Lorelei
No es noche ésta de ahogarse:
luna llena, reacio
río bajo luz suave,
acuosas nieblas bajan
tupidas como redes
cuyos dueños reposan,
traduciéndose en vidrio
lúcido mientras flotan
las torres del castillo
hacia mí hiriendo el rostro
del silencio. Ascienden
sus miembros poderosos
y álgidos, pelo grave
más que mármol, y cantan
de un mundo más amable
que ninguno. Estos cantos,
hermanas, sobrepasan
al oído gastado
que aquí, en el campo, escucha
bajo el orden impuesto.
La armonía caduca
el orden que vosotras
sitiáis con vuestras voces.
Vivís entre las rocas
de oníricas promesas
de refugio. De día
bajáis de la pereza,
de altas ventanas. Peor
que vuestro enloquecido
canto o mudez. La voz
de vuestro fondo llama:
embriaguez del abismo.
Oh río, veo tu larga
y honda línea argentina,
esas diosas de paz.
Piedra, piedra, me abismas.
-Sylvia Plath-

Soledad de infortunio y fortuna de soledad. La noche tiembla y retumba el Sol,...entro al eco oscuro de una ausencia,...ausencia que mata,...sin epílogos, sin prólogos y casi con epitafios, mata.
Si niego que existo se corrompe mi ser,...y de mi ser, la memoria. Si niego que existe, no hay nadie, ni ella, ni yo.
A borbotones me llueve el alma,...en caducidad delgada. En el límite del vacío, de pie, inclinada mirando fijo a la nada.
Todo corto, todo profundo,...yace muerto el buen augurio,...
Bienvenido el infortunio.
Un frío cortante me atraviesa la espalda,...las heridas que parecían cerradas vuelven a abrirse. Se quiebra cada reflejo,...soy el monstruo que siempre fui, un garabato retorcido de lo que quiero ser. El maldito vacío que me encuentra,...me escondo, huyo, vuelo, salto,...y el maldito vacío que me encuentra.

Azul...


Dejar que el agua suba,...que naufrague lo que debe morir, lo que debe perecer,...dejarlo todo bajo el agua,...ahogarlo, perderlo,...olvidarlo. Sólo recordar lo que no muere, lo que flota,...aquellos tibios troncos aún vivos,...salvavidas de buenos momentos, de trazos de vida,...de lo sublime no ajeno. Perderse entre la lluvia y dejarse mojar,...baño de aliento,...baño de sonrisas y miradas profundas,...tanto como el mar, como el azul, como el infinito y sus laberintos. Ahogarse un poco,...ondear, dejarse llevar por la marea,...marea rota de un océano que fluye y se estanca,...a veces se estanca,...a veces pierde sus orillas,...navegar a ciegas, dejarse untar de sal, de arena,...de azules y verdes, de violetas y negros,...dejarse estropear un poco por las olas,...y por qué no?...dejarse naufragar.
Ella salpica en mí, me inunda, rebasa mis límites, mis bordes,...es un gran azul,...azul que me persigue y me rodea,...un remolino vivo que abraza sin tocarme,...que da vida al quitarla,...
Miedo existe, mientras me lanzo -ausente de mí misma- al agua...valentía también respira en mí,...brazos que se mueven autómatas para rodear la marea, para tocar sus hilos y dejarlos escapar de nuevo,...fluye ella entre mis dedos, y a través de mis poros...refleja el Sol, la Luna,...y llueve en mí y sobre mí. Torrente de aguas claras y oscuras, vida que viene debajo y sobre mí...
Un infinito azul,...en el que sobrevivo y muero,...tándem en mi pecho,...náufrago y sobreviviente,...ella es océano, adentro y afuera...un azul peligroso que acecha y alcanza, que penetra y fluye...Cicatrices que quedan después de rodar en libertad en sus aguas,...batallas perdidas con la profundidad que hala y ahoga,...memorias que traspasan la verdad y la realidad solitaria,...una película que ante mí se dibuja en tonos que conozco y que -acabando conmigo- amo.
Navego, sujeta de memorias,...perdida cuando olvido,...y por fin respiro al recordar. Porque recordar es sujetarme de ella, y zambullirme en vida...
Sólo cierro los ojos y todo es azul...ella, y todo en ella...azul...infinito hermoso que devora y alivia,...azul, sólo azul...
Azul...


Se desliza como arena, el tiempo con ella, entre mis dedos,...perdido, vacío, efímero,...mudo. Ella queriendo compartir-se con alguien más,...yo queriendo que se comparta conmigo. Pero quedan las ganas, los deseos,...el anhelo incompleto.
Confrontar...dice,...ya no queda más que confrontar.

Mi cabeza es una máquina de escribir,...relata cada momento y suspiro, cada instante y sonrisa, cada minuto y lágrima,...cada eternidad, cada todo. No hay palabras, no cuando todo se ha escrito...no cuando todo yace dicho y tallado en el alma,...el infinito ha sido marcado, el todo y la nada, el antes y el mañana,...minúsculas partículas del presente aún quedan enredadas en lo que fue el principio,...a fin de huir del final.
Las letras escapan, así como escapó ella,...se dirigen al infierno de la pérdida,...y son amordazadas, mutiladas, enmudecidas, drogadas,...y así no hablan, no cantan, no rezan,...sólo se quedan en cuclillas, arrinconadas, sosteniendo emociones que les rebasan y que no pueden ya abrazar. Cabezas golpeando paredes, uñas rasgando hilos, dientes mutilados ante el destino,...así yacen mis letras,...ausentes de cordura las dejo olvidadas cada día, y cada noche,
Un infinito por decir,...un sentimiento por callar...
Cuando era más chica, despertaba llorando y era feliz por la noche. Ahora es lo contrario. A las seis de la tarde -hora fatal para las solitarias- muero y remuero. La vida es demasiado larga, creo, siento. No es larga cuando hay muchas cosas que hacer. Pero cuando no se hace nada o se espera todo, que es lo mismo, entonces la vida es larga. 
A. Pizarnik.
A mí...que de repente se me quedaron las letras atoradas en algún filo del 2012. 
Y ahora, me preguntan por lo que ya no escribo y por lo que podría escribir...por los tantos espacios en el papel...y yo sin razones, sin respuestas...sin letras. Me hace falta la época, las personas, el frenesí de la felicidad,...me hace falta la confianza, el café...y dejar en el papel el dolor mientras besaba en la carne el tibio respiro del amor. 
Hay un vacío,...uno que me mira a los ojos,...que me reconoce, me amenaza, me ausenta. Párpados cerrados que evitan una muerte, otra muerte, y otra más,...inmundicia que recorre las venas y quema el intersticio entre el cuerpo y el alma. La piel se quema en invisible llaga que redunda en los poros,...uno a uno caen los átomos de vida, goteando negros de lo que fue un día un gran azul. Constante lejanía que absorta permanece, mirando al punto fijo, a la raíz, al espacio, a todo lo que redunda en ella,...ojos, sonrisa, boca, manos, piel,...y los dedos que ya no encuentro,...y, las mieles que no bebo.
El vacío llama, embebe, grita, ahoga y enmudece...todo en silencio, todo calla, todo es nada,...nada es todo,...y en la baraja final se teje el destino de quien recuerda -frágilmente- para no entorpecer, para no dañar,...porque un paso en falso es romper el hilo, dañar la imagen, quebrar el sonido,...un paso en falso sería olvidar...
No hay regreso,...el soplo de vida se ha transfigurado,...el soplo de muerte le ha envenenado. Un atril para la lectura triste,...una luz, para el lector insomne,...una lágrima para el declarado ausente,...un adiós para le repetido imposible.
Es el templo de la soledad, y yo soy la estatua, el monumento, la atracción...el vacío y el hueco...el -ahora- matiz negro...
Soy sin ella...un universo hueco,...un infierno, el que llevo adentro....
Sin saber nada de su vida, de sus muertes, de su vaivén y su sentir, sin conocerla,...sin re-conocerla,...sin encontrarla en los pasos que persigo,...sin tener la visión de quién la tiene, quién la sigue,...quién la ama...siento celos.
Me enoja el mundo, sus noches y el repetitivo día que cerca, no la tengo,...y de lejos, no la percibo. Es perseguir un fantasma, una sombra, un espectro que se aleja,...se aleja como si mi respiración lo espantara. Pero soy yo la que teme, la que tiembla, la que rompe su cabeza contra las paredes que rodean su utopía, mi utopía...nuestra utopía. La triste y solitaria posibilidad de alcanzarla es un haz de luz que apenas si veo, un sonido que casi no escucho, una gigantesca muralla que no puedo ya subir.
Extraño sus ojos tanto como podría extrañar las noches de descanso,...extraño su voz tanto como podría extrañar el aire, el agua,...o mi propia mortalidad.
Nada de mí la toca, o la roza,...soy el intento desafortunado de un amanecer,...un conato de ocaso,...
Lo simple se ha ido de mí, se fue con ella. Ahora todo es una formulación caótica,...deseos imposibles, y otra ella con ella...Otra ella mirándola,...Otra ella amándola...Y yo...yo soy otra sin ella, sin verla, amándola,...
A solas...

Hablando de mujeres...

Ella,...
Ella no es una mujer,...es la mujer. El compendio perfecto de cada momento vivido, el resumen de las horas, de los minutos, de los segundos,...de cada capítulo -corto o largo- de mi aventura.
Si pienso en un instante de magia, recibe su nomenclatura, letra por letra, y espacio tras espacio. Si pienso en la derrota, su nombre me persigue, vacío a vacío, tristeza tras tristeza,...El blanco y el negro en una comunión de tanta riqueza como el cosmos,...la nada y el todo en una ola que me ahoga de fantasías, libertades y sueños,...el vacío y lo profundo, y yo cayendo en su vórtice,...desgracias, cadenas y realidades.
Ella,...una flor blanca, única, tibia, tímidamente brillante,...infinitamente hermosa...el sinónimo de esa sensación que se integra al alma con el sonido del piano,...un violín, o su risa. La banda sonora perfecta a sus ojos, el silencio...
Cuánto la amo, y cuán grande es mi deseo de amarla aún más. Desconocerla para encontrarla y abrazar la oportunidad de amarla de nuevo,...en blanco,...en el más perfecto infinito que acapara su existir.
Quisiera una musiquita suave que me hunda en este sentir, y llegar a vivirla tanto, tanto y tan de verdad, sin obnubilarla,...sin hacer tenue su presencia, sin matizarla...sólo vivirla, vivirla y amarla, como se aman a las grandes cosas, a las grandes presencias,...a las magias perfectas.
Permanecer y pertenecer en el infinito que nace de ella...
No es del todo buena, no es del todo hermosa, o del todo honesta,...no es lo que era, no del todo,...no del todo...entre suspiros lo repito y entre sollozos me aclaro...No es perfecta,...y eso,...esa sencillez en su existencia, esa calma,...cada pequeña cosa,...cada centímetro y sus recovecos,...cada rincón y sus ranuras,...cada particularidad,...cada ella, cada ella y sus universos, cada posibilidad...cada pequeño amor en mí, es un amor para ella.


Simpleza

Le dije que la amo,...a ella y a todo lo suyo. Que me gusta,...ella y todo lo suyo. Me dijo que miento,...podría valerme de mil palabras para contradecirla, de mil sentimientos. Pero quizá, sólo quizá, tiene razón. No amo todo de ella,...algo odio, algo repelo,...pero eso, también lo amo.
La vida y el tiempo la han cambiado,...a veces no la reconozco sino hasta que aparece la niña,...la minúscula princesa de sentires inacabados,...y entonces explota el amor y su vigilia.
Es un amor contaminado,...malditas circunstancias que afanaron la diferencia,...pero que han validado el coraje necesario para amarla a pesar de ser lo que ahora es.
Es un amor más allá del amor,...cuando trasciende una esencia a través del tiempo y del espacio,...Amo todo de ella, incluso los odios que tardíos llegan a mi puerta,...porque deja de ser perfecta, y entonces,...sólo entonces, puedo amarla como mortal, como humana, como un espejo de sí, pues soy, así como ella es de mí, el reflejo de los errores.
La mandaría a callar por decirme que no es cierto,...la podría insultar por renegar de mi sentir,...y eso le da la razón,...No amo todo, no gusto de todo,...y la oscura posibilidad de enfrentarme a ello, es (y sólo puedo decir esto) lo que reclama un amor que aún vive...Pues, -sólo yo cerca del entendimiento- amo de ella lo que no conozco, lo que no amo, lo que detesto, lo que aborrezco, porque yace cobijado por el anhelo incesante, malhumorado, triste y pesaroso de poder amarla por completo.
Apoyo mi moción, capitán y juez,...amo de ella lo que no amo, por creer en la posibilidad de amarlo.
Así pues, es el amor, en una sola esperanza, pasado, presente y futuro,...y está en todas las cosas, incluso en el dolor o el disgusto,...en la sonrisa o en el llanto,...he ahí el amor, aún intacto.