"Animus sidus"


Anoche estuve observando las estrellas, y se me vino a la cabeza algo que me dijeron una vez, cito: "Los pensamientos son constelaciones de estrellas que iluminan la mente del ser humano" No sé si sea yo la única que perciba la redundancia...Pero ése no es el punto. Lo cierto de esa frase, y lo que me pone a pensar es que dentro de la cabeza de todo hombre hay una serie de destellos que recrean la maravilla de lo que realmente representa ser libre, de lo que representa realmente existir. Lo que nos convierte en lo que somos, lo que nos hace especiales, deriva de todo lo que guardamos y creamos dentro de nosotros, y es precisamente eso lo que nos diferencia de las demás personas. No habría razón al regalar nuestra presencia a personas iguales porque no tendríamos la oportunidad de percibir en ellas o de que ellas perciban en nosotros esa llama, ese destello que nos hace especiales.

Eso lo llegué a pensar muchas veces, pero esta vez, quise pensar diferente...Cada una de las estrellas que reposan en el firmamento son análogas de cada ser humano tanto en hermosura como en presencia...Me explico. Hay quienes dicen que no necesitamos de los demás para poder vivir, y tienen una visión un poco egoísta de lo que de verdad valen los demás no únicamente como seres humanos sino como una salida a la monotonía de vida que la mayoría de las personas viven engañándose a sí mismos como seres ególatras y llenos de un sentimiento de autovaloración similar a la que en su tiempo personificaran en Narciso, o incluso peor...Pero miremos por un momento más allá de lo que tenemos, fijemos nuestra mirada en algo más alto, hay otros, no estamos solos...Está bien decir que somos únicos, pero nunca decir que somos los únicos...Son conceptos totalmente diferentes.
Vuelvo entonces a la analogía que tenía con las estrellas, digamos que cada una de ellas representa un ser humano, que tú eres una de ellas y las demás son todos aquellos que conoces. Primero que todo, no eres la estrella central, es más, no hay una estrella que según nuestros ojos (no astronómicamente hablando) no se mueva para que las demás giren entorno a ella, lo que indica igualdad. Segundo, hay diferentes tipos de estrellas acompañando cada noche y es representativa esa presencia si lo homologamos con la misma presencia en nuestras vidas de todas las personas que queremos, aparecen siempre que todo está oscuro y vacío para regalarnos la sensación de tranquilidad y para alumbar incluso los rincones más oscuros de nuestro propio cielo.
Están esas estrellas de poco brillo, no constante, personas que conoces pero que no implican gran importancia mientras creces; sin embargo, personas que cuando menos lo esperas, te regalan un brillo de alegría y con ello, un soplo, una nueva chispa de vida para seguir adelante. Siguen aquellas con brillo constante, pequeñas pero que siempre te regalan lo mejor de sí mismas y buscan no que las consideres importantes, sino hacerte saber que eres importante. Y por último, las de brillo constante y de aura grande, aquellas que incluso a veces llegan a aparecer de día,...quién pensaría que las más escasas son las más hermosas y quizás las más difíciles de encontrar...Son esas que esperas que no desaparezcan aún a cuando sabes que están lejos. Son esas que por más que te acerques no te queman pero te regalan su calor...no te ciegan pero su destello siempre te sorprende...Y eso es lo que las hace especiales.

18/12/2007

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