción y el deseo de un destello…Y los destellos no los podemos atrapar, nos atraviesan el alma, nos limpian…Pero desaparecen. Así eres tú, así es quererte…Así es esta manía de servirle al imposible para que prevalezca la ilusión.

Tenía pensado encontrarte…Y aquí me he quedado, sumergida en el mar de lo absurdo, mirando hacia el cielo, sintiendo la brisa, esperando ver una estrella parecida a la tuya, esperando verte pasar…Esperando tal vez olvidar…
Esperando…

"Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia".

Inquisición…

Me estoy rompiendo la cabeza tratando de encontrar una salida que me lleve cerca a ti mientras que busco una que me lleve a lo contrario…Y al tiempo, siento que me estoy rompiendo el corazón que no sé en qué punto de tu estancia en mi vida se rearmó, en qué punto pude recoger mis piezas del suelo, en qué punto fue posible regresar a un intento de felicidad…En qué punto después de haber sobrepasado esos imposibles fue que regresé a la desolación que me está ahogando ahora.
Yo misma me hallo contrariando mis opciones…Yo misma he perdido el beneficio de mi propia duda…Y en cuanto a ti, no puedo confiar en mis decisiones, en mis certezas o en mi bienestar…Lo que quiero, lo que necesito y lo mejor…Para qué pensar en lo que quiero si no puedo tenerlo –O mejor, tenerte –Para qué pensar en lo que necesito, si de necesitar me es urgente tener lo que quiero y regreso al querer…Para qué pensar en lo mejor, si siempre lo mejor es lo que más cerca de la dicha te lleva; ese estacionamiento que de estar lejos sería imposible, pero de estar cerca no sería tal el desafío por intentar llegar a él.
¿Quién fuera?…Te dije, y me persigue la idea de ser mucho más de lo que quiero, porque querer descubrirte libre justo ahora me daría alas. Quizás alas para caer, quizás alas para volar…Pero alas al final…Y las alas nos llevan a descubrirnos a nosotros mismos a través de ojos ajenos, o de ver un nuevo final a través de ellos, aún cuando se vislumbre a partir de ilusas fantasías…Quién fuera para tenerte cerca…?…
¿Cómo sería pensarte cerca?  Quisiera tener la fuerza y los argumentos para responder esa pregunta, quisiera en parte volar para alcanzarte, en parte aterrizar para atraparte…En parte estar estática ante ti y estar así, sin miedo y sin nada que decir. Pensar que nunca estarías lo suficientemente cerca porque existiría un poco más por necesitar de ti cada día…La ilusión de un suspiro propio y robado…Dejarme llevar…Desvanecerme…
¿Cómo sería pensarte lejos? No me alcanzarían los silencios para decir menos que simplemente decir “no quiero”. No importan las palabras, no importan los hechos, importa que no te quiero lejos, importa que no quiero olvidar, importa que no quiero pertenecerle a un arrepentimiento que me haga remota a tu cuerpo y a tu voz…La memoria imprime en blanco y negro; los grises se pierden por el camino…los matices se olvidan…Pero es tangente cada pequeño detalle de mis memorias de ti, y no quisiera olvidar, porque me resignaría a perder, a no escucharte, a no verte…Simplemente no me gustaría resignarme a un “no”.
Odio extrañar, odio recordar, odio el dolor profundo naciente de la soledad, soledad no de sola, sino de presencias ausentes, de vacíos que han sido llenados para ser vacíos inminentemente…Odio sentir, porque quizás sentir es el lazo más fuerte hacia el dolor, hacia la decepción, hacia la tristeza y la desolación. Odio pensar, porque me lleva a pertenecerle a las ideas de la razón o de la nula existencia de ella…Me lleva a la locura, me lleva a querer huir, a querer desaparecer…

Quiero olvidar muchas cosas, quiero detener el pensarte, pero no quiero tener que olvidarte, no a ti, no ahora…No cuando me estremece la necesidad de encontrarte…Pero le temo a la posibilidad de estar y de no estar cerca…
No quiero ser oráculo, no quiero adivinar, contigo quise cerrar mis ojos y saltar…Saltar a ese abismo indefinido e interminable al que no nos preparan…Salto, pero cómo caigo, cuándo caigo…Estoy en un infinito vacío de probabilidades, sin quererte cerca, sin quererte lejos…
La distancia funciona como una solución, o es acaso una soga que nos tiramos al cuello para en parte morir…En parte olvidar…Y finalmente, cuando el nudo cede, ha muerto el momento, pero la marca queda…No quiero ser víctima ni victimaria, no quiero encontrarme a mí misma extrañándote o queriéndote de más…

Cierro los ojos, y te juro que no los quiero abrir, porque no sé quién eres…Pero lo poco que podría ver si los abro…Temo que me pueda enamorar…

Háyase visto

Háyase visto antes un recuerdo persiguiendo a la memoria, carcomiendo la conciencia y acechando al corazón. Así, como el alba dejando con su paso un recordatorio inminente de la noche que te presentó como eres ahora, un sueño ilusorio que podría ser más poético de no ser por la ausencia de prosa en tu nombre. Y más allá del sueño, es el elixir del que se alimenta, la necesidad de la que se procrea y el deseo mínimamente ínfimo y engrandecido de permanecer en la vigencia del poder de la oscuridad en la memoria.
No bastaría con convencer a las estrellas para que no iluminaran la imaginación´n de un Morfeo que ahora está proclamando tu nombre y más que tu nombre, tu existencia que, frente al corazón, es tan fría como tibia, tan inclemente como plácida…No bastaría justo ahora con intentar hablar a la lluvia de la necesidad de diluirme entre sus gotas para simplemente desaparecer o, mejor aún, para ausentarme y llegar hasta ti, en un intento de no ser más que un testigo de tus días y tus noches.
Los sueños están hechos para recordarnos nuestras más grandes debilidades y fortalezas, y dentro de ambas, están nuestras ilusiones, aquellas que nos roban la certeza de que somos un hierro infundible, y que nos hacen ser derrotados por el pacifismo puro y limpio de hallarnos al descubierto, desnudos ante una mirada inesperada…Desnudos ante el placer de descubrir un ser único…
Háyase visto que me impidas la tranquilidad que tanto anhelo, porque de alguna manera siento que proviene de ti…Y te pienso en vano, te espero sin razón…El ser en el infortunio desdichado de una promesa inexistente.
Releo tus palabras, escucho de nuevo tu voz intentando calmar tanta ansiedad, y resulta que no hay fórmulas, resulta que no existe cómo detener avalanchas de sangre hirviendo…Resulta que no hay remedio para la locura que se cimienta en ver un poco de dicha si esa dicha florece de un momento inadecuado y de una presencia que ha partido ya, que se halla lejos…En lo profundo de un torbellino que detiene un paso y permite el avance del otro. Por eso me estanco, por eso tú sigues…
Es irónico…

Háyase visto antes un recuerdo persiguiendo a la memoria, carcomiendo la conciencia y acechando al corazón.