*Del Otoño*


Lo curioso del otoño es que aún pasando sobre los colores y la triste caída de las hojas al pasar del viento, es una estación finita que encarna la majestuosidad de la naturaleza al darle fin a lo gastado y al abrir puertas de renovación que dan paso a lo hermoso, a lo cautivante, a lo íntimamente puro proveniente de un ciclo que debe darse para no romper con la armonía natural de todo lo existente.
Ojalá fuésemos como cada árbol, dándonos la posibilidad de cambiar siempre que el tiempo envenenara de vejez la siempre aparente belleza del corazón. Esas tristezas que ahogan y que aturden poco a poco la efusividad de las sonrisas cuando quieren dibujarse en nuestros rostros...Esas amarguras ingratas que nos encierran en la oscuridad sin dejarnos ver futuros de Sol...Esas lágrimas que confundimos muchas veces con las goticas de lluvia que dejamos caer en nuestro rostro para que no sea notable la nostalgia de los recuerdos, recuerdos que no se marchitan porque hacen parte de la biblioteca de historia que vamos formando como sentimientos secretos hacia los demás, pero que releemos siempre que podemos sin pensar quizás en la posibilidad de que nos roben más que sonrisas, y de que nos dejen tragos secos en la garganta acompañados de licor pútrido de añoranzas imposibles.

A veces le damos paso a un nuevo invierno, que recoja nuestras ganas pisoteadas y las regrese a nuestro interior...Inundamos de esfuerzos nuestro ser, y nos damos la tarea de llegar hasta la próxima primavera. Percibimos la llegada del Sol a nuestro corazón y le tendemos las manos como ramas enredaderas buscando llegar a su encuentro extendiendo así nuestras capacidades queriendo llegar hacia el calor y la luz neta y profunda proveniente de sus rayos. Podemos embellecernos hasta el final, y recibir eternamente ése fulgor que nos regalan; podemos morir; podemos perdernos en el intento de ser algo...Podemos decaer nuevamente y si fuera lo triste más profundo tornaríamos nuestro ciclo en una estación de otoños infinitos porque habremos perdido la emoción y la placidez que llegáramos a encontrar unas cuantas primaveras antes.
Curioso es que la naturaleza siempre regresa a su ciclo sin importar el tiempo o el espacio de acontecer...Curioso es que el corazón se quiera empeñar tontamente en las ideas o idealizaciones de corazones ajenos, que no nos pertenecen y que por tanto no tenemos...Así creamos otoño, así tristeza, nostalgia y melancolía.

Yo logré percibirte, pero veo que mis ramas no son lo suficientemente largas como para alcanzar tu ser...De otoño a otoño paso pues, de regreso a este infierno en vida y a este enojo perenne que no da descanso y que no da razones de sentimientos diferentes a los que acompañan la soledad.
Debí saber que equivocaba mis pies al buscar en ti primaveras nuevas sin recordar que en tu lugar estuve y que lo que logras ahora fue lo que deseé por mucho y que perdí por ti. Ahora es de perderte por aquello a lo que una vez renuncié ante tu presencia.


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