It’s like

LSBNS_MNS__349__IMG___001 Es como ver la lluvia caer mientras te asomas en la ventana, parece que te vas a mojar, parece que es mejor retirarte un paso hacia atrás, pero sabes que no recibirás una sola gota, porque aunque invisible, sabes que hay algo entre ti y el frío que no permite que siquiera te roce o te piense húmeda.
Es como imaginar que cada minuto de la vida es dulce aún siendo amargos uno tras el otro, sólo lo imaginas, sólo te lo inventas y lo tienes frente a ti, un pastel de una suavidad indescriptible entre tu lengua y con un sabor maravilloso en tu garganta. Sabes que no se estropearía su aroma o textura, es simplemente perfecto y exclusivamente tuyo.
Es como ver un atardecer con el mar separándote de los rasguños del sol...Hay una agonía que acompaña ese momento, pero nunca la tristeza alcanza a invadirte por completo, porque lo hermoso es sublime, y aún bajo las lágrimas de la armonía, es preciso alegrarse ante la misma melancolía.
Es como inclinar tu cuerpo para mirar al vacío, hay un deseo inconsciente de lanzarte a él, pero hay un cierto temor que te mantiene con los pies firmes sobre la tierra...Sin embargo, se apodera de ti esa extraña curiosidad...”What if”, y ahora es el temor de no lanzarte el que busca despegarte del suelo.
Es como ver una rosa en capullo y prepararte para verla florecer. El rocío la recubre, el frío comienza a desaparecer, los pétalos comienzan a colonizar esa hermosa funda oscura...Y sabes para ti mismo que a pesar de que es el comienzo de un final, la historia, aunque corta, será hermosa y dejará atrás un momento digno de saborear con tus memorias. Cada historia tiene un final, pero cada final trae consigo un nuevo comienzo...

Todo cuanto veo, todo cuanto sueño, todo cuanto imagino...Es como tú, verte, soñarte e imaginarte. Es como ser para ti, ¡no! es serlo enteramente y no dejar de serlo aún en las noches, aún en los días, aún en las confusiones o en mis más plenas seguridades. Porque cuando te miro y me veo en tus ojos reflejada, alcanzo a percibir algo más grande que yo, algo que no puedo tocar ni alcanzar, algo que domina sobre mi templanza y que me reblandece. Veo miles de cosas superiores a mí, y son cosas que no quiero tener, porque son tuyas, y porque con ellas es que me tocas cuando me miras. Sensaciones de ti como un vacío, una mañana, una flor o la lluvia, todo posándose en mí, todo tocándome, todo haciéndome sentirte.

It’s like the rain, and I want you to wt mi skin whit your breath, with your sweat, with your blood...
It’s like the afternoon, warm and comfortable…
It’s like the nothing, cuz I don’t wanna see anything but you…
It’s like a flower, strong, but still beauty and gourgeous…
It’s like you and everything is about you, my little girl, my life, my biggest love…

I't’s like…Like I love you…

Mi querida niña

Mi querida niña Te escribo, no con la sensación de amarte, sino con el sinsabor de tener en descubierto mi corazón frente a la llegada del peor enemigo de una ilusión: la desesperanza. He comprendido que más allá de las muchas victorias que posee nuestro pasado, es el presente el que ahora lastima los agregados sucesivos de intentos por levantar una buena contradicción de nuestra historia. Hoy me golpea la amargura de hallarme perdida al tiempo que te pierdo a ti con pasos tan constantes como los de la vida misma; siento desvanecerme con el caer de la noche y me embarga una tristeza sórdida y fría que me hace temerle al futuro. Temo pensar que cualquier tentativa por alcanzarte es una pérdida de energía transformada en las muchas emociones que podrían moverme hacia ti mientras que tú te alejas con una marcha acelerada en una dirección que siempre es paralela y que, sin desearlo para mí, se hace inevitablemente inalcanzable.
Nuestro momento se perdió en el fracaso, y es lamentable esta angustia de haberte perdido sin desearlo y de querer recuperarte sin lograrlo.
Fue un instante a tu lado, un simple minuto, un corto periodo de tiempo que nos acercó tanto como el mar al cielo en el horizonte...Fuiste mi vida, y sentirte aún como ella es lo que me deja inválida, es lo que me deja falleciendo en las manos de la nada.
Quise recaudar para ti las buenas memorias, los buenos momentos y los mejores sentimientos; pero a veces las mejores intenciones no abarcan las más grandes expectativas...Y, creo que descubrirte tras la cortina de lo imposible ha atentado en contra de las intenciones más nobles que puedo tener para y por ti.
He establecido que no puedo más que amarte, que mi naturaleza se constituye justo donde termina la tuya e incluso se encuentra con ella en el punto en el que comienzo a pertenecerte en mente, cuerpo y corazón...Mis ojos sólo te perciben de la forma más adorable en la que pueda distinguirse tu existencia, sólo así te miro, sólo así te observo, sólo así te amo.
No me hallo confundida, porque lo que te entregué fue más de lo que podría haber esperado de mí misma, mis manos se llenaron por ti y se vaciaron por completo ante las tuyas cuando lo pediste e incluso sin que lo pidieras...Pero no te diré que no me hallo vacía, porque de ti me abastecía, contigo fui plena, contigo fui feliz.Nunca hay errores, hay decisiones mal tomadas, hay oportunidades malgastadas...Quisiera que fuera fácil despedirte con el adjetivo “error”, pero considero improbable que un error logre cambiar un alma, o bien, logre lo mejor de dos personas que intentan distinguirse entre sí dentro de un mundo lleno de grandes incoherencias que busca recrear un amor en la ilógica aún cuando el corazón no necesita congruencias sino falta de ellas. Fuiste y eres un acierto, el mejor de mi existencia, el único escogido por mi ausencia de razón, y por tanto, el único al que le he pertenecido enteramente con todo lo que hago y soy. Lo que me llena es tuyo, así como lo ha sido desde que tu mano conoció la mía, desde que tu boca me sonrió, desde que tus ojos se posaron de forma diferente en los míos. Busco razones para odiarte, pero no necesito hacerlo, mis palabras podrán intentar aborrecerte...Pero mi amor y mi necesidad de tenerte como un bien propio, y las tantas miles de palabras que se rebuscan entre ellas para formar una prosa hospedera de cariño sobrepasan mi propia voluntad de amarrarte a un mundo en el que quizás podría yo detestar tu belleza. Yo soy un barco perdido en tu sangre, tu corazón mi faro y tus deseos mi timón. Me establezco donde quieras y tomo las rutas que por ti decidas para mi horizonte. Te amo, y es una emoción irreal gracias a lo que de ti emana...No puedo más que adorar la dulzura con la que sonríes y admirar la ternura con la que callas...Te amo, y no puedo más que dejarme caer, dejarme llevar...Si el tiempo ha de traer el olvido a mi regazo, que me descubra feliz de recordarte cuando de una memoria seas parte.
Si el tiempo ha de traerte de vuelta a mi camino, que sea factible encontrarte recubierta de dicha como mi vida de chocolate.
Si el tiempo te hiciera amarme...Que el firmamento permanezca siempre azul para la mirada fija de tus ojos, que la sangre permanezca hirviendo ante tu escurridiza pasión, que el Sol ilumine las mañanas de hallarte en mis brazos, que la luna calle mientras soñamos al son de la alondra...Que el tiempo nos alcance para hacernos propias, y que el corazón crezca en emoción por cada sonrisa que se dibuje en mi rostro si responde a un gesto o una palabra tuya que aún en silencio podrá describirme un te amo.Mil noches nos separan, mil noches más nos separarán...Que comience la número uno y que las otras mil no tarden en llegar, porque aspiro a que esta soledad no dure, aspiro a que el vacío no se establezca...Aspiro a que mi felicidad, por ti, de nuevo aparezca.No te escribo con tristeza sino con resignación, aquella que nace de un pequeño intento por olvidarte sin querer borrarte, de borrarte sin querer arrancarte...Un intento mío por no amarte más que ha concluido en una muerte en vida y un odio retribuido en muerte. Te escriben hoy mi llanto y mis lágrimas, te escribe mi estupidez y la melancolía...Te escribe la tristeza y la desolación, la desventura y la desesperanza...Te escribo yo sin ti, sin mí...Sin nada.

¿Quisiera?

654046ux7 Como quisiera poder decir que tu imagen se ha borrado por completo de mí, decir que tu recuerdo no logra tocarme ahora porque he levantado barreras que me protegen nada más que de tu existencia, decir que no te veo en las noches más oscuras y frías de todas deseando tus brazos y tu aliento tibio cerca de mí, decir que no te encuentro en cada una de mis visiones diarias, o decir finalmente que por fin he logrado dejar de amarte.
Me siento confinada en el deseo absoluto de tenerte de nuevo, me ahogo en la misma expectativa de amarrarme a ti como solía hacerlo antes, impedir tu huída, impedir tus pasos en dirección contraria, impedir que me olvides...No alcanzas a imaginar la necesidad de amarte, tanto así, como la necesidad de respirar y de que mi corazón se sobresalte cada segundo. Eres la llave de mi alma, y a mi alma perteneces como ocultándote de ti misma recorriendo cada uno de los pasillos de mis venas, limpiándome poco a poco y creando en mí un delirio que es frustración si no lo calmas tú misma.

Te elevo mi adoración, no por ser tú de la divinidad ni compañera del altar de Dios, sino como parte de una emoción que te corresponde enteramente y que convoca cada día un poco más de mi cordura para echarle río abajo con la pasión que se desvanece con la soledad.
Todo esto queda en mí, y no son remanentes, no son residuos u olvidos olvidados, no es un descarte o un desecho; todo se conforma como un pequeño cúmulo de nieve que rueda cuesta abajo tomando trocitos de lo que sabe que es suyo, de lo que reconoce como propio, y crece en su mismo eje, los trocitos recogidos son un todo completo cada uno de ellos; son un intento de olvidarte recorrido pero no alcanzado, son fallos a la voluntad y logros para el corazón que, aferrado con constancia, planea no dejarte ir sin siquiera volver a retomar la idea de hacer algo para favorecer dicha idea que no es fortuita y tampoco afortunada.
Tú te estás quedando, sin permiso alguno, y sin ningún tipo de compromiso con quien se desvela extrañándote. Aún te atraviesas en mis sueños generándome dudas de la realidad, aún creo que te siento y que te escucho, que te veo y que te alcanzo...Pero son engaños que creo para mí misma por la necesidad casi obsesiva de reencontrarme contigo en circunstancias más afortunadas que las que están en mi recolecta de limosnas.

Temo caminar con el recuerdo adherido a los zapatos, pero temo aún más volar sin las memorias adheridas a mi corazón, porque es por ellas que te retengo dentro de mí, como parte de mis anhelos más profundos y como el principal combustible para mi alma y mi ilusión.
Me han hipnotizado tus ojos, y en ellos he de perderme siempre que les encuentre en la soledad o bien en tu compañía...Podré olvidar la forma de tu rostro, pero jamás la luz que se desprendía de tu mirada, luz que me acompaña y que ilumina esa pequeña línea llamada camino, uno que podría llevarme a ti si tus deseos fueran coincidentes con mi añoranza.

Quisiera decir que el olvido es parte del ahora, quisiera decir que es fácil existir sin la vida que me dabas, quisiera decir que tu paso por mi piel ha sido absurdo por la tristeza de haberte perdido...Pero el sabor de tus labios y de tus palabras no existirían entonces para mis memorias, no te hubiese amado, jamás te hubiese escrito, jamás me habrías amado, y quizás, jamás habría sido yo feliz.
Duele amarte, pero dolería mucho más pasar toda una vida buscándote sin saber quién eras, sin saber que te encontraría...Sin saber si te amaría...Sin saber que me duele estar escribiendo, mientras podría estarte admirando.

Te amé y te amo, ésos son los signos de mi más grande felicidad, y de paso, signos de mi más grande existencia.

Cuatro paredes

2239147891_cc74e025e4 Cuando amas, supones que estás construyendo una habitación, cuatro paredes, cuatro rincones y un cielo raso que impide al mundo entrar en vera de tocarte, de hacerte daño. Pero, contigo aprendí a construir castillos, tan amplios y majestuosos como la misma fortuna de haberte encontrado, logrado y amado tanto como nunca había amado antes. Tu corazón se convirtió en los cimientos de nuestro suelo, soportando con valentía admirable las estructuras de nuestro acorazado hogar, cuya célula primordial serían las sonrisas y el cariño brindado. Así éramos, así eras, así era.

Pero falló la construcción, los muros se vinieron abajo aún cuando no estaban finalizados, se deslizaron como gotas de agua sobre un ventanal y nos dejaron descubiertas ante el invierno, el frío y el calor...Nos deshicimos por completo, quedándonos únicamente cuatro paredes. Los intentos se volvieron repetitivos, y a nuestra compañía se sumaron seres extraños que invadieron nuestra fortuna para arrebatarla de nuestras manos, y éstas, dejaron de sostenerse para enfriarse, para perderse...Para no encontrarnos.
Debimos fortalecer esos muros, alzarlos como una fortaleza y elevarlos hasta el cielo que no nos costaba tanto alcanzar...Era sencillo, era simplemente cuestión de fe.

Ahora, después de verte partir convertida en estrella fugaz, mantengo la mirada fija en el cielo para encontrarte de vez en cuando, en insomnio, en desvelo...Acompañas mis pesadillas y mis más valiosos sueños mientras que yo busco arrancarte de mis recuerdos y memorias –Que deberían ser tan fugaces como tú –Pero eres la recidiva de mi más grande enfermedad y de la humedad que recubre estas cuatro paredes que me encierran en un sitio lleno de ti, hecho por ti y para ti. Mis manos no dan abasto a la tarea de hacer fortalezas, así que pensar en un castillo sólo me inquieta y me llena de los deseos más profundos de verte caer del cielo nuevamente para convertirte en mi luz propia, en mi astro central...

Me has dejado paralizada en el vacío oscuro de tu ausencia, pero permaneces visible, y eso amarga la poca dulzura que le queda a mi vida, porque aunque frente a mis ojos te mantienes, para mis manos te alejas... ¿Y entonces? Entonces, me quedo sin nada, con la posibilidad pero sin la capacidad.
Son cuatro paredes que desde afuera haces irrompibles, cuatro paredes que has levantado tú para impedirme salir de ellas, o mejor, para impedirme llegar a ti. Cada día surge una capa más de adoquines reservados por tus reproches y arenilla de tus palabras.

Hace frío y está oscuro, me tiemblan las manos y el corazón apenas late...El oxígeno se agota y me quedo vacilando en la nada, oculta del mundo y de mí misma, perdida y con el desconsuelo colonizando mi esperanza de ganar alguna vez. Invisible para ti...Y vacía...Llena de nada, llena de ti.