Un adiós, tu adiós…

Con mis ojos vidriosos, no más,…derrochando mares, derrochando miradas,…bajando la frente al infortunio,…así dije adiós. Casi fingiendo lluvia, decorándome con ella para mostrarme fuerte,…los puños cerrados jamás fueron sólo una rabia, fueron miles…un espectáculo encarcelado de tiras nerviosas,…cerrando puertas a la soledad, abriendo heridas con la tristeza. Estaba creando lágrimas. Miré fijo al arrepentimiento,…quizás así su llegada se avivaba tanto como mi necesidad de que arribara preciso a este adiós…Pero no me miró a los ojos, permanecía cautivado con la tierra, con la vergüenza…con la nada. Era un arrepentimiento frágil, así como ese final, cada uno de ellos cayendo…y delirando en mí…estaba la melancolía. Me sentí escasa, vacilando entre lo profundo de sus palabras, entendiendo palabras buscando en ellas los silencios,…y no los encontré, jamás los encontré. Encontré un final, uno que no quería y todo lo que realmente busqué huyó de mi abrazo, huyó de mi presente…El final, ése era, ése que sentí…ése que no olvido. No lo pedí, no lo dibujé…apenas lo imaginaba porque no lo conocía…Fue mi agonía, un boceto con sangre, un borrador con carne rasgada, cortinas de niebla entre mis ojos, vacíos de lluvia, y sin embargo, lluvia cayendo.

Fue un adiós de palabras que atracó mi corazón,…y limitar mi llanto, jamás! Mi llanto quiere lloverse…mi olvido quiere limitarse…Quiero limitar mi tristeza…pero no quisiera menguar mi amor. El aire me transforma en un ente convicto de las alforjas de mi propia miseria…Y mi puesto es relegado a un atrás, a un pasado…a este mismo adiós. Te digo…escucha tú mujer mi inasible necesidad,…esa que no grita sino que solloza, esa que no habla sino que se moja, esa que no aparenta sino que se muestra…Escucha mi hambre, hambre de ti y sed de tu abrazo…Desata los nudos de mi corazón, mírame, acábame, entiérrame, cárgame de tu indiferencia y enséñame a llorar el alma, a derrocharla en gotitas, a perderme en ellas…Olvídate de que me ves, aquí no estoy, soy un suspiro de esos dejados en el ayer, soy un latido de los pocos de hoy…No estoy…muérdeme con ese orgullo que no te duele, y sólo no me veas para que me olvides…Y…si has de abrazarme, derrite primero las gotas que cubren las cenizas para que puedan elevarse y marcharse…Y que se vayan, arrastrando con el viento y la tempestad el dolor que se añejaba desde tu saludo…No me dejes ahogar en lo absurdo de este frío de engaños, no me dejes beber de ese trago amargo de dejarte partir…Yo caigo, caigo igual, y sí, lloro, sin vergüenza, sin temor, sin orgullo…caigo entre olas…me marchito y caigo…

Cielo y agua se conjugan para no dejar volar…para crearte ese sendero por el que partiste mientras de mis ojos partía sal. Cielo y agua para asesinar de a poco, para ver ese adiós como última memoria,…cielo y agua para tocar el fondo, para ver lo oscuro sin tu luz, para hacer peso entre humedad y dejarme morir, paso a paso, tras tus pasos, un paso más de muerte en mí, una lágrima menos guardada, un amor, otro más…condenado. La mirada pesaba, caía y esperaba, aún esperando que el “quizás” resucitara, que el “tal vez” apareciera…que la posibilidad aún existiera…esperé, esperé en medio de ese frío que soportaba el calor, esperé en medio de lo absurdo, de pie y mirando, mirando…esperando…Y fue el dolor el que despertó, fue tu adiós el que llegó…fue mi vida, esa tuya la que desapareció…fue mi alma a quedarse en la tuya, para no extrañar…fue un adiós…fue tu adiós…fue el adiós. La tristeza se inscribió en vitrina nublada, agotó sus letras entre marcas de lo hermoso y dejó rasguñada la esperanza, que rota está, que inútil es…Y tu mirada no llegó…fue la soledad amor…fue la soledad…Duele como muerte lenta esta memoria de las dos…Duele no tenerte cerca, duele no escuchar tu voz…duele no dolerte…duele que me duela esta vida…duele que ya no seamos dos…

¡¡Déjame, ya lo has hecho!!

Que me abandonen tus ojos, tu boca, tus manos…tu alma, ésa alma, la mía, la del boceto y el pincel, la del papel y el lienzo, la de las pinturas en las noches y las madrugadas decoradas…Es efímero este calor que quedó de ti…es efímero como el tiempo, y como el tiempo eres tú…pasajera, dolorosa y aunque infinita, imposible. Que no me toque tu cuerpo, no entre imágenes, no en las noches…que no llegue a mí tu alma, tu espíritu o tu raíz…Me quiero retener en ese ayer, en aquel en el que fuimos cuanto quisimos mientras quisimos ser nuestras y sólo propias…Entre peces y lunas…Siempre agotándonos de versos y nunca de cariños, abarcando sueños de riesgos no tomados…Quiero tu sonrisa en mis ojos, quiero tus ojos creando mi sonrisa, quiero tus párpados en negro agotando de besos al tiempo. Quiero tus manos en mí,…hablando al tacto del éxtasis, susurrante al cuello, delineando cintura y cuello…Quiero sólo el naufragio perenne de mi vida en tu ser, quiero el naufragio de tus ojos, labios y piel…Quiero un deseo eterno de ti…Quiero tus suspiros, quiero tus palabras…Quiero tus silencios…Quiero…Quiero no querer…quiero no desear, quiero no perder…Quiero aprender a no querer….Y siempre…quiero. No lo evito, no lo puedo evitar…te quiero.

No es válido desear aquello que no es real…qué realidad es ésta, y qué mundo es aquel si no le perteneces ni a ella ni a el…Olvidada estás…y mis palabras tan fugitivas como tu caminar, como el recorrido de tu miedo absorbente de amor…tanto como tus pies y tus manos…tanto como mi cuerpo del tuyo…Vocabulario enmudecido aprendido y olvidado…Un silencio callado con silencio que me deja el vacío en pos…y de ti,…y de mí…nada…Y, dónde el nosotras? Lo que bastó fue insuficiente, cancelo mis manos, mi ser y mi lengua, cancelo mi alma si ya no te llena…Pero amor…tú, y él…ese amor….cómo lo cancelo…Lo cancelaste tú acaso?
Te pinto hoy, caminando, dirección opuesta a mi abrazo y justo al ocaso de lo que fue y pudo ser…amor,…te pintaré en cada gesto imperfecto de tu silueta y alma…como mi sueño perdido, olvidado y casi muerto, en esos días de sólo una hora…de sólo un minuto…De sólo un tú, de sólo un yo…de un mundo reducido por dos, de una memoria olvidada y dividida…pero jamás, jamás amor, jamás me pidas no amar…pues es amar mi pincel, mi telar…y de ti lo aprendí aunque tú lo quieras olvidar.

Amor (ella y él)…termina tu tarea…termina de agotarme, termina de acabarme…tíñeme de este imposible que me dejaste en un abrazo, en un beso y una caricia…tíñeme del olvido de ese pasado, tíñeme de negros para no verte partir, tíñeme de absurdos para no buscar lógicas…tíñeme de lo triste para no buscar lo hermoso, tíñeme de odio para no extrañarte amor…Y si te vas a ir, vete ya,…pero vete, no me dejes en una lluvia de recuerdos…Ya no me quiero mojar.

En la Luna

IMG_4310 La vida como la conozco está a punto de cambiar…
Con los silencios amarrados en mi cadena preferida he invitado a pasar la semana…me indico las posibilidades detrás de las escenas, los actos detrás de los libretos…Le indico al miedo la dirección Sur y me invito justo al Oriente…Aumenta el bullicio, aumentan os sonidos sordos y absurdos…Pero ella es más que una palabra…no tiene un diccionario, sólo un escapulario de imperfecciones que reconozco y persigo…Es más que una perfección, es más que una reina y mucho más que una sombra…Por doscientos días atada a ella, llevándola cerca, viéndola…No hay más estrellas en un firmamento iluminado, no hay más presencias entre cajones vacíos, no hay más expectativas entre Orientes perdidos…Sólo ella, sólo ella.
Renacimiento del fulgor cambiante del alba, música al atardecer y suavemente balanceada melodía cada noche, cada caricia, cada mirada…Gentilmente en mi alma…extrañándola, pidiéndola a través de las notas de la noche…Y aquí ella presente en cada necesidad, a través de cada brisa y entre saltos de viento. Oscuridad con invitaciones a imaginar y pasar más allá del cerrojo de la Luna, visitándola, amándola. Lejos de lo sofocante y cerca de la confianza, respirando sólo sensaciones de este vuelo inesperado detrás de la misma melodía de siempre, escrita en vals…
Vivo entre silencios, en la Luna…acompañada de una estrella…lejos…única visión real, único arcoíris…Maquillaje para mi dolor y para mis penas…lejos de un arrepentimiento, lejos de una moderación, amo lo exageradamente maravilloso que es amarla…y la amo aún más, escondida me quedo, postrada en la cima exacta de todo cuanto podría llegar a sentir, y no imploro finales, imploro inicios, una y otra vez inicios, siempre inicios…llevar a cabo un principio, amarrarlo a la gloria oportuna de un “siempre” sin pensar en un “quizás”…Y termino mi semana con un silencio más en mi cuello…Ese silencio que permaneció a través de un beso y después de el…Y diviso el cielo, ese mío sin permiso…ese que mira ella y miro yo…Y que, mientras nos una en un pensamiento…será nuestro.
La vida como la conozco está cambiando…Vivo en la Luna…
La vida como la conocía ha cambiado…La cambió ella…Mientras la ame…