Soledad de infortunio y fortuna de soledad. La noche tiembla y retumba el Sol,...entro al eco oscuro de una ausencia,...ausencia que mata,...sin epílogos, sin prólogos y casi con epitafios, mata.
Si niego que existo se corrompe mi ser,...y de mi ser, la memoria. Si niego que existe, no hay nadie, ni ella, ni yo.
A borbotones me llueve el alma,...en caducidad delgada. En el límite del vacío, de pie, inclinada mirando fijo a la nada.
Todo corto, todo profundo,...yace muerto el buen augurio,...
Bienvenido el infortunio.

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