Aún cuando el pasado no supo traer con su futuro momentos prometedores de risas y alegrías compartidas, supo traer consigo un problema que más que problema se ha tornado en una solución que parte desde ella como tal y atraca como un antónimo a su propio significado...Amigas, extraña melancolía la que se genera al pensar en el territorio que se abarca con esa palabra y más aún con lo que para mí representa.
Es casi dañino quererte, todo comienza como comienza el día, con luz, y con la paz que sólo un amanecer brinda; y así contigo igual, un recuerdo placentero y bonito de cada pequeño momento, detalle y palabra compartida, no hay más tranquilidad que ésa, tú y tu recuerdo cerca, tanto como lo quisiera en mi realidad diaria...Y con el proseguir de los minutos comienza a escarparse esa montaña implacable de lo que eres, de quien eres y de quien te permites ser para mí...De lo que yo debo ser para ti. Así es como se complica gustar de ti, y más que gustar desear tontamente que tu presencia se percate de la mía. Y con el oscurecer, los pensamientos se tornan tan pálidos e incoherentes como el encuentro mismo del día con la noche, sólo que no hay un desvanecer sino la aparición de una sensación aguda y amarga de sentimentalismo y soledad. Paso mis días pensándote, desde su principio hasta su final, como si hubiera posibilidad alguna de encontrar un camino fijo hacia lo que quiero...Pero me sigo pintando para ti igual, como siempre lo he hecho y se supone que debe bastar...
Lo que el corazón siente no es necesario decirlo, sólo la felicidad de haberte encontrado aunque fuese por juegos absurdos de coincidencias y casualidades tras causalidades...Te trajo un pasado casi oscuro que supo en su momento sacarme goticas de felicidad, pero que en el tiempo se tornó en una complicación, complicación que ahora soy yo teniéndote presente sin tú misma percatarte de ello. Ahora te tengo en mi presente, y qué lindo es verte sonreír, hablar, encomendarte a un silencio, abrazarte, ser testigo de tu presencia que aunque lejana de mil maneras está cercana de una que igualmente cede ternura y cariño.
Cómo te pienso preciosa, cómo me preocupas y cómo quisiera hacer todo esto tangible y real para mí y para mi futuro...Y saber que todo esto debe irse con la luz cada día, esconderse y hacerse innecesario dentro de lo necesario que es, atragantarme con cada palabra y asirme fuertemente de cada falta de esperanza para no despegar a un vuelo al que no le esperan asentamientos tranquilos...Ahogarme y saber ahogar emociones inútiles, pensamientos de envidia y de celos; desprenderme de lo que no es posible sin olvidar lo que es y puede ser. Desilusionarme no por decepción sino por borrar una ilusión que más que ilusionarme me convierte en una ilusa...Dejar de pensar en lo que podría ser y hallarme a mí misma en la equis de lo que debe ser. Centrarme en ti como lo quieres y dejar de pensarte dentro de lo que una amistad no abarca.
Quien está contigo deberá amarte y cuidar de ti cada mínimo resplandor, volverse un pétalo de rosa ante tu presencia, dehacerse en agua con un beso, y multiplicar su felicidad por mil con sólo un segundo de compañía. Que se entregue a ti y sólo a ti, que te vea cada vez como la primera, que al mirarte te contemple como un pintor a su obra sin pensarte como su pertenencia, sólo como su más grande milagro.
Es casi dañino quererte, todo comienza como comienza el día, con luz, y con la paz que sólo un amanecer brinda; y así contigo igual, un recuerdo placentero y bonito de cada pequeño momento, detalle y palabra compartida, no hay más tranquilidad que ésa, tú y tu recuerdo cerca, tanto como lo quisiera en mi realidad diaria...Y con el proseguir de los minutos comienza a escarparse esa montaña implacable de lo que eres, de quien eres y de quien te permites ser para mí...De lo que yo debo ser para ti. Así es como se complica gustar de ti, y más que gustar desear tontamente que tu presencia se percate de la mía. Y con el oscurecer, los pensamientos se tornan tan pálidos e incoherentes como el encuentro mismo del día con la noche, sólo que no hay un desvanecer sino la aparición de una sensación aguda y amarga de sentimentalismo y soledad. Paso mis días pensándote, desde su principio hasta su final, como si hubiera posibilidad alguna de encontrar un camino fijo hacia lo que quiero...Pero me sigo pintando para ti igual, como siempre lo he hecho y se supone que debe bastar...
Lo que el corazón siente no es necesario decirlo, sólo la felicidad de haberte encontrado aunque fuese por juegos absurdos de coincidencias y casualidades tras causalidades...Te trajo un pasado casi oscuro que supo en su momento sacarme goticas de felicidad, pero que en el tiempo se tornó en una complicación, complicación que ahora soy yo teniéndote presente sin tú misma percatarte de ello. Ahora te tengo en mi presente, y qué lindo es verte sonreír, hablar, encomendarte a un silencio, abrazarte, ser testigo de tu presencia que aunque lejana de mil maneras está cercana de una que igualmente cede ternura y cariño.
Cómo te pienso preciosa, cómo me preocupas y cómo quisiera hacer todo esto tangible y real para mí y para mi futuro...Y saber que todo esto debe irse con la luz cada día, esconderse y hacerse innecesario dentro de lo necesario que es, atragantarme con cada palabra y asirme fuertemente de cada falta de esperanza para no despegar a un vuelo al que no le esperan asentamientos tranquilos...Ahogarme y saber ahogar emociones inútiles, pensamientos de envidia y de celos; desprenderme de lo que no es posible sin olvidar lo que es y puede ser. Desilusionarme no por decepción sino por borrar una ilusión que más que ilusionarme me convierte en una ilusa...Dejar de pensar en lo que podría ser y hallarme a mí misma en la equis de lo que debe ser. Centrarme en ti como lo quieres y dejar de pensarte dentro de lo que una amistad no abarca.
Quien está contigo deberá amarte y cuidar de ti cada mínimo resplandor, volverse un pétalo de rosa ante tu presencia, dehacerse en agua con un beso, y multiplicar su felicidad por mil con sólo un segundo de compañía. Que se entregue a ti y sólo a ti, que te vea cada vez como la primera, que al mirarte te contemple como un pintor a su obra sin pensarte como su pertenencia, sólo como su más grande milagro.
Sólo hay una forma de amar, amando...No hay más y no hay menos, que sea por merecerte, no por necesitarte.
Muchas veces pensé que la paz había llegadocuando la paz estaba muy lejos-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
en el centro del mar-
y luchan más débilmente -sólo para probar
tan deshauciadamente como yo-
cuántas ficticias costas-
antes del puerto hay-
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