Date a mí

Regálame tus ojos…esos ojos que me miran con dulce extrañeza, mientras en silencio apenas puedo mirarlos…sin ceder a las palabras, sin callar en susurros. Regálame tus ojos para olvidarme en ellos y encontrarme perdida en ti, en la abundante miel de tu espíritu…en las tantas ansias de tu ser.
Envíame tu alma en cada palabra, silencio o escases de realidad, dámela entre sueños, ilusiones y fantasías…Evita amarrarla a tu cuerpo para que sea cadena invisible hacia el mío…Y encadénate tú a mi ser, a las fibras de mi carne, al pálpito de mi sangre que derrocha pasión.
Llévame contigo a ese mar de locura y ensueño que me deletreaste…Permite que mis brazos se aferren entusiastas a tu cintura para no perderte en el vuelo…Dibújame un mapa que me lleve directamente hasta tus labios para recoger de ellos el tesoro del éxtasis conmovido en nombre de la emoción…Dirígeme siempre los pasos a ciegas, para recordarme que vivo por tu sentir y tu pasión, carente de superficie, espléndidamente profunda…
Concédeme tus manos para abrirme a ellas y cederme a ti como rocío inquieto sobre hojas tranquilas…Recoge de mi cuerpo estos, tus abrazos, y llévalos de colección cerca a tu pecho, donde en silencio ausente derribo mis murallas para ser ante ti alma desnuda y complaciente.
Evita callar en mis oídos…grítame en silencio si las palabras te faltan y calla cuando sean letras las que te sobren…concédeme el derecho de escudriñar en tu ser para no escucharte…Sólo para sentirte…Grito voluntario y suficiente es tu mirada si en ella me enmarcas lo que por ser dicho se olvida…Así que háblame, en ese silencio infinito que rodea el nacimiento de mis “no palabras”…no calles…sólo, no hables…
Siénteme, ahora y siempre mientras mi corazón te extraña…Llévate en tus bolsillos esta imparable creación de pensamientos…cubre tus manos de ellos y estréchalas en caricias suaves que no olvidan que a ti pertenecen.
Enciérrame entre latidos y con ellos abrígame en las noches, que yo me cubriré de ese viento de tibio verano para enviarle un abrazo a tu espalda,…y en el rocío lloverán los besos que de mañana, día y noche, serán dirigidos a tu cuerpo, a tu alma, a tu vida.
Y, amor, confíame esta noche y las venideras para multiplicarme en ti…déjame dormir a solas con tu esencia, respirar tu aire, ver la oscuridad penetrar en tus ojos y ser luz en ellos…guíame en tus sueños para despertar en tus realidades…Llévame siempre a las fantasías infinitas escondidas en tu descanso…Y arriésgate a mí…a mí que te pertenezco…que caigo en el deseo ansioso de tenerte más allá del tiempo, donde los colores danzan y las palabras brillan…más allá del espacio donde somos tan infinitas como nuestras almas…Quiéreme, siénteme, que en ti duermo despierta para verte tan real como sublime.
Te quiero muchísimo, te siento demasiado, te vivo infinitamente...
Sos mi silencio...éste que te quiere así...en palabras mudas