Un momento a solas



El momento en el que las palabras dejan de ser necesarias para convertirse en atrevimientos pasajeros, el momento en el que las miradas se chocan en un instante de placer cubierto de ternura, ése extraordinario chocolate de dulzura que proviene sólo de un silencio que comunica los deseos negados por algún tiempo y compartidos a la soledad, a la oscuridad y a las pláticas con quien somos cada noche…Todo procede a forma de recordatorio, y como una reacción en cadena se propagan uno a uno cada pieza de escalofríos hasta cubrir por completo cada espacio, y es cuando ese momento a solas abastece mucho más de lo que quita a pesar de que después de él sólo sudor, agotamiento, aquel proveniente de la única lucha apacible para el corazón y extasiable para el alma. Una lucha de amor.

Así es como cada noche al cesar la carrera rutinaria tratamos de descansar con un momento añorado con cada fibra, recaen el deseo y la necesidad, recaen los recuerdos…Esa hermosa silueta que se posa ante ti incluso no estando presente se sigue desprendiendo del pasado para llegar a tu presente hasta tu cama, hasta la tristeza que llena tu soledad, y se tiende en silencio a tu lado, y en ese instante te rompes internamente y una parte de ti aferra humanidad irreal a la nostalgia tan profunda que te invade al hallarte allí vacío queriéndote ver en un punto distante, siendo la silueta de a quien ahora anhelas. Ahora todo parece desaparecer y tu piel, tus latidos y tu ser se dirigen a un momento que conoces, a tu momento feliz, y allí simplemente ocurre…

Una caricia, una mirada y un beso son los ingredientes de un momento a solas, un momento de pérdidas y de hallazgos; hasta ahora tu vida había sido un vacío, y tu cuerpo el resultado de la nada, pero ahora caen sobre ti la dicha de un ser inconfundiblemente hermoso que te mira y te cubre con calidez, solo con posar sus ojos sobre ti te regala un maravilloso segundo en el que descubres que no hay mejor lugar para estar que en sus brazos que tiernamente parecieran derretirse al calor de tu cuerpo. Un momento a solas, un momento para hacer el amor, un momento para poseer y para acallar pasiones, allí es donde eres transportado noche tras noche, allí es donde eres la persona que quieres ser sin ataduras, sólo permitiendo fluir cada tejido de ti llenándote de suspiros propios y no tan ajenos, recorriendo espacios inexplorados, besando, tocando, rozando, respirando el aire que de su boca escapa, sintiendo los latidos acrecentarse al son de la armonía proveniente del fuego que ya ha sido encendido desde el momento en que te perdiste en ti mismo…Contacto en un momento a solas…Solo contacto y amor, amor y contacto, el placer y el éxtasis son dueños de tu ser, seguirlos es lo adecuado para saber que si te has perdido, te hallarás en esa delicada figura que disfruta contigo y que a ti se ha entregado.

Regresa ahora a tu soledad, y no abras tus ojos, siéntete acompañado y siéntete en la vida que recuperaste unos momentos atrás…No importa cuán lejos esté ella, siempre su recuerdo es la viva esencia de su presencia. Aprende a robar felicidad de tu pasado si el presente no parece querer devolvértela, y respira allí, siente como aún te llenas conservando tu mirada intacta a esos ojos que tanto contemplaste un día…Así es mi noche, estar en mi cama pensando solo en la tuya...Te extraño

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