No hay regreso,...el soplo de vida se ha transfigurado,...el soplo de muerte le ha envenenado. Un atril para la lectura triste,...una luz, para el lector insomne,...una lágrima para el declarado ausente,...un adiós para le repetido imposible.
Es el templo de la soledad, y yo soy la estatua, el monumento, la atracción...el vacío y el hueco...el -ahora- matiz negro...
Soy sin ella...un universo hueco,...un infierno, el que llevo adentro....

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