No la extraño como el mar a la arena,...ni como la Luna al Sol,...mucho menos como la noche anhela a la mañana,...no es de la forma en que mis manos extrañan la pluma, ni como los pies al asfalto. No la extraño como un poeta a su musa, ni como podría extrañar el alba a las estrellas,...
La extraño como sólo yo puedo extrañarla,...la anhelo como sólo mi alma a ella,...la lloro como sólo mis ojos, mis lágrimas y mi dolor,...
No me comparo con nada,...no sufro como ningún otro...Soy yo la que la ama, y así, soy yo la que la añoro.
"Es irónico que busques el amor en alguien que conociste siendo infiel"
Más aún lo es que regreses y le pidas a quien dejaste que olvide la forma en la que te fuiste...
Más aún,...estirar una culpa que sólo a vos te pertenece,...porque te fuiste, eso no se olvida...vos te fuiste...
"Solo los malos pensamientos disfrutaban ya de mi intimidad; los más tenebrosos, los más perversos pensamientos" 
- Poe

Abrazos muertos

¿Alguna vez se te ha atravesado un abrazo?
Uno de esos que se trancan a mitad del hombro,
De esos que incomodan y tallan en la espalda.
Uno que te haga temblar de ansiedad,
Y prendés un cigarro, y ni el humo se lo lleva,...
Te tomás una cerveza y la cebada lo embriaga, pero te lo deja...
Así que te vas y abrazás a alguien...al que sea, a la que sea...
Y te das cuenta de que el negocio no funciona.
Que es como hacer un trato con la parca, pero ella aún te lleva.
Te revolcás en sábanas ajenas, te paras en labios compartidos,
Le metés el cuerpo a lo que sea y dejás el alma por fuera,...
Pero así no funciona, compañero.
Ese abrazo tiene un nombre,...
Y está tan podrido, tan viejo, tan seco, tan solo...
Está tan...no-dado...
Que mejor te acostás, te abrazás vos mismo,...
Y llorás por esa ausencia,...
Esa ausencia que se queda así...ausente.
Porque a ella no le pesa, no le tranca, no le tiembla,...
Porque a ella no le falta...
Vos,...vos no le faltás.
Yo fui la otra,...
Fui la otra, y ella se quedó conmigo.
No fue buena suerte,...
Gané una batalla,
La gané a ella,...
Me gané a la traidora...
"Lo malo de morirte de amor, es que no te mueres"
- Sabina
Era mucho pedir, tal vez...
Caminar de su mano, y ver cómo se aferraba a mí, como si yo fuera una balsa, un barco, un bote, o un pequeño trozo de madera en medio de un naufragio,...
Yo sólo quería caminar con ella, mano con mano, alma con alma...y no soltarla, no hasta mi último aliento...ése que se iría con ella atada en el viento.
Si he de cicatrizar con odio...¿cómo diablos mantengo la herida cerrada?
Estás aquí -yo aún te veo-
El café, todavía caliente, con su bailarina opaca y tibia, te saluda.
Converso contigo,...un viaje de palabras para cada día, un ir y venir,...un episodio de lágrimas y risas...¿me quieres oír?
Mira el petirrojo, ha venido hoy también. Le pedí que no volviera, pero al verte siempre es feliz. Aleteos simples, jugarretas en el viento, desliza sus alitas, un revoloteo, y de nuevo,...me hace pensar en ti.
Tómate el café,...no lo dejes enfriar,..no he preparado para hoy algo que pueda rimar,...pero necesito que sólo por un momento te puedas quedar.
¿Me escuchas? No hay tanto bullicio, no hay tanto ruido...sólo pido un segundo,...mi corazón quiere hablar.
Aún te veo, aquí estás...no te has ido. Café caliente y petirrojo, siempre, en silencio,...siempre esperando.
Aún te veo, inmóvil,...aún te siento, intacta,...Hablo contigo, y a cambio,...sonrío...
Aquí está el café, y la conversación espera...
Sé que ya te has ido...
Pero en mí, eres eterna.
"Si pudiera volver a escuchar su risa
la guardaría
para dejarla sonar

cuando el silencio cruce la soledad"
Se atrevió a regresar...
- Se atrevió a volverte a matar.-
La falacia de mis letras ha empezado a cansarme,...escribo contando palabras, desdeñando de ellas, sintiendo el vacío y negándome a morir.
Pero, lo que escribo es ya un cadáver si sus ojos no se manifiestan...soy un secreto mal guardado, una oportunidad perdida, un hueco en la poesía.
No soy más que una mentira.
Cansancio sobre mi pecho,...resta la aurora y un día, el crepúsculo y la tarde, la noche y el alba...a solas todavía. Masticar las horas y su gran eternidad,...un caucho en mis dientes, asco que saboreo en la garganta...Tanto que roer, tanto que rasgar,...el tiempo pasa, pero no la soledad.
Cuánta ironía habita en el silencio, en la palabra atrapada...en el suicidio de la letra rota,...de todo aquello que no logra musitar la boca.
Arde el anhelo y se prende la piel...rostro quebrado, lágrimas también.
Le perdono al miedo el llanto, a la ausencia el grito, a la memoria ese típico canto...
Cansancio y mentira, ausencia y derrota...qué más he de sentir si de mi alma, ella brota.

Del corazón

La ventana está sucia,...no se ve que llueve.
- Una que otra gota...una salpicadura, un corto viento,...
Pero no logro ver que llueve.
- Que las cosas se mojan, que la mujer del paraguas corre,...
Que el perro aún paseando, y el gato de prisa...los carros que pasan...que aumenta la brisa -
Pero no se ve, digo...
- Me decís mentiras, mirá cómo llueve!
No, la ventana está sucia, no se ve que llueve.
- Hay que limpiar, correr la mugre, vaciar el polvo...pasale un dedo, limpiala con el codo! -
La ventana está limpia,...y no veo que llueve.
Sos un inútil! Limpiate los ojos, acercate al calor...correte, hacete cerca, que mientras vos la pensás, la lágrima a mí me pesa. Así que entendeme, te pido el favor,...necesito lloverme para entrar en calor.
Eterna divaga ella en mi mente,...treinta días, y no menos me separan de la ponzoña que sus dedos fabricaron para mí,...de la tristeza dibujada en su sinceridad, de la poco apetecida memoria de sus actos,...vil recorrido a la realidad,...fantasía de escombros que se posan ante pies cansados y garras ya desfiguradas. Montaña de palabras, círculos infernales y Beatriz ajena,...Mi lucha por Helena y ella en fuga,...Damisela de mentiras, red pútrida de promesas,...indiferencia que florece con su directa firmeza.
Flecha, proyectil, daga, espada, lanza o veneno,...es igual,...es igual si ella es falacia, patraña o calumnia...es igual, da igual...es lo mismo si ella no es ella, no la ella que hay en mí, no la que era antes del fin,...
Palabras rotas dibujadas ante ojos incrédulos...la mujer que amé me destruyó mientras se destruía ella,...amor roto y un gran engaño,...del odio al ahora un estrecho posible se levanta...palabra falsa es amor herido,...hoy vencido,...que venga el repudio a su vida, y al pasado la desidia,...he de odiarla pensando en su calaña...en su maldito engaño y gran falacia...he de mirarla con triste desprecio de quien amó lo que ahora lejos está de su propio lecho,...
He también de odiar el tiempo, el minuto que la trajo y el segundo que ella se ató al pecho para hundirse a simple vista de quien de sí todo amó.
Eterna divaga ella en mi mente...falsa como la brisa que acompaña un gran calor...básteme el tiempo para cambiar por odio este maldito gran amor.
Abandoné las letras cuando ellas me dejaron ir,...cuando escribir se había vuelto un mundano gusto, una trivialidad vencida,...El rechazo a la poesía fue más gustoso que haber caído poseída por la palabra. El límite del sentir traspasado con una espada firme y tierna...un nombre, una voz, unos ojos...sus ojos. Hablo de ella...y sin querer, no lo hago. Pues poesía y persona fueron el fértil remanso de mi paz...la paz...la única y añorada paz,...la que abandona las armas y los escudos,...la que se siembra en sí misma, en manos, cuerpo, alma y sonrisa. Pequeña fue mi paz, cubierta de piel morena y suave, de pupilas tan cercanas a mí como el café de la mañana, de la noche, y de la tarde fría.
Abandoné las letras cuando sobre mí surcó el viento y me elevó cual papiro delgado sobre la montaña, el mar, el delirio y el infierno.
No abandoné la poesía -sin embargo- se transformó ante mí,...mariposa de colores que se levantó,...ojos arriba, corazón surcando viento y eternidades. Ella, sin verso o prosa,...no inspiró, llenó,...y al irse...no vació, mató.
Abandoné las letras cuando ellas me dejaron ir,...y ahora, que escribir se ha vuelto un refugio, la palabra ha trazado el límite en el que no la puedo alcanzar,...sean estas -pues- emociones frágiles, rotas e inútiles...libres de poesía.
Hoy, no temo escribir,...porque cuando estás muerto...no le temes a nada.

Su música


Piano y violín

Piano y violín,...uno de ella, uno mío...y la melodía triste en mis oídos...ésa, sólo mía. Ambos detallan notas que se clavan una tras otra, con veneno salpicante, en mi alma, en mi pecho, y que como agujas irrumpen en mis ojos...ojos con dolor...Oh! Magnífico dolor! Parte mi corazón, mi esencia...desecha mi aire y pudre mis entrañas. No hay calma, y por unos minutos, no hay vida...es un reloj mi respiración...responde a la orden de la esclavitud. Manos atadas al delirio, a la deuda,...a la muerte tras la vida muda.
Magnífico dolor que se impregna en mi aura,...casi como un hálito de podredumbre...olor a ceniza, a soledad, a un infierno frío...a la agonizante y eterna soledad.
Piano y violín que cantan y tocan...que se viven y se rozan...delicadeza firme de lengua que con ponzoña se nutre de la mía...recorre cuerpo y lo que queda aún de vida...quema, arde y corta como la parca misma...se alimenta y bebe, come y de mí mastica...
Oh dolor! Oh muerte! Piano y violín, sábanas y cuerpos, inmóvil presente,...Calmen esas ansias, anhelos vacíos...necesidad de verle.
Muero tan lento,...Piano y violín,...silencio tan fuerte,...Piano y violín,...ella en mi mente,...Piano y violín...
Piano y violín,...y siempre la muerte.
Quise decirle: actualmente eres tú mi sed y mi hambre. Pero lo sabe. Por eso me dijo lo de aceptar. Por eso dijo que yo debo aceptar su no darme nada...
- A. Pizarnik

Se necesitan dos...

Para amar se necesitan dos. Si es uno no es amor, es des-amor, y si es des-amor, es dolor, pérdida, llanto, vigilia, quizás envidia, celos, y una maldita sonrisa, casi mueca, que grita "sacrificio!".
Y no es amar por amar, no es decirlo porque sí...es sentirlo, es llenarse, salpicar, ahogarse, que la palabra surja porque no hay más, porque toca decirlo, porque si no se dice es morir, es morderse, amarrarse, atarse, cohibirse, frenarse...no-ser.
Para amar se necesitan dos,...dos que arrastren, dos que empujen, dos que lloren, dos que ríen...no uno y luego el otro, no el otro para luego el uno...son los dos, juntos, con...por...a pesar de...
Son dos...y no cualquiera...son dos que creen, dos que sienten, dos que hablan -porque callarse es pecado- dos, siempre dos...nunca tres, menos cuatro...son dos. Sólo dos. Dos cuando no hay nadie más e incluso si hay otros...sólo dos.
Si no son dos...para qué otro? Si es uno, el otro está solo...si son tres, el otro está solo...y si está solo, para qué hablar de amor?
Eso no es amor...es un maldito infierno, multiplicado por dos, uno porque vos amás, y otro porque ella no...Es el frío, la noche, la vigilia, el insomnio, las uñas raídas, ese vaivén de las piernas, una lágrima que rueda, manos al rostro, cuerpo helado, vida inerte, inercia impía, eternidad presente, vacío, hueco, hielo, tiniebla, ceniza, tristeza, delirio, grito, silencio, infinito...infinito, infinito...tanto roto infinito...
Es estar despierta mientras ella duerme, es apenas respirar mientras ella vive...es ver como cada libra de tu peso choca contra el suelo y se rompe...es ver como cada segundo se pierde, no se puede recuperar, y mientras ella gana, ama, sigue olvida, besa, abraza, camina y alcanza...yo, pierdo.
Se necesitan dos...no aparecer sólo porque casi mueres, no besar sólo por si te pierdes...es quedarse, quemarse, ensuciarse, vivirse, cuidarse...
Son dos...