Has puesto tu mano sobre una pared esperando que deje de estar fría y plana y comience a tomar la forma de una silueta humana y te brinde ese calor que es irremplazable cuando emana de la persona que amas?
Has pasado una noche abrazando una almohada anhelando un beso o un abrazo proveniente de ella imaginando una presencia ajena a ti que te hace suspirar incluso entre sueños?
Has sentido esa sensación de vacío en tu estómago al llenar tu cabeza de ese sentimiento bonito que embriaga mucho más que el licor?
Has hablado sola en tu habitación pretendiendo que alguien te escucha, mientras explicas, narras o cuentas cada acontecimiento de tu día a día?
Has llorado al acostarte porque sientes que un sentimiento en lo profundo de ti no encuentra forma de hacerse tangible o simplemente porque quisieras estar en otro lugar presenciando de lejos o de cerca a otra persona, esa que te despierta y te llena?

Muchas veces he creído tenerte frente a mí, y he inclinado mi cabeza sobre una pared imaginándote cerca de mí, he puesto mis manos en ella pretendiendo una caricia para tu cuerpo; Pero también muchas veces he golpeado esa misma pared fría porque no se deshace para regalarme tu calor, porque me lleno de rabia de pensar que mientras más cerca te quiero más lejos estás...Que por más que tu presencia es querida, menos llena, menos está, menos la siento.
Muchas veces he abrazado mi almohada de noche, creyéndote dormida a mi lado y llenando mi cabeza de lo poco que conozco de ti, y sintiendo tu respiración cerca aún cuando no es posible siquiera conocerla, oírla o por lo menos imaginarla...Mi corazón se aferra a algo que no es...algo que existe pero que no es por más que lo intenta. Imagen, ilusión, tantas palabras que pueden describirte pero ninguna que llena el verdadero vacío de lo que tu presencia deja cada día que pasa. Almohadas abrazadas, muchas, cuerpos, ninguno, ninguna presencia que me brinde la esperanza de algún día tenerte entre mis brazos...No se trata de aferrarse a un objeto simplemente por llenar una carencia, se trata de que realmente hay una necesidad que no se ha saciado por más que aumenta sin detenerse y que se transforma en dolor, uno de los tantos que nacen de amar un holograma desconocido. Porque así como me rodeas, y envuelves mi mundo, así mismo mis manos te atraviesan como un fantasma que está y al mismo tiempo desaparece, eso es lo que eres para mí...Un fantasma, uno que no se cansa de enfriar mi cuerpo con sus manos, porque no brinda calor...Uno que me hace a mí misma su compañía ideal porque no diferimos en lo único que podría hacernos humanos, el existir siendo.
Ahora me ahogan palabras que se dirigen a ti, incomunicadas entre sí y al mismo tiempo entrelazadas y confundidas entre ellas porque ninguna tiene una cuna común o un final concreto...Solo puedo decir algo que sé que sientes, algo que ahora no verás escrito por mis manos porque no valdría la pena ocupar un espacio vacío con un conjunto de palabras que no dan abasto y que no son importantes si no representan lo único que deberías creer como tuyo. El aire que gasto hablándole a tu corazón ha de acompañar tu caminar en adelante simplemente regalándote brisas frescas y melodías que no me pertenecerán...Las palabras se van, pero el sentir permanece...Estas palabras por tanto, renuncian al intento de mantenerte cerca, ya mi corazón está cansado de entregarse y de confiar, ya está cansado de amar tan pocas veces pero tanto al tal punto que no se siente a sí mismo...Ya mi alma está rota, ya no hay nada más que muerte.


Hay un sentimiento que nos da vida, que nos permite respirar y ser...y es precisamente ese sentimiento el que brinda la muerte más solitaria y dolorosa...

Vete pues mujer y deja tras tu partida un invierno mmás frío que tu misma ausencia, márchate hacia un otoño vacío de verdes y de colores, dirige tus pasos hacia la áustera primavera que no florecerá a tu llegada porque será tan vacía tu presencia que ni el sol regalará su brillo al final y tardío florecer de alguna rosa...No valdrá lluvia semilla, siembra o sembrador...no valdrá vida porque más muerte no puede existir y más existencia no puede faltar. Renunciar a tu propio verano es solo una parte de lo que queda...
No es cobarde quien se esconde, es cobarde quien en el campo de batalla da la espalda al proyectil que quiere escontrar resguardo cálido dentro de un corazón compañero.

Yo pensé, yo creí, yo esperé...Yo amé...


0 Silencios...: